Autor: NICOLÁS GARCÍA
Países latinoamericanos alertan por flujos "a la inversa" por presión migratoria de Trump
Países latinoamericanos alertan por flujos "a la inversa" por presión migratoria de Trump LA LLEGADA DE MIGRANTES podría generar problemas en algunas zonas, según expertos.
FRANCE PRESSE S in soltar el acelerador en su política migratoria ni por un segundo, el Presidente estadounidense, Donald Trump, ha redoblado sus esfuerzos en la materia, con miles de deportados, arrestos en la frontera y, ahora, una prohibición de viaje total para 12 países. La estrategia ha llevado a una disminución en las entradas al país y, también, a un fenómeno de "migración inversa" que preocupa a los gobiernos de la región.
El país que más ha alertado por la situación es Colombia, que ayer aseguró que al menos 9.000 migrantes regresaron en lo que va de 2025 desde Panamá, México y Costa Rica, cruzando la selva del Darién. Los datos fueron divulgados por la Procuraduría, que habló de una "crisis humanitaria" que se vive en la zona, ante lo que las autoridades competentes deben responder.
El "flujo migratorio inverso" se ha agravado por la "grave" falta de ayuda básica para las personas que intentaron migrar hacia Estados Unidos, pero que no lo consiguieron debido a las nuevas restricciones y tuvieron que regresar al Darién, planteó el órgano.
El Tapón del Darién, una densa selva que divide a Colombia y Panamá, ha sido por años el símbolo de las dificultades de la migración centroamericana hacia Estados Unidos, pero las mayores barreras legales impuestas por la administración Trump han hecho que en los últimos meses miles de personas se queden estancadas en países de tránsito, como Costa Rica o México, y sin opciones viables de regularización, opten por tomar la ruta contraria y regresar. La muerte del "sueño americano" El gobierno de Trump ha celebrado los "niveles altísimos de migración inversa" que han visto, según dijo Tricia McLaughlin, secretaria adjunta para asuntos públicos del Departamento de Seguridad Interior.
La funcionaria defiende que la "autodeportación" es la mejor vía para los migrantes, porque, al hacerlo, "existe la posibilidad de que puedan regresar legalmente por el camino correcto y seguir adelante para vivir el sueño americano". Los inmigrantes tienen otra perspectiva: "Eso ya murió. Ya no hay sueño americano", dijo a France Presse Saudy Palacios, quien en marzo regresó a Venezuela desde México, tras atravesar la ruta del Darién.
Quienes cruzan esa zona pueden hacerlo a pie o en lancha, y ambas formas tienen sus riesgos, según las autoridades, pues la primera expone a los migrantes a la selva y la otra, al peligro del transporte marítimo en precarias lanchas a altas horas de la noche. El 22 de febrero pasado, una embarcación que transportaba a 21 personas naufragó en la región de Guna Yala, en Panamá, dejando a una niña venezolana de ocho años muerta. Aunque el peligro no ha evitado que crezca la oferta de servicios ilegales para cruzar. Incluso en TikTok, donde una simple búsqueda permite encontrar múltiples opciones.
Posible colapso de zonas receptoras "No hay duda de que las economías y sociedades de América Latina están poco preparadas para afrontar tanto el regreso de migrantes como la presencia de migrantes atrapados, especialmente cuando las comunidades locales a menudo siguen estando en gran necesidad", aseguró Josiah Heyman, director del Centro de Estudios Interamericanos y Fronterizos de la Universidad de Texas en El Paso.
Muchos de quienes buscan regresar son venezolanos, y el gobierno de ese país habilitó vuelos para retornados desde Estados Unidos --más de 5.000 personas han regresado desde febrero-y también suscribió un acuerdo migratorio con México para facilitar el retorno de quienes no tienen recursos para regresar, pero eso no ha evitado que muchos opten por el peligroso camino a pie o en lancha.
Honduras, en tanto, advirtió ayer que las deportaciones de sus ciudadanos aumentaron 9,2% en los primeros cinco meses de este año, con un total de 15.988 nacionales retornados, y Estados Unidos lidera las expulsiones, con más de 9.900. Costa Rica también es representativa de la nueva tendencia en el flujo migratorio.
Según la Organización Internacional para las Migraciones, entre 2021 y 2024 más de 1,2 millones de personas ingresaron al país desde Panamá rumbo al norte, pero después de alcanzar un peak en 2023, con alrededor de 84.500 personas, el número comenzó a bajar y en enero de 2025, el mes en que Donald Trump asumió la presidencia, llegó a 1.600; en febrero se repitió la cifra y llegó a cero a mediados de marzo. Mientras tanto, durante un período de seis semanas, entre febrero y marzo, la OIM estima que unas 1.200 personas ingresaron a Costa Rica, en la dirección contraria. Otro país que ha alertado por la situación es Panamá, que ha establecido medidas de control junto con Costa Rica para enfrentar el fenómeno de la migración inversa.
Según los últimos datos estadísticos del Servicio Nacional de Migración de Panamá, divulgados en abril, desde que comenzó el flujo de regreso a fines de 2024, han llegado al país 4.337 migrantes, de los cuales 4.108 son de Venezuela; 140 de Colombia; 29 de Perú; 15 de Ecuador; 9 de Chile, y 36 de otros países.
La distribución mensual de esas cifras en Panamá da cuenta del cambio en la situación tras el regreso de Trump a la Casa Blanca: se registraron cinco migrantes en diciembre de 2024; 216 en enero de 2025; 1.910 en febrero, y 1.703 en marzo. El aumento del flujo migratorio inverso también ha generado ciertas tensiones en las comunidades receptoras en Colombia, según El Tiempo. Además, las autoridades locales han advertido sobre la posibilidad de un desbordamiento de las capacidades de sus respectivos municipios para atender a los recién llegados.
A esto se suma que el nuevo flujo migratorio ha revelado nuevos municipios que reciben personas y que antes no lo hacían, y "que, evidentemente, tienen una muy poca capacidad de respuesta", aseguró María Clara Roballo, investigadora experta en migración del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario, quien destaca que algunos de los municipios afectados suelen ser "territorios con poca institucionalidad, con debilidad institucional y donde hay altos índices de pobreza". Colombia dijo que al menos 9.000 personas han retornado este año: Países latinoamericanos alertan por flujos "a la inversa" por presión migratoria de Trump NICOLÁS GARCÍA DE VAL Las medidas del Presidente han llevado a miles a tomar el camino de regreso, en lugar de seguir hacia Estados Unidos. Muchos utilizan cruces peligrosos como el de la selva del Darién. Algunos de los gobiernos de los 12 países cuyos ciudadanos tendrán prohibido visitar Estados Unidos a partir de la próxima semana, reaccionaron ayer molestos ante la nueva medida migratoria impuesta por Donald Trump. La nueva prohibición se dirige a Afganistán, Myanmar, Chad, República del Congo, Guinea Ecuatorial, Eritrea, Haití, Irán, Libia, Somalia, Sudán y Yemen. E incluye restricciones más estrictas para los visitantes de otros siete países: Burundi, Cuba, Laos, Sierra Leona, Togo, Turkmenistán y Venezuela.
Venezuela rechazó ayer la decisión de EE.UU., al considerar que la medida tiene "evidentes fines políticos y de amedrentamiento". En una línea similar se manifestó el gobierno cubano, que consideró que la restricción de entrada tiene un "trasfondo racista" y perjudicial para los vínculos personales y profesionales de ambos países.
La Comisión de la Unión Africana, por su parte, pidió a la administración Trump reconsiderar, diciendo que apelaba a Estados Unidos para ejercer su derecho soberano de proteger sus fronteras y garantizar la seguridad de sus ciudadanos, "de una manera equilibrada, basada en evidencia y que refleje la larga asociación entre Estados Unidos y África". n Cuestionamientos a prohibición de entrada.