La hora de Meloni
La hora de Meloni A pulia, sede de la cumbre del G7, fue el escenario perfecto para que Giorgia Meloni celebrara su triunfo en las elecciones europeas y demostrara que está a la cabeza de un gobierno que no es efímero.
Meloni y su partido, Hermanos de Italia, salieron fortalecidos del proceso electoral, con el frente interno despejado de rivales que le hagan sombra, como sus socios de la Liga, y con una proyección en el Parlamento de la Unión Europea, UE, que la posicionan como un factor clave en los equilibrios de la Eurocámara. "Con Giorgia, Italia está cambiando la UE", fue el eslogan de la campaña, y es lo que se ha propuesto desde que irrumpió en la escena política del bloque.
Es cierto que en un comienzo era una voz radical, que encendía las alarmas por su discurso incendiario sobre la inmigración ilegal, el multiculturalismo o las políticas de género, pero al poco tiempo moderó sus planteamientos, emergiendo ahora como una eventual bisagra entre los grupos de derecha dura y la centroderecha, que obtuvo un resonante triunfo el domingo.
Hoy se dice que ella tiene un enfoque constructivo, que puede criticar el exceso de burocracia de Bruselas, pero que no pretende un Italexit, sino cambiar la UE desde dentro, para que haga "menos cosas, pero mejor". Un ejemplo que muestra su talante más colaborativo y no disruptivo, es su participación en las políticas de inmigración de la Unión.
Además, impulsa su Plan Mattei, un proyecto de cooperación con África, avalado por la UE, en temas de educación, agricultura y energía, con el que pretende mejorar las condiciones de vida en los países de origen de los migrantes, para evitar el éxodo. A su vez, un tema que la incomoda es el del cambio climático.
A Meloni no le gusta el Pacto Verde, ese plan de la UE que busca reducir a cero las emisiones, y dice que "solo burócratas sentados en su palacio de cristal pueden haber pensado una cosa así", por medidas extremas que afectan a sectores como el agrario y hacen menos competitivos los productos europeos. La centroderecha también lo considera "demasiado ideologizado", por lo que ya fue modificado, y probablemente, con la nueva composición parlamentaria, sufrirá mayores cambios. La eventual influencia de Meloni y los partidos afines se irá viendo en los próximos meses, especialmente en la elección del nuevo Ejecutivo europeo. Ursula van der Leyen va a la reelección, tiene asegurado los votos de su sector y debe negociar con sus antiguos aliados socialistas y Verdes para lograr la mayoría absoluta. Antes de las elecciones, cortejaba abiertamente a Meloni; ahora, con cautela, evita referirse a una eventual alianza con los eurodiputados del oficialismo italiano, cuyos votos, probablemente, sí necesite para ciertas decisiones. Como sea, esta es la hora de la buena estrella de Meloni, y en Apulia pudo lucirse como legítima líder europea. La líder italiana emerge como un factor clave para los equilibrios europeos..