Autor: Rodrigo Yáñez Secretario general de la Sofofa
COLUMNAS DE OPINIÓN: Lost in translation
COLUMNAS DE OPINIÓN: Lost in translation Rodrigo Yáñez Secretario general de la Sofofa Secretario general de la Sofofa rácticamente ya es un mantra que la política exterior de Chile ha sido uno de los pilares más estables y coherentes de nuestra proyección internacional, trascendiendo a gobiernos y ciclos políticos por más de 30 años. Es decir, que habría sido, en el mejor sentido, una política de Estado. ¿Qué hemos ganado en lo económico? 35 acuerdos con 65 economías, que han permitido a Chile dar sostenibilidad económica a su desarrollo. Sin ir más lejos, en el 1er trimestre de 2025 las exportaciones explicaron casi la mitad del crecimiento del PIB. Imaginemos cómo se vería nuestra economía hoy, sino consideráramos las exportaciones. En ese camino, el pragmatismo ha sido una herramienta útil, e incluso vital, para un país del tamaño de Chile. Nos ha permitido adaptarnos a escenarios cambiantes, diversificar vínculos y sostener una política exterior coherente y moderna. Hoy, en un mundo marcado por la fragmentación geopolítica, la competencia entre potencias y el resurgimiento de lógicas de bloque, ese marco es más importante que nunca. Las señales importan. En política exterior, la forma es fondo. Defender nuestros intereses también incluye cuidar la manera en que los defendemos. Las relaciones internacionales funcionan muchas veces bajo una lógica de quid pro quo: los gestos, las presencias y las ausencias se interpretan, y generan reacciones. Pueden abrir puertas, pero también cerrar otras. En un entorno global volátil, cada acción diplomática de Chile es observada y analizada. El valor de una política de Estado está, entonces, en la coherencia y representatividad de lo que piensa un país, porque da certezas de lo que se puede esperar de nosotros en el largo plazo.
En el actual contexto, los gestos de nuestra diplomacia debieran redoblar el mantra de Estado con que se inicia esta columna y evitar lo que evoca el título de la notable película Lost in Translation, dirigida por Sofía Coppola.
Como bien señala esta potente y precisa metáfora, los próximos pasos de la diplomacia chilena deben ser claros en su alcance para quienes los observan, de manera que nadie saque conclusiones apresuradas de lo que se pueda ver o interpretar a primera vista. Contrariamente a lo que percibe un espejo, los objetos no necesariamente están más cerca que su reflejo. El próximo 9 de julio, en principio, vence el plazo en que deben concluir las negociaciones iniciadas por el USTR con más de 90 países, Chile incluido.
Se trata de un tema estratégico para la política exterior de nuestro país por su impacto económico y porque forma parte de una agenda más amplia con nuestro principal socio comercial en el hemisferio, incluyendo sendas investigaciones bajo la Sección 232 para el cobre, minerales críticos y la madera, fundadas en seguridad nacional de ese país. Chile puede, y debe, seguir actuando con pragmatismo. Pero un pragmatismo consciente de que, tanto en política exterior como en las relaciones personales, también se construye confianza a través de la coherencia y la claridad..