Autor: SOFÍA SALAS IBARRA Docente investigadora en bioética, U. Del Desarrollo
Baja natalidad
Señor Director: Me permito complementar la carta de Bernardita Prado de este domingo, con algunos datos a nivel global, puesto que esta crisis no es solo de Chile, sino que tiene alcances planetarios. Según cifras del Banco Mundial, la tasa global de fecundidad ha bajado de 5,3 el año 1963 a 2,3 el 2022.
Países como República de Corea, Singapur, España, China, Italia, Canadá y Suiza tienen todos una tasa de fecundidad aún más baja que la chilena; en cambio, muchos países africanos tienen tasas de fecundidad superiores a cinco hijos por mujer. Los motivos por los cuales hay menos interés en tener hijos son multifactoriales. Un reciente estudio del Injuv señala que, de las personas jóvenes que no quieren tener hijos o hijas (42% del total), dos de cada tres lo hacen por temor al cambio climático. Otros esperan mejorar las condiciones materiales para subsistir de acuerdo a sus intereses y valores. El problema es que para muchos, cuando ya quieren hijos, no pueden tenerlos.
Con todo, un efecto positivo ha sido la disminución del embarazo adolescente; según datos del INE, el año 2000 hubo 40.312 embarazos en menores de 19 años, cifra que disminuyó a 6.592 el 2023, lo que se relaciona con un aumento en el uso de anticonceptivos desde el inicio de la actividad sexual.
Para hacer frente a esta baja de natalidad es importante generar políticas profamilia, que permitan no solo conciliar de manera adecuada el trabajo con la crianza, estimulando la coparentalidad, sino que además den beneficios concretos (por ejemplo, rebaja tributaria proporcional al número de hijos, que se puedan descontar de impuestos los gastos en educación, acceso universal a servicios de cuidado infantil, mediante guarderías públicas o subvencionadas de alta calidad, a precios asequibles o gratuitos, entre otras medidas). Adicionalmente, como lo han hecho otros gobiernos, se necesita también apoyar a aquellas personas que requieren acceder a técnicas de reproducción asistida, cuyos cupos financiados por Fonasa son aún insuficientes para cubrir la demanda. Si no actuamos ahora, mañana será demasiado tarde.