Autor: SOFIA MALUENDA
Los planes de expansión y consolidación de Pewman con su “inteligencia natural”
Los fundadores Denisse Bravo (directora científica) y José Manuel Pérez-Donoso (CEO) posan orgullosos para una foto tras recibir el reconocimiento a la Startup del Año 2024. DENTRO DE SUS METAS PARA 2025 APUNTAN A LA INTERNACIONALIZACIÓN, QUE SE VERÁ IMPULSADA POR LA GIRA DE INNOVACIÓN EN SUIZA. Innovation es una empresa creada por dos científicos chilenos cuyo sueño fue desarrollar tecnologías sustentables desde Chile para el mundo. El nombre de la empresa significa “soñar en innovación”, en una mezcla de mapudungun e inglés. Sus tecnologías se basan principalmente en dos elementos diferenciadores; microorganismos de ambientes extremos como la Antártica o el desierto de Atacama, y nanotecnología orgánica. Desarrollaron un bioestimulante orgánico que fue especialmente diseñado para proteger los cultivos agrícolas del daño causado por las heladas, uno de los mayores desafíos de la agricultura a nivel mundial, llamado Crioprotect.
Este combina nanotecnología y microorganismos antárticos en un triple mecanismo de acción: forma una capa aislante, modifica la fisiología de las plantas para reducir su punto de congelación, y desplaza bacterias que promueven la formación de hielo. Luego desarrollaron y comenzaron a comercializar Nanoforte, un bioestimulante que combina microorganismos de ambientes áridos para proteger a los cultivos del estrés hídrico y las altas temperaturas. Actualmente, están trabajando en nuevos productos que impactarán a la industria agrícola.
“Este 2024 es nuestro tercer año de comercialización de productos y estamos con un crecimiento exponencial, afortunadamente, con los productos, sobre todo el que desarrollamos para proteger de las heladas creció muchísimo y logramos impactar a muchos cereceros y distintos agricultores con nuestra solución en mil hectáreas, lo cual es un hito gigantesco. Es mucho terreno y mucho uso de nuestro producto”, valora José Manuel Pérez-Donoso, CEO y fundador de Pewman Innovation.
“Lo segundo es que, además de crecer en Chile, abrimos la empresa en Perú y en Francia, lo cual también es un hito que nos genera un montón de responsabilidad”, agrega el emprendedor y menciona, en tercer lugar, el haber recibido el premio a la “Startup del Año” 2024. De hecho, hace tan solo un par de semanas que abrieron la empresa en Europa, específicamente en Estrasburgo, Francia, justamente porque está en la frontera con Alemania y al lado de Suiza. “Nuestros planes estaban en ir hacia allá en algún momento, probablemente 2025 o 2026. Pero la gracia es que con este reconocimiento y esta posibilidad, eso se acelera.
Así que estos planes que se ya habían iniciado, ahora se van a catalizar y esperamos que, producto de esto, podamos justamente, quizás ya el próximo año, empezar a hacer los primeros ensayos, certificaciones y conseguir colaboradores allá”, manifiesta. Para el próximo año, sus metas son conquistar el mercado chileno de manera más decidida: que su solución la utilicen muchos más agricultores y en distintos cultivos. Además, apuntan a la internacionalización. No solo hacer ensayos en otros países, sino que lograr desarrollar estos los lleven a la comercialización.
“Nosotros estamos en Santiago, tenemos una oficina justo al frente de La Moneda y la elegimos un poco también pensando en eso, en que venía la etapa de internacionalización y como recibimos harta gente de afuera, quisimos justamente que vieran esa zona, que creo yo que es el corazón de Chile”, dice el científico. Lo acompaña en la premiación la también fundadora y directora científica de la empresa, Denisse Bravo, quien utilizó el concepto de “inteligencia natural” al agradecer el premio. “Justamente el propósito de la empresa es utilizar los recursos naturales de Chile que son únicos, que viven en ambientes extremos muy diferentes. Tenemos desde la Antártica a volcanes, desierto, que no hay en otras partes del mundo. Y esas mismas bacterias, esos mismos microorganismos que están en esos ambientes son un tesoro genético, que nos pueden permitir encontrar soluciones a problemas extremos”, profundiza la doctora en bioquímica.
“Entonces, nosotros, en ese contexto de utilizar lo que ya tenemos para buscar soluciones a los problemas que hay ahora, es lo que llamamos inteligencia natural”, agrega Bravo y destaca el potencial que tiene su solución: “Esto es aplicable a un montón de industrias, no solamente a la agricultura”. En este momento en el equipo son ocho personas y además el ingeniero en biotecnología molecular Enzo Galliani cumple el rol de cofundador y COO.