La polarización y el reencuentro entre los chilenos
La polarización y el reencuentro entre los chilenos La polarización y el reencuentro entre los chilenos Una inmensa multitud votó por una: Revolución en Libertad en Chile, en 1964... ¿qué se hizo? la historia escrita lo registró y la memoria del pueblo chileno tiene este hecho en sus vidas concretas. Funcionaba un partido que se ganó la confianza de miles de chilenas y chilenos.
El chileno olvida, se dice, pero también aprende a recordar. ¿Cuánto puede durar un partido político como una vanguardia de probidad, inclusión y valores cívicos que iluminan los caminos del progreso y una revolución democrática? La corrupción y estupidez han destruido los liderazgos de un progresismo lúcido que conoce y conserva los valores vigentes vigentes de la tradición cristiana y de un humanismo cristiano renovado. 2.“En medio de la polarización que hoy se manifiesta en Chile, por la crisis de la política partidaria, que como sucede se tiende a leer en blanco y negro, hay que decir con firmeza que hay políticos honestos y no todo es corrupción.
Si esto fuera así, que todos los políticos son corruptos, tampoco los críticos o anti-políticos senan honestos. ¿Qué tienen para asegurar que no son corruptos? ¿ Declaraciones, palabras? Hablar no demuestra nada en este asunto, son hechos de probidad los que necesita el pueblo. Construir referente nuevos para recuperar idearios falseados o anulados, es muy legítimo, legítimo, incluso hoy es muy necesario. ¡Hay que apoyar proyectos nuevos humanistas-cristianos! ” 3. En chile, hay sectores que impiden la democratización del país, es propio de una economía mercantil.
Por lo menos, podemos ver tres aspectos socio-políticos que nos indican un camino de empoderamiento del pueblo frente al abuso e injusticia de una minoría privilegiada y dominante: el conflicto entre los intereses del gran empresariado y los de las grandes mayorías del país no puede ocultarse.
Esto no significa que éstos siempre sean contrapuestos, pero sí que muchas veces lo son, y este conflicto conflicto debe ser parte del debate público y de la formación política del pueblo. ----2. la política necesita urgentemente organizaciones políticas autónomas autónomas del interés empresarial, que en lo posible conformen un gran frente común, que se proponga convocar a los sectores históricamente excluidos de la politica chilena y que tienen una vocación democrática. ----3. la posición del empresariado es una posición de fuerza. Solamente una sociedad civil organizada y empoderada será capaz de entablar un diálogo, diálogo, y la posibilidad de construir acuerdos reales con quienes son hoy los dueños del país. Es necesario superar los límites de la democracia cue nos heredó el dictador.
Hay un sector masivo del pueblo que casi no esta participando participando en el Chile actual, es el Centro socio-político. 4.“Probablemente sea hora de tomarse en serio parte de la propuesta de Taylor y asumir que los católicos pueden aportar a las sociedades modernas la muy humana apertura a la trascendencia, que sirva como antídoto al yo cerrado, inmanente, violento y excluyente. Las tradiciones religiosas nos ayudan a pensar en comunidades abiertas ala trascendencia, plurales, pero no relativistas, en coexistencia e interrelación con otras tradiciones. Esto, claro, no nos ofrece un modelo político y social nítido, pero sí una base sobre la cual organizar instituciones y practicas que hagan posible la buena buena sociedad. Estas reflexiones quizás nos contagien algo de la esperanzada mirada de Taylor.
Al final del día y como Matteo Ricci hace cinco siglos, los católicos del siglo XXI tienen por delante un arduo proceso de discernimiento para encontrar y hacer florecer los elementos de la cultura que favorezcan la realización del evangelio, mientras ofrecen alternativas a las prácticas sociales y políticas políticas que lo niegan. Para ello habrá que enfrentarse enfrentarse a la cultura de la cancelación, a los prejuicios prejuicios antirreligiosos y al relativismo posmoderno. Existe una mirada católica muy valiosa que puede, puede, con su ejemplo, ayudar a mejorar nuestras sociedades. sociedades. Es hora de que los católicos se sacudan los prejuicios y la ofrezcan al mundo” 5. “Y ahora, ¿qué queda? Un puñado de dingentes que parecen sobrevivientes de su propia historia, atrapados entre la irrelevancia electoral y la nostalgia. Un partido que fue columna vertebral del Chile moderno convertido en apéndice menor de otros proyectos, sin identidad ni norte. Esto no tiene que ver con apoyar o no a Tohá. Tiene que ver con no aceptar ni con resignación ni con indiferencia que se desfigure así lo que fue una de las experiencias políticas más profundas, transformadoras y humanas que haya conocido Chile. Lo que hoy se intenta, a veces con buena intención, no es una reedición de la Concertación. Es su parodia. Es una pobre réplica, un juguete rasca comprado en un mall chino. Sin alma, sin relato, sin épica. La historia de la Democracia Cristiana no puede terminar así. Los que aún creemos en su legado, en su ética, en su esperanza, no tenemos derecho derecho a callar. Y si callamos, que no sea por resignación, sino por el peso de la memoria que aún nos exige dignidad. Los recuerdo, no para intentar refundar lo que ya no queda tiempo de salvar, sino para fundar una nueva fuerza política, honesta, ejemplar en el servicio público, donde jóvenes sean acogidos, formados y proyectados.
Una fuerza política competente, que escuche lo que su pueblo demanda, humilde pero firme al defender sus convicciones, dialogante, sensata y rebelde frente a la injusticia y el abuso, como fueron los falangistas y los antiguos democratacristianos. Jamás convencida de una supuesta superioridad superioridad moral.
Esa fuerza política, si no la fundamos nosotros, los que aún creemos en la llama que dio origen al partido, tarde o temprano tendrá que levantarla alguien, Y lo hará, porque forma parte del alma de Chile. ” Rodolfo j. Fortunatti Fortunatti Conclusión: Esa nueva fuerza política humanista cristiana, democrática democrática y comunitarista seguramente hará revivir las palabras y hechos de los antiguos falangistas. Entonces, podremos seguir construyendo una sociedad sociedad comurntaria, personalista y pluralista, alternativa al relativismo, al individualismo, al autoritarismo excluyente y a toda forma de sectarismo y anti-democracia. (*)Mario A. Díaz Molina es Profesor de Religión y Filosofia. Licenciado Licenciado en Educación. Egresado de la Universidad Católica del Maule. Mino ooo Din Moon.