COLUMNAS DE OPINIÓN: Una campaña asquerosa
COLUMNAS DE OPINIÓN: Una campaña asquerosa Yanira Zúñiga Profesora Instituto de Derecho Público Universidad Austral de Chile 4 A Una campaña asquerosa". Con esta frase, Evelyn Matthei acusó al Partido Republicano de orquestar y ejecutar una campaña de descrédito en su contra, consistente en falsear y distribuir videos en redes sociales que implican que ella padece la enfermedad de Alzheimer.
Aunque Matthei ha anunciado que podría llevar este asunto a la justicia, es improbable que un escrutinio judicial descifre la intricada madeja de vínculos y causalidades de este tipo de interacciones virtuales, y logre establecer responsabilidades subsecuentes. Habría que identificar, por un lado, quién (o quiénes) "titiritean" un contingente de bots que opera como una cibermilicia cuya misión es aniquilar la imagen pública de una figura política. Y, por otro, determinar el estándar de diligencia exigible a los destinatarios de esas maniobras (en general, votantes), para verificar la autenticidad o fiabilidad de la información u opinión a la que acceden. Esto último reviste su propia complejidad. Las y los ciudadanos contemporáneos parecemos muy susceptibles a este tipo de prácticas debido a factores epocales y también a condiciones inherentes a la naturaleza humana. En efecto, el flujo de información (verdadera o falsa) y de opinión (fundada o caprichosa) ha aumentado exponencialmente gracias, entre otras cosas, a la expansión de las plataformas digitales. Y mientras más información y opinión circulan, más difícil nos resulta encauzar la tendencia humana a dudar. La duda -ese "bichito" asociado al conocimiento mezclada con la desconfianza crónica puede erosionar nuestro sentido crítico y debilitar el tejido democrático. Paradójicamente, la desconfianza (en Chile viene aumentando desde 2010) nos empuja hacia una excesiva credulidad. De muestra un botón. "Lo vi en redes sociales" se ha vuelto una frase corriente para validar información inverosímil, como si en ella residiera la esencia de lo irrefutable. Sin embargo, dicha frase muestra otra cosa: un intelecto humano fragmentado entre el pensamiento mágico y la racionalidad cartesiana. Esa dualidad intelectual nos empuja a menudo a hipersimplificar tanto los problemas que la política está llamada a resolver como sus soluciones. Y fomenta que haya quienes, de más en más y por medios cada vez más corrosivos, busquen sacar partido de aquello. La dificultad para establecer responsabilidades jurídicas para el fenómeno antes descrito no significa que las maniobras denunciadas por Matthei no sean reprochables, moral o políticamente. Todo lo contrario. Hay suficientes razones para creer que su queja y su molestia son fundadas. Así lo ha corroborado la senadora Carmen Gloria Aravena, ex militante del Partido Republicano.
Por eso, que la posición de la abanderada de Chile Vamos no sea compartida por todo su sector y que algunas de sus figuras declaren "no perderse" y comprometan, desde ya, su apoyo a José Antonio Kast en segunda vuelta es llamativo. No parece que en esto sea Matthei quien tenga la brújula descalibrada..