BOTICA DE HUARA: TESTIMONIO DE UN INMIGRANTE ITALIANO EN EL DESIERTO…
BOTICA DE HUARA: TESTIMONIO DE UN INMIGRANTE ITALIANO EN EL DESIERTO Digamos que fueron inmigrantes, llegados de la madre tierra de España, Italia, o Croacia, quiénes nos trajeron y legaron patrimonios culturales e históricos a los cuáles debemos ser capaces de darle más valor, y ponerlos al servicio de nuestra propia cultura, puesto que tienen un innegable atractivo que provocan en los turistas extranjeros y europeos, que nos visitan. Esos patrimonios están en Huara y son la Farmacia y Droguería LIBERTAD, conocida como la Botica del pueblo de fines del Siglo XIX y su histórico Teatro.
HISTORIA DE LA BOTICA La Botica y Droguería Libertad fue instalada en la salitrera Negreiros por el químico italiano Francesco Bertini, al estilo de la Cruz Roja y traída desde Italia, a fines del siglo XIX.
Algunos investigadores dan cuenta que sus frascos y toda su implementación, se trajeron en los fleteros que poseía el primer alcalde de Iquique, don Eduardo De Lapeyrouse Dorten de Tessan, que se dedicaba al arriendo de veleros que fletaba para los industriales salitreros de la época, desde que se radica en Iquique en el año 1868, en el hinterland peruano, luego de llegar de Francia a Piura donde forma familia, tiene sus hijos y al año 1868 se radica en Iquique.
Bertini en la década de los años 30 del Siglo XX, se la vendió a también Nicanor Saavedra, Crónicas Héctor Rojas Cabrera / Periodista Seniors (UCN) Tarapacá y sus múltiples y diversos pueblos de la extensa Pampa del Tamarugal, son depositarios de una riqueinigualable za patrimonial e incomparable, que si hubiese tocado la casualidad histórica de estar en Europa, específicamente en Italia o España, estarían no solo protegidos por el Estado o los Municipios, sino que estarían “lugarizados” en un escenario patrimonial de categoría mundial, al estilo del estándar que lucen los mejores museos del mundo. No obstante Tarapacá hace recupeesfuerzos para rar cada uno de nuestros y patrimonios históricos culturales. INMIGRANTES Iquique y Tarapacá tienen una deuda con sus inmigrantes italianos.
Han sido ellos los que nos han legado valiosísimos patrimonios que le han dado la identidad a Tarapacá. químico farmacéutico, quien la trasladó a Huara, pueblo que era el epicentro de la actividad ferroviaria ligada al traslado del salitre. Francisco Javier Nicanor Saavedra, su segundo propietario de profesión químico farmacéutico fue un conocido personaje que, además de boticario, ejercía como médico en los pueblos de la pampa. En el año 1986, a la muerte de su viuda, doña Roberta Ríos, la farmacia cerró sus puertas.
La vieja Droguería de Huara, ícono de un pasado salitrero maravilloso, está ubicada en la calle Arturo Prat, otrora espacio comercial que registraba un inusitado movimiento comercial, pues era centro de abastecimientos del cantón centro, norte y sur, de todas aquellas de más de 300 oficinas salitreras que le dieron auge al ciclo del salitre y prestigio universal a Huara y al oro blanco en Europa.
A HUARA Tras su venta, Nicanor Saavedra su nuevo propietario, traslada la Botica, con todas sus pertenencias a Huara, localidad de gran identidad pampina que nació en 1885 aproximadamente, en torno a la estación de trenes que trasladaba a los obreros y el nitrato, donde adoptó el nombre de Farmacia y Droguería Libertad, y comenzó a funcionar en lo que fuera la Sede Social del Club Internacional hasta el año 1982. Eran los años post Guerra del Pacífico.
A mediados de la década de los 90 reabrió sus puertas como el Museo Botica de Huara, donde se conservan los muebles del Club Social, repisas de la botica, objetos: frascos de loza, recetarios, medicamentos y una colección de diarios “Tarapacá” de principios del siglo XX. La Botica estuvo abierta desde 1966 como Casa-Museo. En sus viejas estanterías se aprecian medicamentos y una enorme colección de frascos de porcelana traídos desde Europa en barcos y fleteros de la época. Sus puertas han estado cerradas por espacio de muchos años, teniendo como excusa los daños provocados por terremotos y sismos y el inexorable paso del tiempo. Similar situación afecta a otro símbolo pampino e ícono del gran movimiento salitrero como es el Teatro de esta comuna. Ambos recintos, declarados monumentos históricos, forman parte de construcciones emblemáticas de la zona. Son de esos rincones que retratan cómo era la vida en los tiempos del auge salitrero, a fines del siglo XIX.
Ambos monumentos están bajo el alero de la Municipalidad de Huara, y aún se trabaja con la Subsecretaría de Tarapacá y la Pampa del Tamarugal guardan delicados patrimonios históricos y culturales que cada día se visibilizan más por la promoción y auge del turismo con la llegada de cruceros, flujo de turistas europeos y connacionales que tienen entre sus prioridades como destino turístico a la Región de Tarapacá. En Huara tenemos un extraordinario recurso. BOTICA DE HUARA: TESTIMONIO DE UN INMIGRANTE ITALIANO EN EL DESIERTO Bienes Nacionales para lograr la expropiación y poder ejecutar proyectos de mejoramiento para reabrirlos.
La autoridad comunal también ha aclarado en varias administraciones, que los muebles, los frascos, los medicamentos, hierbas y cada una de las piezas históricas de la Botica se encuentran resguardadas por el municipio, y existe la idea de ejecutar réplicas en otros sitios cercanos para cuidarlos, pues se está consciente del impacto turístico, histórico y patrimonial de cada uno de estos objetos únicos e irremplazables. La comuna fue epicentro de muchos de los principales eventos de la Campaña de Tarapacá durante la Guerra del Pacífico, como las batallas de Pampa Germania, Dolores y Tarapacá. El 30 de diciembre de 1927 fue creada la comuna de Huara. En 1970 se le anexa el territorio de la comuna de Negreiros y en 1979 la localidad de Pisagua. Un tesoro tiene Huara que la comunidad toda debería exigir ponerlo al servicio del turismo..