COLUMNAS DE OPINIÓN: Adiós, Francisco
COLUMNAS DE OPINIÓN: Adiós, Francisco Opinión Adiós, Francisco Como era de esperar, y a pesar de ser un acontecimiento que sees: peraba desde hace tiempo, la muerte del papa Francisco ha conmocionado al mundo entero, en particular a Occidente, que pese a su des: cristianización, aún conserva buena parte de la herencia cristiana.
Tal vez por eso un antiguo filósofo español señaló hace varias décadas que luego del cristianismo, el europeo podía ser"cristiano" o "ex-cris tiano", pero nunca "a-cristiano". Francisco no dejó indiferente a nadie, y seguramente ese será uno delos mayores legados de su pontificado: su diferencia de actitud y trato respecto de varias materias en relación con pontífices anteriores.
Deeesta manera, para unossignificó el fin o el aminoramiento de diversas tradiciones consideradas demasiado formales, o también, una preocupa. ción por aspectos más terrenales y no solo o prioritariamente sobrenatura les, comola pobreza, la migración ola ecología. De hecho, encíclicas como "Laudato Si"o "Fratelli Tutti" dan bue na cuenta de ello, al abordar materias poco comunes en documentos de esta especie o almenos, no tratadascon tanta extensión. O también su per manenteaccionaren esferas más cercanas a la política que otros pontífices, como su apertura de la Agenda 2030 en la ONU, entre otras muchas actividades.
Para otros fuelo opuesto, al considerar que no le prestaba lasuficien: te atención a temas más espirituales, fruto de la ya comentada preocupación por asuntos más terrenales; o también por la celebración de diversossinodoso algunas modificacionesal Catecismo y otros docu mentos de la Iglesia.
Porotro lado, fue un férreo defensor de la vida, desde la concepción hasta la muerte natural, llamando a proteger tanto a las madres, sobre todo las más vulnerables, como también a los no nacidos, al margen de su condición;se preocupó de los ancianos, amenazados por lo que Francisco no dejó il Francisco no dejó il seguramente ese será uno de los mayores legados de su pontificado: su diferencia de actitud y trato respecto de varias materias en relación con pontífices anteriores.
Mamó nuestra actual "cultura del descarte"; del problema demográfi co, fruto del notable descenso de la natalidad que afecta a tantos paí ses; y del peligro de la eutanasia, la gran tentación ante este descenso dela natalidad para enfrentarlos crecientes problemas de sociedades envejecidas. Ensuma, siempre defendió la dignidad humana, no solo fundamentada en razones naturales, sino también sobrenaturales, al sertodos hijos de Dios. A lo cual añadió además su preocupación por nuestra ca. sa común, sobre todo de la ecología.
Un papa distinto, sin lugara duda, cuyo legado será motivo de estu: dio por décadas, con un pontificado marcado por acontecimientos tan extrañoscomo la pandemia de Covid 19, la guerra de Ucrania que tanto ha afec tado a Europa, o la coexistencia junto a él del papa emérito, Benedicto XVI, du rante tantos años. Mientras tanto, la Iglesia sigue su caminoycomosiempre ha sido, un nuevo sucesorde Pedro ocupará su lugarcuan dotermine el cónclave, de mayoría conservadora, según losexpertos. Aunque tal vezcomo pocas veces, hoy se hace extremadamente difícil vaticinar quién podría sersu sucesor. Adiós, Francisco. En su origen, "adiós" era una forma de despedida que expresaba el deseo de que la persona vaya hacia Dios o esté bajo su protección, cosa que en su caso ya es una realidad. Por eso, más que nunca cabe decir: "Adiós, Francisco". indiferente a nadie, y MAXSILVA ABBOTT Doctor en Derecho. Profesor de Filosofía del Derecho Universidad San Sebastián Universidad San Sebastián Sin Asignar.