Columnas de Opinión: Irina, la excepción revolucionaria
Columnas de Opinión: Irina, la excepción revolucionaria i uno examina hoy conS cenzudamente el cometido del gobierno del ma kleológico, y advirtió que como Primera Damaiba a eliminarla. Ese cargo (no remunerado) se remonta a la época colonial y ha sufrido muchas modificaciones, pero tenia un innegable impacto positivo. Visibilizaba y promovía, desde las inmediaciones del mandatario o mandataria, mejoras en temas relacionados con mujeres, infancia, cultura, educación, deportes y obras sociales. Y la Primera Dama llegaba a menudo a regiones y sectores a los cuales no llega el Presidente, es decir, constituia una señal poderosa para los chilenos de regiones, eternos mar ginados. Para una elite que se atrinchera en cuatro comunas de Santiago puedo imaginar que ese cargo diese lo mismo.
Pero para quienes viven a miles de kilómetros de la metrópoli, la presencia prePresidente Gabriel Boric, constata que al final del mandato, el único integrante del Frente Amplio que ha sido y quedará ante la historia como revolucionario consecuente es quien fue en algún momento pareja del Mandatario y, por ello, Primera Dama. Me refiero a Irina Karamanos. Lo sostengo porque ella cumplió sin miramientos ni vacilaciones lo que anhela precisamente todo revolucionario: destruir el orden existente y sustituirlo por otro radicalmente opuesto, supuestamente superior.
La radicalidad define al revolucionario, un amante perpetuo de las "transformaciones profundas", que es todo y nada a la vez. "Todo dentro de la revolución, nada fuera de la revolución", decía Fidel Castro al imponer a los artistas e intelectuales cubanos los limites de su estrecha libertad. Hoy la izquierda prefiere el concepto "transformaciones profundas" porque suena mas chie ya que la palabra "revolución" entró en descrédito, mérito de figuras como Lenin, Stalin, Mao, Ortega, Chávez, Maduro y Fidel y Raúl Castro. Aunque de paso fugaz por La Moneda, Karamanos cumplió la misión del auténtico transformador profundo en un gobierno que prometía transformaciones que todo lo cambiarian y mejorarian. En rigor, Karamanos fue de una ortodoxia total.
Fue la única lider frenteamplista que cumplió a cabalidad en su ámbito la tarea de desmontar lo existente: ingreso a palacio como Primera Dama aclarando honestamente que no se veía a si misma como tal, definió a la institucion como hetero-patriarcal, paternalista y añeja, como lo ve a través de su prissidencial a traves de un mensaje llevado por su cónyuge o pareja, adquiere un sentido especial y emotivo. Bueno, Karamanos eliminó ese cargo, adjudicó sus fragmentos a otras instancias, creo un gabinete con su nombre (que despertó repudio nacional), y luego se marchó. Insisto: como revolucionaria amante de los cambios profundos cumplió lo que anunció. Convengamos en que es algo escaso entre los políticos. Ella es nuestra "Dama de Hierro", aunque la británica Margaret Thatcher fue elegida por voto popular.
Karamanos se marchó de La Moneda y se separó de Boric (ignoro qué ocurrió primero), y empezó a impartir conferencias en Chile y el extranjero, donde la presentaban y atendian -segun reportes de prensa. como ex Primera Dama de los chiley acciones refundacionales originales. La moderación fue en algunos casos más retórica que real, y en otros más real que retórica. Algunos revolucionarios de la primera hora dieron un paso al costado, pero la mayoria, conservo sus puestos en el poder pero "aburgues" su discurso. Y así presenciamos desde hace un tiempo súbitas y vertiginosas conversiones públicas de carácter político e ideológico del mandatario para abajo. Se ejecutan sin aviso y se quedan sin explicación.
Los que se oponían a los tratados de libre comercio, aparecen de la noche a la mañana aplaudiendo los; los que invitaban a los migrantes a venir a Chile sin do cumentos, ahora están por reforzar la frontera; los que atacaban y denigraban a las fuerzas armadas y policías, se presentan hoy como sus más fienos, quienes supuestamente cavaban en "sus territorios" para sepultar el neoliberalismo. Sus charlas giran en torno a temas feministas y a la eliminación del cargo histórico que sí sepult.
Karamanos expresa una excepción clara en un gobierno que se inició como radical alianza frenteamplista-comunista pero que, debido a su incapacidad para gestionar la administración y su aproximación ideológica a las tareas, ambos déficits criticados por la ciudadanía en encuestasy urnas, tuvo que ser socorrido por políticos del socialis mo democrático que acudieron en auxilio de La Moneda.
Este golpe de timón hacia la moderación que tuvo que dar Boric, acarre la moderación y hasta la conversión no sólo del discurso gubernamental, sino tambien de sus objetivos les admiradores; los que exigian una "solución nacional patriótica" para explotar el litio, acaban de darse una voltereta digna de un ¡ Plop! de Pepo. Para qué seguir. Ahora la candidata presidencial del Partido Comunista, Jeannette Jara, afirma que en Cuba hay violaciones a los derechos humanos. Digno de felicitación el dar ese paso pionero para un comunista chileno (ojalá no sea mera táctica electoral). Su partido justifica a cuanta dictadura de izquierda exista o haya existido en el planeta.
Por cierto, la dictadura de los hermanos Castro existe desde mucho antes que la exministra naciera: cuando Jara nació, en 1974, Fidel Castro ya llevaba quince años en el poder, sin elecciones ni congreso ni del partido comunista cubano. Hoy el régimen castrista lleva 66 años sin libertad, democracia, división de poderes ni minimo bienestar. Queda Jara en la historia: la primera comunista chilena en darse cuenta que parece que alli hay dictadura. Karamanos es, a mi juicio, un caso raro de revolucionaria consecuente en el gobierno. No digo que sea la única, pero es la única que entra al poder, cumple con su objetivo ideologico de forma quirúrgica y deja el poder. Pocos revolucionarios lo hacen, basta con examinar la historia latinoamericana. Como Julio César, Karamanos puede decir: ¡ Vini, vidi vinci! Ella vino, vio, venció y volvió a lo suyo, lejos de "las mieles del poder". Como frenteamplista elimino la institución que le encargaron reformular. A diferencia de muchos revolucionarios, no permaneció en el poder ni parece seducida por el Frente Amplio. Tampoco aparece involucrada en casos de irrespeto a la probidad. Se marchó del poder a impartir charlas sobre feminismo y su misión revolucionaria en La Moneda. Hizo en su área lo que un revolucionario debe hacer: destruir el statu quo y levantar otro que lo sustituya. Ahora que el Presidente parece querer dejar un legado de lealtad a los principios transformadores y desapego al poder, me permito pensar que tal vez Irina Karamanos pueda ser un ejemplo inspirador. No sería tal vez un mal legado para su sector. POR ROBERTO AMPUERO ESCRITOR, EX MINISTRO Y EMBAJADOR.. AGENCIA UND/DIEGO MARTIN