Autor: Jaime Abedrapo Director del Centro Derecho y Sociedad USS
Columnas de Opinión: La situación mundial de la paz
Columnas de Opinión: La situación mundial de la paz Las conceptualizaciones políticamente recurrentes como la polarización, crispación, frustración social y populismos son manifestaciones de nuestro estado de ansiedad occidental, por lo tanto, son la consecuencia de una psiquis atormentada que se ha ido deteriorando, por lo general, a causa de la búsqueda de satisfacciones de manera instantáneas e irreflexivas a las necesidades del alma. La enfermedad de la psiquis en Occidente es comparable al Alzheimer, ya que nos invita a olvidar nuestro acervo cultural y la noción del bien común. Por tanto, restamos importancia a los principios de la democracia que aspiraban a la protección de la dignidad humana.
Por ello, vivimos tiempos carentes de sentido en la política, lo cual ha sido provocado por el empoderamiento de individuos, quienes exigen a sus gobernantes que cautelen únicamente los intereses “nacionales” aunque ello signifique desahuciar todo intento por crear condiciones para un orden justo.
Así comprendemos las negociaciones en materias arancelarias que incumplen los tratados comerciales (fin a la pacta sunt servanda); mientras que en asuntos migratorios observamos arbitrariedades producidas por el irrespeto al debido proceso; por otra parte, el cambio climático tiende a ser minimizando en su impacto y se favorece la desatención de las posibles respuestas para mitigarlo. En el mismo sentido, comprendemos el resurgimiento de las demandas geopolíticas en el contexto del reparto de poder entre Estados Unidos, China y Rusia.
Canadá, Canal de Panamá, Groenlandia, Franja de Gaza, entre otros, son nuevas disputas de la Casa Blanca que nos advierten que la supremacía de los Estados nuevamente se concentra en las capacidades militares y económicas, en desmedro de la razón y los argumentos políticos y jurídicos.
Así vamos comprendiendo como Trump representa la avanzada en la asonada contra la institucionalidad democrática y la propia herencia civilizatoria, ya que tiende a desconocer la legitimidad del Estado de Derecho y promueve la anarquía internacional. Por último, la situación mundial de la paz herida por Ucrania, Franja de Gaza y los más de 50 conflictos cruentos abiertos en la actualidad iría a peor.
Así lo demuestra el aumento del presupuesto global para compras de sistemas armas, el cual llegó a un 4,2 % durante 2022 (según SIPRI). Recordemos que Alemania aprobó en marzo de 2025 un endeudamiento de su economía en torno a 500 mil millones de euros para mejorar sus capacidades bélicas. En consecuencia, es tiempo de reimpulsar un renovado enfoque cooperativo promovido por las potencias medias a escala mundial, para lo cual Latinoamérica debe ser un actor clave para movilizar un nuevo espíritu de la esperanza..