COLUMNAS DE OPINIÓN: Pape y pape
COLUMNAS DE OPINIÓN: Pape y pape COLUMNAS DE OPINIÓN: Pape y pape P or lustros he sostenido que a la centroderecha le falta pensamiento político denso. Que carece de visión nacional. Que está centrada en la economía y la gestión. Ahora agrega el susto. En el momento en que la centroderecha amenaza desaparecer entre los extremos de Jara, "la leninista", y Kast, simplificaría la fórmula. Recomendaría esto.
Que por la mañana, Matthei o uno de sus voceros criticase a la izquierda extrema y a la derecha extrema: por haber sido incapaces de generar acuerdos, de entenderse con el otro, y haber hecho fracasar así no uno, sino dos procesos constituyentes. Al medio día, Matthei o un vocero debiese repetir la operación. Además, mostrar las razones tras los fracasos de los extremos: el moralismo estatista de la izquierda y el economicismo (o la avaricia, como me dijo un día Squella) de la derecha. Al atardecer, junto a la crítica, Matthei o el vocero debiese darnos un baño de sobrio optimismo: mostrar el camino de salida a la crisis.
A esta altura debiera serle fácil a las cabezas centroderechistas percatarse de que la fuerza del acuerdo, el poder del centro y las virtudes del régimen mixto son las formas de regenerar la legitimidad perdida que está en la base de la crisis que nos persigue desde 2019. La "Crisis del Bicentenario" no es de seguridad, ni de empleo, ni de productividad, ni de educación, ni de salud, ni de segregación. Es de todo eso. Por falta de capacidad de acuerdo, debilidad del centro y posiciones excluyentes. ¿Cómo salir del atolladero? (1) Con acuerdos; (2) valorando lo mixto. En cierto modo, por efecto del mismo "pape y pape", Matthei y sus voceros debiesen alcanzar lucidez sobre ambos puntos. ¿Cómo combatir al crimen organizado? Con más policías.
Pero, además, pasa que hay municipios más ricos que cuentan con guardias. ¿No valdría la pena generar algún tipo de trabajo conjunto e igualdad de policías y guardias entre comunas ricas y pobres? Una labor integrada de los sectores público y privado nos permitió superar el coronavirus, mal que en otros lugares fue simplemente espantoso. ¡Qué National Health Service! Nuestro propio sistema de salud podría funcionar mejor que aquel esperpento lento e ineficaz (la esperanza de vida en Chile ya es superior a Inglaterra), en una combinación inteligente de fuerzas privadas y públicas. ¿Y la productividad? Los neoclásicos dicen "dejen al mercado funcionar". Y ahí estamos, estancados desde 1998. Nuestra economía es demasiado simple.
No sabemos usar masivamente el torno ni fabricar buques, y queremos ser desarrollados. ¿No sería más probable el desarrollo si el Estado, en vez de estorbar a inventores y creadores, los financiase fuertemente, con el 3, el 4 por ciento del presupuesto nacional? ¿ No podría entonces la "clase útil" darnos lo que la "clase inútil" de administradores y gestores políticos no nos da? Pape y pape Hugo Herrera Prof. Filosofía del Derecho UDP "La crisis no es de seguridad, ni de empleo, ni de productividad, ni de educación, ni de salud, ni de segregación. Es de todo eso". Sin Asignar.