Autor: FELIPE RAMOS
Apreciando esos mal llamados “edificios feos”
Apreciando esos mal llamados “edificios feos” A RAÍZ DEL ESTRENO DE “EL BRUTALISTA”Han sido tildados como “edificios ta”, pero el legado del brutalisfeos” o “arquitectura socialis mo sigue generando interés entre arquitectos y amantes de las construcciones modernistas del siglo XX.
Surgido de las cenizas de la Segunda Guerra Mundial, el movimiento brutalista se asocia a un nuevo orden global en el que prima la austeridad, y en el que tanto la concepción del Estado de bienestar como la grandeza de los espacios públicos debían alcanzar a la mayor cantidad de personas posible.
Aunque su época de oro llegó a su ocaso hace cerca de 50 años, la atención por edificios como el Centro Barbican de Londres, la Biblioteca Nacional en Buenos Aires, la Cepal en Santiago o, prácticamente, toda Brasilia, nunca ha disminuido.
Esto se ha reflejado con el estreno de “El brutalista”, cinta protagonizada por Adrien Brody e inspirada libremente en la vida del arquitecto húngaro-alemán Marcel Breuer, autor de la sede de la Unesco en París, el Museo Whitney en Nueva York y el Parador Ariston en Mar del Plata, Argentina.
Muchas veces incomprendidos por carecer de ornamentos, para la decana de la Facultad de Arquitectura, Arte y Diseño de la UDP, Alejandra Celedón, “estos edificios son los más apreciados por los arquitectos, pero los más detestados por el resto de la ciudadanía.
Mientras los arquitectos valoramos las grandes lozas de hormigón continuo, los grandes espacios públicos o los grandes muros sin ninguna decoración, la ciudadanía no tiene la misma relación”. Surgido en Inglaterra, es allí dondeRepública, construida en 1967, es parte del legado patrimonial capitalino. NNAMG Ü RBOVIHCRAlos enormes bloques de viviendas construidos en hormigón visto. Aquí se ha aprovechado la condición líquida del hormigón para realizar algunos bajorrelieves que buscan ablandar la dura expresión general de los bloques”, afirma.
Sobre el brutalismo y la discusión en torno a la concepción de belleza, el experto explica que hay una vertiente que no se limita al uso del concreto en bruto, sino que gran parte de los materiales que se usan para su construcción se dejan a la vista.
Según Mondragón, en esta segunda vertiente se recurre a una idea de “lo bello” que tiene una larga duración en la cultura occidental, según la cual la belleza es el resplandor de la verdad, por lo tanto, existe en un material de construcción que se instala y se deja a la vista una belleza intrínseca que solo se echa a perder cuando al pintarlo o revestirlo de otro material se intenta disimular su aspecto verdadero.
El presente de un estilo en brutoAunque ya no se levanten megaconstrucciones brutalistas o ciudades completas como fue el caso de Brasilia, la edificación de edificios o casas brutalistas ha continuado en Chile con casos como la Casa Poli en Concepción (Mauricio Pezo Sofía von Ellrichshausen) o el Centro de Innovación Anacleto Angelini de la PUC, diseñado por el arquitecto Alejandro Aravena. Sin embargo, considerando la emergencia climática, construir grandes edificios de concreto es poco sustentable debido a su huella de carbono y efecto sobre el cambio climático. En algunos lugares, como Londres, han comenzado a demoler edificios icónicos. “En Londres demolieron recientemente Robin Hood Gardens, uno de los proyectosbrutalistas de viviendas más emblemáticos, y la gran discusión ética giró en torno a su demolición y qué hacer con todo ese concreto. Estas arquitecturas vamos a tener que reincorporarlas rehabilitándolas o tratando de reciclar el hormigón. Demoler es un desperdicio de energía, un desperdicio de material y un desperdicio de historia que no podemos permitirnos”, afirma la decana de Arquitectura, Arte y Diseño de la Universidad Diego Portales.
EL EDIFICIO DE LA CEPAL, ubicado en la comuna de Vitacura, es el principal ícono brutalista en Chile. se pueden encontrar los principales ejemplos de grandes construcciones brutalistas en edificios públicos con espacios interiores y terrazas generosas, como los que se ven en el Queen Elizabeth Hall y el National Theatre, ambos ubicados en el South Bank londinense.
Chile en concretoA pesar de que en Chile el brutalismo no dejó tantas huellas como en países como Argentina y, especialmente, Brasil, existen casos emblemáticos como el edificio de la Cepal, en Vitacura (Duhart, De Groote y Goycoolea, 1966), las oficinas de la Cooperativa Eléctrica de Chillán (Borchers, Bermejo y Suárez, 1962-1965), la Unidad Vecinal Portales (BVCH, 1954-1968) y la Comunidad Remodelación República (Bruna, Wijnant, Calvo, Perelman y Sepúlveda, 1967), que forman parte de un legado arquitectónico de suma importancia. “Si bien el brutalismo no tiene co-lor político, lo que sucede en Inglaterra es es que estuvo fuertemente asociado a la vivienda social, algo que también ocurrió en Chile. Además de seguir ejemplos de edificios con grandes terrazas o edificios públicos como la Cepal, que es probablemente el edificio más importante de todo Chile”, dice Alejandra Celedón.
Agrega que “muchas veces se piensa que el brutalismo es un movimiento importado desde Europa, pero Latinoamérica logra construir sus propias respuestas, y el caso de la Cepal es uno de ellos, incorporando en su cono truncado central la historia del continente americano”. Para Hugo Mondragón, arquitecto y doctor en Arquitectura y Estudios Urbanos, junto con la Cepal y el edificio de la Cooperativa Eléctrica de Chillán, destaca la villa Portales, un emblemático conjunto habitacional ubicado en la comuna de Estación Central, en Santiago. “El conjunto ha sido destacado en numerosas publicaciones, entre otras cosas, por la poderosa expresión que transmiten. La semana pasada se estrenó en Chile la cinta protagonizada por Adrien Brody, basada libremente en la vida del arquitecto Marcel Breuer, quien fue uno de los responsables de llevar este estilo a Estados Unidos. Dos destacados arquitectos y académicos desglosan la importancia del brutalismo, que dejó huellas tanto en Europa como en Latinoamérica. A RAÍZ DEL ESTRENO DE “EL BRUTALISTA” U E D A LA FACHADA DEL EDIFICIO de la Cooperativa Eléctrica de Chillán, cons LA REMODELACIÓN