EL BOOM DE LOS AFTERSCHOOLS, el negocio posclases que crece a tasas de dos dígitos
EL BOOM DE LOS AFTERSCHOOLS, el negocio posclases que crece a tasas de dos dígitos AOREUGIFSAGRAVEPILEFm fEer á a s d. E o n c e o s m te o v u a n cí a o n Chile, las jornadas labo ral y escolar no están ali neadas. Mientras los ni ños salen del colegio alre dedor de las 16:00 horas, muchos padres y madres trabajan hasta las 18:00 o, los afterschools han proli solución para el cuidado infantil en las tardes. Cada día son más los espacios, en su mayoría privados, que ofre cen servicios de cuidado y apoyo educativo para niños de distintas edades. A pesar de su creciente demanda, existen vacíos lega les que dificultan su regulación y fiscaliza ción. Desde 2016, de hecho, hay un proyec to de ley que busca regularlos.
Hoy no se cuenta con datos específicos de cuántos es tablecimientos existen, pero sí hay coinci dencia en que su desarrollo es creciente, tal como ocurre en otros países: En Estados Unidos, por ejemplo, los programas de af terschool han aumentado significativamen te, con más de 10 millones de niños partici pando en actividades extracurriculares. Catalina Merino es dueña de La CasaJue go, un afterschool en Providencia que partió en 2021. “Desde que comenzamos, hemos cuadruplicado el número de niños, refle jando un aumento constante año a año. Nuestro crecimiento ha sido de un 10% a 12% anual”, explica. Actualmente tienen entre 20 a 30 niños por hora, con una rota ción de alrededor de 100 menores al mes. Merino menciona que su propuesta permi te a los padres elegir un espacio donde sus hijos no están sujetos a un currículo, sino que participan en actividades lúdicas y creativas. “Los niños tienen la oportunidad de aprender a través del juego. Aquí, todo está pensado para que los niños crezcan res petando sus necesidades y nivel de desarro llo”, dice Merino. “Los afterschools en Chile han emergido como una necesidad para las familias, que buscan alternativas flexibles, accesibles y adaptadas a su situación labo ral y económica”, agrega. La Casa Juego tiene el giro de “enseñanza preescolar privada” del Servicio de Im puestos Internos (SII) que le permiten ope rar como un espacio complementario a la educación formal. Otro caso es el de Coffee Play, un espacio que nació como una cafetería familiar y se ha transformado en un afterschool flexible en la comuna de Providencia.
Coffee Play utiliza el giro de “Entretenimiento y activi dades de recreación”. Su propietaria, Vyeri ca Grbic, explica que ante las dificultades económicas que afectaron al país y la nece sidad de las familias de encontrar opciones de cuidado y recreación para sus hijos, deci dieron evolucionar su negocio en marzo de 2024. “Al principio, Coffee Play era una ca fetería donde los padres podían relajarse mientras los niños jugaban. Pero con el tiempo, nos dimos cuenta de que los padresHay 13 establecimientos con patente solo en la comuna de Santiagonormativa. VALENTINA MUÑOZnecesitaban algo más. Por eso, transformamos el lugar en un afterschool”, relata. Al estar cerca de colegios como el San Ignacio de El Bosque, comenzó a ofrecer un servicio de recogida de niños desde ese lugar. Coffee Play partió con un niño en marzo de 2024, y para este comienzo de año ya cuentan con 15 inscritos. La misma realidad viven los jardines infantiles que tienen servicio de afterschool. Ese es el caso de Kangaroo House, un jardín deportivo que se encuentra en Vitacura. Natalia Jara, su dueña, cuenta como a principios de 2024 contaba c o n 2 0 n i ñ o s.
“Hoy ya tenemos 3 0 m a t r i c u l a s i n s c r i t a s p a r anuestro afterscho-schools, aunque sus facultades son limitadas debido a la falta de una normativa clara que regule estas actividades. ol en marzo y creemos que seguirán llegando”, enfatiza. Los afterschools también han sido replicados por distintos colegios de Santiago, como los colegios Manquecura, Highlands, Pedro de Valdivia Agustinas, entre otros, con costos extras que rondarían los $350.000 semestrales. Flexibilidad para las familiasA diferencia de otros jardines infantiles, los afterschools tienen la particularidad de la flexibilidad. Los padres pueden elegir cuántos días a la semana desean que sus hijos asistan, con opciones que van desde una vez a la semana hasta cinco días, dependiendo de sus necesidades. La Casa Juego abre sus puertas a las 7:30 de la mañana y cierra las 8:00 de la noche. Con precios desde tickets por hora que rodean los $7.000 hasta planes mensuales desde los $100.000 hasta $450.000. También existen bolsas de horas que bordean los $135.000. El servicio no solo incluye juegos y actividades recreativas, sino que, en algunos casos, también ofrece almuerzo y la oportunidad de participar en talleres de arte, música y deportes, como fútbol y trampolines. Las dueñas de los afterschools lo resaltan: contratar una cuidadora para el hogar puede resultar considerablemente más caro que optar por un afterschool.
El costo promedio de una cuidadora a tiempo completo, según la Asociación Chilena de Empresas de Seguridad (Aches) y otras fuentes de empleo doméstico en Chile, oscila entre $350.000 y $600.000 al mes, dependiendo de las horas. Los afterschools serían más accesibles. “El afterschool representa una opción más económica para aquellas familias que necesitan equilibrar trabajo y crianza, sin comprometer la seguridad y el desarrollo de sus hijos”, enfatiza Merino.
El director en educación y políticas públicas de la FIDE (Fundación para la Innovación y el Desarrollo de la Educación), Pedro Díaz, explica que el auge de los afterschools en Chile responde a una necesidad real de las familias. “En un contexto de cambios en la estructura familiar, el trabajo y los horarios laborales, es fundamental que existan alternativas que ofrezcan cuidados y actividades para los niños después del horario escolar”, señala Díaz. Por su parte, Raúl Figueroa, exministro de Educación, atribuye esta realidad al término del financiamiento compartido. “Con el fin de los colegios subvencionados, los padres quieren seguir aportando a la educación de sus hijos, por lo que podemos ver un aumento en este tipo de guarderías”, explica.
El director de la FIDE compara el nacimiento de los afterschools con el surgimiento en Chile de los preuniversitarios: “Se van dando estas cosas que realmente no aportan para cualificar la educación, sino que más bien muchas veces nacen como una necesidad y terminan a veces transformándose en un buen negocio”, enfatiza. Fiscalización municipalEn Chile, la situación es diversa según la comuna. Dependerá de cada una el sistema de fiscalización exigida y qué patente se entrega. En Santiago y Vitacura, por ejemplo, es la municipalidad la responsable de fisca-lizar los afterschools, aunque sus facultades son limitadas debido a la falta de una normativa clara que regule estas actividades.
En Santiago, por ejemplo, entregan una patente bajo el giro de “Guardería y afterschool”. Como es el caso de Entre Niños, que según su dueña, Claudia Cerpa, un requisito a cumplir es que el lugar cuente con accesibilidad universal. Cerpa tiene una sede con cerca de 100 niños al mes, con aproximadamente 30 por jornada de mañana y tarde.
Según Bernardita Lorenzini, directora de Fiscalización de la Municipalidad de Santiago, actualmente existen trece afterschools con patente en la comuna, los cuales son supervisados por la Dirección de Obras Municipales, quienes calendarizan revisiones periódicas de funcionamiento para concretar una verificación del cumplimiento de las exigencias y quien o quienes estarán a cargo del cuidado. La Municipalidad de Vitacura, en tanto, se rige solo por el Plan Regulador. Ante este escenario, la Dirección de Fiscalización de Vitacura ha generado una declaración jurada para actividades relacionadas con servicios prestados para la atención de niños menores. Ello, para los servicios relacionados con cuidado de niños, que cuentan con inicio de actividades ante el Servicio de Impuestos Internos y no se encuentran reguladas. Es que hay un reconocimiento común entre las autoridades de que el sector no cuenta con la supervisión del Ministerio de Educación ni con el respaldo del Servicio Mejor Niñez. La propuesta de FIDE: Un marco regulatorio claroFIDE ha tomado una postura activa en la búsqueda de una regulación para los afterschools. Según Pedro Díaz, el desafío principal es la falta de datos sobre la cantidad de estos centros. “No sabemos cuántos existen en Chile, y eso es un problema. Necesitamos un censo que nos permita entender cómo están funcionando y cuántos niños están siendo atendidos en ellos”, señala. La propuesta de la Federación es que el Estado desarrolle una ley que regule el funcionamiento de estos establecimientos, exigiendo que los encargados del cuidado infantil sean educadores de párvulos. Según Díaz, la ley debería contemplar las necesidades básicas de seguridad y formación. “La normativa debe asegurar que los niños estén cuidados por personas capacitadas y en ambientes seguros”, concluye. La postura del Ministerio de Educación sobre los afterschools ha sido clara: no tienen jurisdicción sobre ellos. “No contamos con los mecanismos para supervisar los afterschools, ya que no están bajo el sistema escolar formal. Eso nos limita”, explican desde el Ministerio.. Con mensualidades que varían entre $100.000 y $450.000, los afterschools se han consolidado como una solución esencial para padres que buscan equilibrar sus responsabilidades laborales y familiares. A pesar de su creciente demanda, el sector carece de una regulación. Expertos urgen por una