Autor: Mónica Villarreal Villa, directora de Psicología U.del Alba Chillán
Columnas de Opinión: Niños y pantallas, una alianza peligrosa en vacaciones
Columnas de Opinión: Niños y pantallas, una alianza peligrosa en vacaciones OoColumna$El impacto no termina ahí. Desde una perspectiva física, el uso excesivo de pantallas desplaza actividades fundamentales como el ejercicio y el sueño. Según la Organización Mundial de la Salud(OMS), losniños menores de cinco años no deberían pafrente a una pantalla, y los menores sar más de una hora diaria de dos años deberían evitarlas por completo. Sin embargo, estasrecomendaciones rara vez se cumplen. La exposición prolongada fomenta el sedentarismo, incrementa problemascomo la obesidad infantil y afecta la sión, la luzazul altera los ciclos desueño, con consecuencias negativas en su crecimiento, rendimiento y bienestar general. Enelámbitosocial, elabuso de pantallas puede llevaralaislamiento. Los niños necesitan interacción directa consus pares y adultos para desarrollar habilidades como la empatía yla resolución de conflictos. El tiempo frente a dispositivos desplaza momentos familiares significativos, como las comidas o los juegosen conjunto, debilitando vínculos y reduciendo oportunidades deaprendizaje en contextos reales. Lasolución no radica en demonizarlas pantallas, sino en promover suuso consciente. Bienutilizadas, puedenser herramientas educativas poderosas, siempre y cuando no reemplacen actividades esencialescomoel juegoal airelibre, la lectura olacreatividad. Este cambio comienza con los adultos: no podemos exigiralosniñosquereduzcan sutiempo frentea dispositivos silos adultos cuidadores vivimos conectados constantemente. Establecer horarios libres de pantallas, durantelas comidas 'Oantes de dormir, y fomentar actividadesalternativas deocio y recreación es esencial. En definitiva, limitar las pantallas no es unacto restrictivo, sino una apuesta por la infancia: un tiempo. de aprendizaje y descubrimientos. Las panirrecuperablelleno tallas pueden esperar; la niñezno. Vii 'en una era dominada porllas pantallas, posiblemente en esta última navidad, dos de cada tres niños pidieron como regalo, un dispositivo con conexión a Internet y posiblemente, el viejito pascuero hizo realidad dicha petición.
Celulares, tablets y otros dispositivos, con pantallas son herramientas que, han facilitado la vida deniños, dando momentos de entretenimiento, de conectividad con otros, de apoyo a las tareas escolares, pero también están generado una dependencia adictiva que afecta, la salud física y mental de nuestros niñosy adolescentes y repercute enlas dinámicas familiares y el fortalecimiento de adecuadas habilidades sociales. Para los niños, esta realidad es aún más preocupante, ya que el uso excesivo de dispositivos impacta en su desarrollo neurológico, isico, motor, emocional y cognitivo. Limitar eluso de pantallas es unanecesidad para garantizar su bienestar integral. Durantelos primeros años de vida, elcerebroinfantilatraviesaunaetapa crítica de desarrollo. Este período dondesetejen. coúnexiones neuronales que son vitales, requierenutrirse de experienciasdirectascomojugar, manipular, descubrir, explorar y comunicarse caraa cara. Estas actividades nosolo fomentan habilidadescognitivas, sino que también son esenciales para el desarrollo de habilidades para la vida.
Las pantallas, y los contenidos alos quese puede acceder, a través de estos aparatos electró os, en cambio promueven la gratificación inmediata, una esti 'mulación constante, con incentivos atractivos que condicionan de desarrollo cereaquedarse “pegados”, interfiriendo procesos bral, diicultandola atención sostenida y promoviendola grati cación inmediata, lo que puede repercutir en problemas de conala espedela tolerancia y centracióna largo plazo, bajo manejo ra, y escaso manejo dela frustración entre otras habilidades..