Autor: salas del bohemio barrio de San Felipe.
EL CAMINO DEL ARTE
EL CAMINO DEL ARTE BOGOTÁ:TEXTO Y FOTOS: Marilú Ortiz de Rozas, DESDE COLOMBIA. ganizamos en torno a la asociación de galerías colombianas (Agac. com. co), que en su web presenta un plano y un calendario mensual de actividades”, destaca. Son muchas galerías y la ciudad es grande, por lo que se requiere de tiempo para conocerlas todas. Mas, como siempre hay eventos por todas partes, conviene estar bien informado.
“En las últimas décadas la oferta cultural en Bogotá ha crecido enormemente, en especial en el área de las artes visuales, esto en parte por la multiplicación de galerías y espacios dedicados al arte y la creación, hace veinte años, de la Feria Internacional de Arte de Bogotá, ArtBo.
También han contribuido la apertura del Centro Nacional de las Artes del Teatro Colón, el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo, políticas culturales más inclusivas, los beneficios positivos del Acuerdo de Paz y la consecuente disminución de la violencia”, resume Marcelo Dalmazzo, encargado de Asuntos Culturales de la Embajada de Chile en Colombia desde hace casi 30 años.
Me gusta el MamboNo podemos cerrar este recorrido sin mencionar el Museo de Arte Moderno de Bogotá, también conocido como Mambo, otra imprescindible institución creada en 1953 por la crítica de arte de origen argentino Marta Traba. Su sede actual, con 5 mil metros cuadrados en cuatro pisos, data de 1985 y se ubica en el centro. Aquí hemos visto, hace unos años, obras contundentes de artistas tan importantes como el colectivo cubano Los Carpinteros, entre muchos otros. En tanto, el más antiguo, el Museo Nacional de Colombia, abrió en 1824. Ofrece exposiciones de historia, arte y arqueología nacionales e internacionales, así como agenda académica y cultural. Su sede actual fue una prisión durante más de setenta años, remodelada por un arquitecto danés. Finalmente, una institución admirable, el Museo de Arte Contemporáneo de Bogotá, MAC. De notable arquitectura, museografía y programación, abrió hace 58 años en un sector de escasos recursos.
“Fue creado por el sacerdote Rafael García Herreros, así como todo este barrio que se llama “El Minuto de Dios”. Un proyecto que incluyó 15 mil viviendas, teatro, centro de salud, radio, colegios y una universidad. Para él era fundamental que las personas tuvieran acceso a la cultura”, dijo el director de este museo, Gustavo Ortiz, cuando lo visitamos.
En estas calles de intensa vida estudiantil se respira fraternidad y una paz que despierta esperanzas; sin duda es una iniciativa que enorgullece a muchos colombianos, volviendo real “la implicación social del arte”. Si faltan recursos, aquí sobra la mística. Y contagia. DAcaba de concluir la vigésima edición de la feria ArtBo, que convocó durante cuatro días a galerías, artistas, coleccionistas, museos y visitantes del mundo entero. Se desplegó en los cinco pisos de un edificio en el barrio de Quinta Paredes, que se volvió entonces el centro del universo artístico de Bogotá. De Chile, participó galería Isabel Aninat, y Javiera García-Huidobro, su directora ejecutiva, destaca la repercusión que tuvieron en instituciones tan importantes como el Museo Reina Sofía, de Madrid, por citar un ejemplo. También asistieron artistas chilenos representados por las galerías colombianas Elvira Moreno y Sextante, que llevaron a Paula Zegers y Verónica González, respectivamente. Varias galerías bogotanas se suman a esta fiesta y este año ofrecían circuitos expositivos paralelos, una buena ocasión para revisar la propuesta de artes visuales de esta bullente capital.
Lo primero es mencionar que La Candelaria, barrio del centro histórico de Bogotá, con un precioso casco viejo bien conservado, tiene en un par de cuadras cuatro instituciones imperdibles: losmuseos del Oro y Botero, el MAMU y la Biblio-teca Luis Ángel Arango, todas asociadas al Banco de la República de Colombia.
En el primero se exponen deslumbrantes colecciones arqueológicas de orfebrería, en particular de piezas labradas en oro que representan figuras y joyería precolombinas; también de cerámica, piedra y otros materiales, invitando a una inmersión en el rico patrimonio cultural de esta nación. El segundo, instalado en una bella casona colonial un antiguo palacio arzobispal incendiado y reconstruido, exhibe obras del maestro Fernando Botero, oriundo de Antioquia y fallecido hace un año. Él, en su pintura y escultura apostó por la ironía, la sensualidad y la ruptura de los cánones estéticos actuales con sus voluptuosos modelos. Además, hay salas dedicadas a su valiosa colección personal, donada por él, que incluye muy buenas piezas de Picasso, Miró, Dalí, Renoir, Monet, Pollock, Matta y muchos otros. Es un museo gratuito y está por cumplir un cuarto de siglo.
En el mismo edificio se encuentra el MAMU, Museo de Arte Miguel Urrutia, donde se montan grandes exposiciones internacionales, así como muestras creadas a partir de la excelente colección del Banco de la República de Colombia.
En tanto, la Biblioteca Luis Ángel Arango, la más importante del país, con más de cinco mil visitas diarias, también tiene salas para exhibiciones de la colección del banco, y externas; además de conciertos y otras actividades culturales. Vale la pena conocer otro museo en este barrio, el de Santa Clara, emplazado en el antiguo convento de monjas clarisas, que exhibe principalmente obras de los siglos XVII al XIX.
Una visita a La Candelaria no puede omitir sus iglesias, claustros, animadas callecitas adoquinadas, el palacio presidencial, la Casa de Moneda y la magnífica catedral, que abre ante una amplia explanada invadida de palomas hambrientas: la Plaza de Bolívar.
Galerías y más galeríasHace años que hay salas de arte desperdigadas por la ciudad, varias en el centro, en La Macarena o en Teusaquillo, donde hoy se encuentra Mor-Charpentier, una galería con sede en París y Bogotá. Mas, en las últimas décadas los espacios dedicados al arte han proliferado y han tendido a concentrarse en los barrios del norte de la ciudad. Hace unos diez años comenzó a desarrollarse San Felipe, que hoy es un distrito creativo que ofrece buenos planes para los amantes del arte y la cultura. Reúne a numerosas galerías y espacios de arte (casi 30), entre ellos la mencionada galería Elvira Moreno. “Es un barrio alegre y bohemio, en Chile diríamos taquillero. Hay muchas galerías de sorprendente arquitectura, con grandes espacios muy bien adaptados para exposiciones, además de talleres de artistas y cafés”, dice Paula Zegers, que tendrá próximamente una muestra individual allí.
Con sus calles de casas multicolores, concebidas un poco a la imagen de Wynwood, en Miami, el barrio creó una web para difundir su nutrido progra-ma de eventos (DistritoCreativoSanFelipe. com), incluyendo varias noches de “puertas abiertas”. Tan importante como el anterior, El Nogal y Quinta Camacho, en Chapinero norte, es un sector de bellas casonas patrimoniales, muchas de ellas hoy dedicadas al arte.
Aquí se encuentra lagalería Sextante-Taller Arte Dos Gráfico, unade las más antiguas de la capital colombiana (datade los setenta), que además tiene talleres de producción in situ, y ha servido de faro para este barrio y toda la ciudad.
Queda cerca de la “zona rosa”, es decir, de centros comerciales con tiendas ancla internacionales, anticuarios, cafés y el infaltable restaurante Andrés Carne de Res Sextante-Arte Dos Gráfico es además una casa editorial que ha llevado a cabo maravillosas publicaciones de poesía ilustrada, y un sinnúmero de libros de artistas. Entre estos muros se alberga además una colección de arte y de literatura excepcionales. “Nosotros consideramos que nuestra misión es de tanta responsabilidad como la de los museos, y consiste en exponer y dar a conocer las propuestas de los artistas. Las exhibiciones que montamos, con una curaduría conjunta con el creador, es nuestra labor fundamental”, dice María Eugenia Niño, cofundadora con Luis Ángel Parra, de Sextante. Por cierto, es muy agradable recorrer El Nogal a pie, pues es un sector tranquilo y verde.
Nos tocó asistir a un simpático evento organizado un sábado en la mañana por galerías locales, donde un grupo de artistas, desde jóvenes creadores hasta grandes maestros, se juntaron a pintar con tiza las veredas frente a la Ksa Kitsch, un insólito espacio que celebra esta tendencia.
Fue un momento tan lindo, alegre y efímero, como lo es el arte callejero... Tarde supimos cuán cerca está el Museo de El Chicó, que reconstituye, en una magnífica hacienda, el modo de vida de los bogotanos en tiempos de la fundación de la ciudad, con un bello parque y antiguas piezas de uso diario de quienes habitaron bajo esas tejas. Dispone de varias salas de exposición de arte, algunas para muestras temporales externas. Un poco más lejos, pero dentro del circuito El Nogal-Quinta Camacho, se encuentra la galería Salón Comunal, creada hace unos diez años por Bernardo Montoya. “Siendo yo mismo un artista, la abrí para dar espacio a colegas emergentes, eso sí, con un sólido cuerpo de obra. Son los que más necesitan apoyo. Para facilitar las visitas, nos or-. Rica y diversa es la propuesta artística de la capital colombiana: abundan galerías y museos con colecciones patrimoniales precolombinas y obras contemporáneas. Además, cuenta con una de las más dinámicas ferias de arte de Latinoamérica. ÓPERA. Bogotá cuenta con su propio Teatro Colón, también en La Cande CATEDRAL. Frente a la gran Plaza de Bolívar, constituye el corazón del casco viejo bogotano, en el barrio de La Ca MAMBO. Este museo acoge importantes obras de artistas contempo Museo de MUSEO BOTERO. Este antiguo palacio acoge la obra del mayor artis MAC. Este museo de arte contemporáneo se construyó hace casi seis décadas en un barrio vulner GALERÍA ELVIRA MORENO. COLORIDAS. Las tradicionales calles de La Candelaria albergan museos, bibliotecas y centros GALERÍA SEXTANTE. Es una de las más antiguas y prestigiosas de Bogotá: da