Autor: DANIELA SILVA ASTORGA
El impacto de las bibliotecas en las cárceles: más de siete mil nuevos socios en 2024
El impacto de las bibliotecas en las cárceles: más de siete mil nuevos socios en 2024 OCHENTA ESPACIOS DE LECTURA SE DESPLIEGAN ALO LARGO DE CHILEdécada, ofrece más que préstamos de libros. También brinda talleres a partir del anhelo de mejorar la existencia penitenciaria y encender el interés por la lectura y la expresióna través de la escritura. Cuando se impulsó el Plan de Bibliotecas en Recintos Penitenciarios, las estanterías se instalaban debajo de escaleras, en un pasillo, donde fuera. Entraban, tal como los internos e internas, a la pelea por los centímetros de baldosa. Ahora, si se construye una cárcel en Chile, como hoy ocurre en Talca, resulta quizás impensable no contemplar espacio para libros. De hecho, quienes desarrollan los proyectos de edificación incluso preguntan sobre requerimientos técnicos para una biblioteca.
Así lo cuenta Miguel Rivera, coordinador de este plan, que surgió desde el Sistema de Bibliotecas Públicas y el Programa BiblioRedes, y que depende del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural (SNPC). La inclusión de una biblioteca en el diseño arquitectónico de una cárcel, que puede brindar luces del impacto de este programa, tiene su correlato en las cifras.
Hoy existen 80 bibliotecas que se despliegan por recintos penitenciarios para hombres y mujeres de todas las regiones del país, y entre 2015 y la actualidad se han registrado 292.383 préstamos, con un número histórico de 52.716 en 2024. Entre 2015 e inicios de año, más de 43 mil socios han transitado por las bibliotecas, y 2024 terminó con la contabilización de 7.740 nuevos inscritos según registros del SNPC. Más allá de estos números, que crecen año a año, la búsqueda debe radicar en lo cualitativo. En cómo la lectura y la escritura pueden contribuir a mejorar la experiencia carcelaria. Por eso, junto con inscribir socios y pres-SOIRAICNETINEPSOTNICERNESACETOILBIBEDNALPOVIHCRAcuentan con un presupuesto anual en 2024 fue de $20 millones para adquisición de títulos. El resto llega por donaciones y alianzas. SENTIDO DE PERTENENCIACuando se forma una biblioteca, siempre queda a cargo de Gendarmería. El plan tiene un convenio con la institución, e incluso han dado talleres de capacitación para gendarmes. “Pero aunque lo invistas de encargado de biblioteca y le quites algunas otras funciones, siempre será labor prioritaria la seguridad. Entonces, por temas prácticos, no podrá estar permanentemente en el espacio de la biblioteca”, sostiene Rivera. Así se buscó otra solución y hoy, a lo largo de Chile, existen 19 bibliotecas que están formalmente a cargo de presidiarios. La iniciativa ha recibido, hasta ahora, doble visto bueno: “La biblioteca se mantiene siempre abierta y la recepción de los presidiarios es distinta frente a un par. Si miramos los números, me atrevería a decir que cuando llega un interno a atender la biblioteca, se ve más actividad”, explica el coordinador.
La primera década de este plan se conmemorará con activida-des, pero sobre todo con la concreción de un estudio sobre cómo impacta la lectura tras las rejas que se publicará en marzo, y también se analizarán los aportes de los Laboratorios de Alfabetización Digital que hoy ofrecen 72 bibliotecas.
Es una intranet que les permite mandar correos, y aprender a redactarlos, así como descargar certificados y aprender sobre materias legales, entre otras cosas. ¿Qué desafío está pendiente? Rivera responde: “Hay más de una cosa que limita el plan. Pero diría que un asunto central es incrementar el interés y la importancia que los gendarmes les otorgan a las bibliotecas. Las intenciones son buenas siempre, pero en el día a día se va imponiendo la ley de la cárcel en los patios y pasillos. Ahí chocamos: para algunos gendarmes la biblioteca no es prioridad, y siempre estamos luchando para cambiar eso. Después de ese tope principal, nos gustaría reforzar el trabajo con las familias. Ese traspaso es sumamente valioso. Que alguien que creció con un papá que entraba y salía de la cárcel, y con una mamá que no estaba, criándose en la calle, rompa ese círculo. Que siga el camino de la lectura.
Si eso pasa, el impacto de esto es grande”. momento de escribir y contar sus historias, al colectivizarlas también”, apunta Loreto Jerez, monitora a cargo del Taller de Fomento Lector, que se plantea como una instancia de incentivar la lectura, pero también el diálogo. tar libros, el equipo del Plan de Bibliotecas en Recintos Penitenciarios, que hoy integran cinco personas, desarrollan concursos de escritura van en la quinta versión, premiaciones a las mejores bibliotecas y talleres de mediación lectora. “Los planteamos como una instancia de diálogo y de una reflexión colectiva y personal, a través de la lectura y la posterior escritura. Leemos algún texto colectivamente y seintenciona un diálogo.
Luego, al final del ciclo, cada tallerista construye un libro con sus escritos”, explica Bernardita Simian, 43.560 socios se han registrado en las bibliotecas entre 2015 y la actualidad. 292.383 préstamos se han registrado en el mismo lapso. encargada de fomento lector del Plan de Bibliotecas en Recintos P e nite nc i arios. Ah or a, p or ejemplo, está dictando un taller en la Cárcel de San Joaquín, pensado para mujeres.
E n g e n e r a l, s o n ocho sesiones de dos horas y a veces e x i s t e n s e ñ a l e s que emocionan: “Una interna que no hablaba nada dijo un día: Ok, voy a participar de la lectura colectiva.
Se veía que no entendía mucho lo que estaba leyen-do, hasta que de repente se ruborizó y dijo: ¡ Esto se trata de un beso!. Ese texto de Cortázar le recordó su primer beso y esoabrió una conversación entre todas. Cuando uno ve esa chispa que se prende con la lectura, todo cobra sentido. Vemos que estamos construyendo algo”, añade Simian. “Desde siempre supimos que los libros en las cárceles no se defenderían solos, por sí mismos. Si no pasa afuera, menos adentro. Entonces, había que mediarlos. Debido a eso, gran parte de nuestro presupuesto anual se va en mediación. También tenemos convenios con universidades y ONGs, lo que nos permite tener voluntarios y hacer talleres durante todo el año”, dice Rivera. Si bien este plan no es el único que les brinda libros y actividades literarias a los presidiarios, constituye la columna central y establecida, e incluso. El Plan de Bibliotecas en Recintos Penitenciarios, que este año conmemora su primera década, ofrece más que préstamos de libros. También brinda talleres a partir del anhelo de mejorar la existencia penitenciaria y encender el interés por la lectura y la expresión a través de la escritura. OCHENTA ESPACIOS DE LECTURA SE DESPLIEGAN ALO LARGO DE CHILE Biblioteca del Centro de Cumplimiento Penitenciario Colina I. Celebración del Día del Libro en la Cárcel de Mujeres de Iquique. El 98% de la población femenina tiene pot