Tuberculosis y pobreza
Tuberculosis y pobreza '9En pleno siglo XXI, cuando la ciencia médica ha conquistado desafíos impensables, Chileenfrenta elinquietante aumento de una enfermedad que muchos creían erradicadas la tuberculosis (TBC). ¿Cómo es posible que una patología asociada al siglo XIX vuelva a instalarse en nuestras calles, hospitales y comunidades? La respuestas clara, aunque incómoda: La pobreza. Los últimos datos del Ministerio de Salud muestran un alza sostenida delos casos de TBCen el país, presentando más de 2.500 casos cada año, particularmente en sectores de mayor vulnerabilidad social. Y es que ésta enfermedad no se disemina solo por el aire: viaja en la desnutrición, en el hacinamiento, en la falta de acceso auna salud digna, enla precariedad. No es coincidencia, que las comunas con mayores índices de pobreza sean también las que concentran más casos de tuberculosis. Los determinantes sociales de la salud; es decir, aquellos factores económicos, ambientales, culturales y políticos que influyen en la vida delas personas, tienen un papel clave enla aparición, propagación y control de la enfermedad.
Por ejemplo, los bajos ingresos, el hacinamiento en viviendasmal ventiladas facilita su propagación; la existencia de barreras econó: micas, geográficas o administrativas podrían retardar el diagnóstico y tratamiento oportuno; La malnut debilita el sistema inmunológico, aumentando el riesgo de desarrollar la enfermedad, entre otros factores. A su vez, las personas con TBC pueden ser objeto de discriminación, lo que lleva a retrasos en la búsqueda de atención médica o abandono deltratamiento.
Combatir la tuberculosis es también combatir la pobreza, mejorarla vivienda, garantizar el acceso a la salud preventiva y fortalecer una red de apoyo comunitario que hoy simplemente no alcanza y que hacen frente hospitales y los Cesfam en el país, en conjunto con sus equipos multidisciplinarios. Es necesario que la población acceda a realizar el examen de detección baciloscopia, al inicio de los primeros síntomas (tos pormás de tres semanas) que muchas veces pasa desapercibido. No basta con campañas aisladas. Se necesita voluntad política paraenfrentar esta realidad con la seriedad que merece.
Porque cuando una enfermedad antigua vuelve a brotar, el problema no está solo en los pulmones de quienes la padecen, sino en el corazón de una sociedad que ha olvicorazón de una sociedad que ha olvicorazón de una sociedad que ha olvidadoa sus más vulnerables. Judith Guajardo Escobar Caso Monsalve 9La reciente decisión de la Corte Suprema de reemplazar la prisión preventiva de Manuel Monsalve por arresto domiciliario total ha generadoinquietudenla opinión pública. Si bien reconocemos que toda persona tiene derecho ala presunción de inocencia y a una defensa justa, no podemos ignorar la gravedad de los delitos quese le imputan: abuso sexual y violación. Monsalve estuvo 180 días en prisión preventiva, una medida que, en casos como este, busca proteger tantoa investigación como a la víctima.
La modificación de las cautelares no debe interpretarse como una absolución, sino como una decisiónjudicial dentro del proceso, aunque paramuchos ciudadanos puede parecer una señal de privilegio frente a un sistema que no siempre actúa con igual celeridad y consideración para todos. La confianza en la justiciase construyenosoloen tribunales, sino también en cómo las instituciones responden ante casos que involucran a figuras públicas. Hoy más que nunca,.