Alzamiento militar en La Paz sella el quiebre entre Morales y Arce, su antiguo delfín
Alzamiento militar en La Paz sella el quiebre entre Morales y Arce, su antiguo delfín MORALES acusa que hubo un "autogolpe" en Bolivia. ATON E l cuestionado levantamiento militar que vivió Bolivia la semana pasada pareció unir a Luis Arce y a Evo Morales, en una crítica conjunta al actuar de los uniformados.
Sin embargo, los gestos amables de uno y otro terminaron casi tan rápido como comenzaron y hoy el supuesto golpe de Estado ha sellado el divorcio entre el Presidente boliviano y su predecesor, potenciando las tensiones políticas en momentos en que el país enfrenta una grave crisis económica.
Después de meses sin comunicación pública, ese día Arce --que se desempeñó como ministro de Economía durante el gobierno de Morales-llamó a su antiguo jefe para advertirle sobre la sublevación de los comandantes de las Fuerzas Armadas, a la cabeza del jefe del Ejército, general Juan José Zúñiga, y recibió un evidente respaldo de su predecesor en redes sociales, que pidió suspender las protestas contra el gobierno.
Sin embargo, casi 48 horas después de la fallida acción militar --que fue puesta en duda por el propio Zúñiga al asegurar, tras ser detenido, que todo era un plan de Arce--, Morales sembró sospechas sobre lo ocurrido.
Y el domingo fue más allá al plantear que todo se trataría de "un autogolpe" y que Arce, hasta hace algunos años considerado su delfín político, "engañó al pueblo boliviano". Ayer nuevamente volvió a la carga al aseverar que "lo sucedido el pasado 26 de junio es muy extraño" y que "es necesaria una investigación". El Presidente también ha apuntado sus dardos hacia Morales. "A pesar de los intereses mezquinos y ambiciones personales que quieren impedir que sigamos trabajando por el bienestar de todas y todos los bolivianos, y pese a la tristeza por el oscuro episodio acontecido la semana pasada, estamos y seguiremos firmes trabajando por el bienestar de nuestro pueblo, le guste a quien le guste", aseguró ayer sin mencionar a su predecesor, aunque hace unos días le espetó directamente que no se ponga "del lado del fascismo". Ruptura profunda Así, el episodio podría ser el golpe definitivo en la relación entre Morales y Arce, que lleva años de desgaste. La disputa comenzó el mismo día de la asunción del actual Presidente el 8 de noviembre de 2020. En su discurso de posesión, Arce no nombró a Morales, quien acababa de regresar de su autoexilio en Argentina luego de dejar el poder tras las violentas protestas de 2019. Según los medios locales eso no cayó bien a su predecesor, que poco después comenzó a cuestionar la labor del gobierno. La ruptura se consumó a finales del año pasado, cuando la justicia inhabilitó a Morales para ser candidato en 2025, alegando que la Constitución permite la reelección por dos períodos seguidos.
El líder indígena, que acusó a Arce de aliarse con los jueces para sacarlo de carrera, busca revertir el fallo, mientras el ala "arcista" del Movimiento al Socialismo (MAS) quiere que el actual Presidente busque otro mandato. "El quiebre se debe a dos factores.
Por un lado, a la necesidad de ajustes internos del MAS en distintas áreas, incluyendo la rotación de la `élite' dirigente que conducía el partido y, en segundo, a la necesidad de replantear su proyecto luego de la crisis estatal de 2019 que exponía los límites del MAS en su articulación con la sociedad", dijo a "El Mercurio" el analista político Ludwig Valverde, quien agrega que el alzamiento militar ha generado una "polarización a flor de piel en las dos facciones (del oficialismo) que se extiende a otros temas". La división ha llegado a tal punto que la facción de Morales del MAS ha bloqueado en el Legislativo las iniciativas del gobierno y tanto el actual Presidente como su predecesor celebraron sus propios congresos partidarios para discutir el futuro del movimiento. "Vamos a ganar las elecciones y vamos a ganar para salvar a Bolivia", dijo Morales en el suyo.
La ruptura también se ha expresado en las hipótesis sobre lo que ocurrió realmente en el alzamiento militar, con sectores "evistas" mostrándose seguros de que fue un autogolpe y los "arcistas" defendiendo al gobierno ante lo que ven como un intento de desestabilizarlo.
El hecho de que el presunto golpe haya dado algo de aire al gobierno, ahogado hace meses por protestas por la crisis económica que atraviesa el país, parece dar más fuerza a la idea de que tendría algo que ver con lo ocurrido, según analistas. "Hay muchos indicios de que podría ser un autogolpe. Por poco tiempo Arce ganó popularidad y apoyo internacional, porque dentro y fuera de Bolivia se defiende la democracia. Pero puede ser un triunfo muy corto y precario, porque mucha gente cree que Arce engañó al país", dijo a este diario el politólogo Carlos Toranzo. Crisis económica La tensión política dificulta las labores de gobierno y, así, potencia también la otra crisis del país: la económica.
Bolivia enfrenta desde el año pasado una seria escasez de dólares, así como de combustible debido a que el que fue el motor de su economía por años, el gas, se fue debilitando debido a la falta de inversiones en exploración. En 2022 las exportaciones cayeron poco más del 50% con respecto a 2013, cuando alcanzaron su tope máximo. Al mismo tiempo, el gobierno ha gastado miles de millones de dólares para importar combustible que, debido a los subsidios, vende a precios bajo el mercado. Eso, sumado a que el Ejecutivo debió echar mano de sus reservas de dólares para mantener los beneficios sociales, ha hecho que se produzca una escasez de la divisa estadounidense, planteó France Presse. El gobierno asegura que la crisis no existe y que el problema se debe a especuladores.
Sobre el dilema de los combustibles, la petrolera estatal YPBF plantea que el principal responsable son los comentarios en redes sociales, que generan una "sobredemanda" de carburante. "El producto está garantizado", declaró el presidente de la empresa boliviana, Armin Dorgathen. Los transportistas de carga del país no están de acuerdo y se han manifestado varias veces por la situación. De hecho, tenían planeada otra protesta con bloqueos de vías la semana pasada, pero el gobierno logró un acuerdo para desactivarla justo antes de que estallara el conflicto con los militares.
Sin embargo, los economistas no prevén que la situación se resuelva pronto, por lo que es posible que las manifestaciones se reactiven y presionen al gobierno, en momentos en que las divisiones dificultan sus posibilidades electorales en 2025. "En política no hay verdades absolutas, quienes se odian profundamente pueden unirse si a ambos les interesa salir ganando. Pero, por ahora, las pugnas son muy profundas, parecen (Arce y Morales) enemigos irreconciliables. Pero nunca se sabe", aseguró Toranzo.
Disputa que comenzó en 2020: Alzamiento militar en La Paz sella el quiebre entre Morales y Arce, su antiguo delfín NICOLÁS GARCÍA DE VAL La enemistad entre ambos se ha potenciado, con acusaciones cruzadas y cuestionamientos por un presunto "autogolpe". El Presidente argentino, Javier Milei, intensificó sus críticas al gobierno de Bolivia por lo que calificó de "fraude montado" de intento de golpe de Estado en La Paz y apuntó sus dardos directamente a su par Luis Arce. "Se conoce el fraude montado en Bolivia y el perfecto idiota, en lugar de aceptar su error, me critica por dejar su estupidez a la vista", escribió en X sin mencionar directamente a Arce, pero dejando pocas dudas de a quién se refería.
El lunes, Bolivia llamó a consultas al embajador de Argentina en La Paz para expresar un "enérgico rechazo" al comunicado difundido el domingo por la Oficina del Presidente de la República de Argentina, que cuestionó la veracidad del intento de golpe de Estado y también dijo que en Bolivia hay 200 presos políticos. n Milei critica "fraude" ARCE ha tenido roces con Morales desde 2020. EFE.