Autor: CATALINA AILLAPÁN
Consejos para sobrellevar correctamente un encuentro con un perro suelto que intimida o ataca
Consejos para sobrellevar correctamente un encuentro con un perro suelto que intimida o ataca Se estima que en el país hay cerca de 12 millones de perros (poco más de 4 millones son callejeros), según datos de la Escuela de Medicina Veterinaria UC.
Una población que en ocasiones puede suponer un riesgo, sobre todo cuando escapan de sus casas o deambulan sin supervisión. ¿Cómo se debe actuar frente a un potencial ataque canino? “Lo primero es mantener la calma, a pesar de lo difícil que sea.
Hay que quedarse quieto unos minutos, en silencio, con las manos lo más cerca del cuerpo posible y sin mirarlo directamente a los ojos”, recomienda Ana Francisca Soto, veterinaria y etóloga (experta en comportamiento animal) de la U. Andrés Bello.
Jamás hay que salir corriendo ni hablarle o gritarle para asustarlo o echarlo, advierte, “porque Especialistas abordan el tema, considerando el bienestar de la persona y del animal: SNOMMOCEVITAERC / AIDEMIKIW coordinadora de Etología y Bienestar Animal de la Escuela de Medicina Veterinaria de la U. Mayor. Si se siente amenazado o temeroso, “el perro te mira fijamente con la boca cerrada, postura tensa y la cola parada, o agachado con la cola entre sus patas”, explica. “Si el perro se te acerca, mueve la cola y saca la lengua”, denota un estado curioso o amistoso. De todas formas Stuart aclara: “Nunca debes acercarte ni intentarlo tocar. Eso es súper invasivo y amenazante”. Si se tira a morder, ambas expertas recomiendan siempre proteger las zonas más sensibles: la cara, el cuello y el abdomen. Una táctica es ponerse en posición fetal, sobre todo si el perro tumba a la persona.
Lo más probable, según Soto, es que un perro deje de morder “en menos de un minuto”. Si bien es difícil frente al dolor, se recomienda no mover la extremidad afectada, porque así “el perro percibe que no hay peligro y te suelta”. Si se mueve bruscamente para quitarla “es probable que muerda con más fuerza, y como tiene sus dientes en tu piel y músculos, se puede producir un desgarro”. Si no deja de morder, Soto aconseja “pedir la ayuda de un tercero para disuadirlo”, quien puede “tomar con una mano la piel de la nuca del perro, muy firme para impedir que mueva el cuello. Con la otra mano debe tratar de apretar su ingle para que le genere incomodidad.
Con eso el perro debería soltar el hocico y liberar a la persona”. Como una mordida puede generar una infección, “siempre hay que ir a un centro médico”, enfatiza Soto, para recibir curaciones y remedios pertinentes, como la vacuna antirrábica de ser necesario. eso va a generar más agresión de parte del perro”. Es ideal esperar a que deje de ladrar, pero si persiste “generalmente es porque quiere que te vayas del lugar.
Entonces tienes que alejarte, lentamente, sin darle la espalda, evitando movimientos bruscos”. Si no está ladrando, “uno debería leer su lenguaje corporal, para saber en qué estado emocional está”, dice Constanza Stuart,. Siempre hay que mantener silencio, no darle la espalda, evitar movimientos bruscos ni acercarse, porque eso puede agudizar la agresividad del can. En caso de mordidas, acudir a un centro médico es clave. Especialistas abordan el tema, considerando el bienestar de la persona y del animal: No se aconseja recurrir a sonidos, pitos, agua o sprays repelentes para disuadir a un perro, porque puede reaccionar con m