Arica, aislada
Arica, aislada Uno de los inconvenientes de ser un país largo y angosto es que en algunas zonas solo existe una ruta en buen estado para los desplazamientos longitudinales. Esto introduce vulnerabilidades, dado que es fácil que una parte del territorio quede aislada.
En las últimas semanas ha sido el caso de Arica, que ha enfrentado esta situación sucesivas veces debido a deslizamientos de rocas sobre la Ruta 5, única vía que conecta la ciudad con el resto de Chile.
Arica se puede abastecer por vía marítima (o desde Perú), de manera que el repentino aislamiento terrestre no la deja sin posibilidad de satisfacer necesidades como combustibles y alimentos, pero sí afecta el normal desarrollo de distintas actividades y el desplazamiento de las personas.
Inevitable es además la pregunta respecto de lo que podría ocurrir de verificarse escenarios más complejos, como el de un eventual movimiento sísmico de alta intensidad como elque se viene anunciando desde hace tiempo debido a la acumulación de energía en la zona norte, el que muy probablemente también afectaría el funcionamiento del puerto.
En cuanto a la Ruta 5, en el corto plazo, el Ministerio de Obras Públicas planea realizar obras de refuerzo de los taludes, lo que podría tardar varios meses o un año antes de terminar los trabajos.
Tal vez sería interesante examinar también la viabilidad de mejorar, aunque sea a niveles mínimos, la antigua vía que precedía a la Ruta 5, de modo de disponer de una alternativa de bajo costo frente a la posibilidad de un nuevo desastre natural que golpee a la ciudad. Por cierto, los viajes por tierra no son el único problema de conectividad. El aeropuerto de Arica ha perdido relevancia y hoy recibe menos vuelos que antaño. Ya no dispone de conexiones aéreas al extranjero ni con otras ciudades del norte. Así, por ejemplo, quien se dirija a Antofagas-ta y quiera evitarse el largo trayecto por tierra, requerirá tomar primero un largo vuelo a Santiago, para después volver al norte. Razones de equidad territorial pero también consideraciones estratégicas imponen realizar un análisis profundo y tener una mirada de largo plazo sobre la situación de Arica. Emerge en este sentido como desafío esencial el de mejorar sus comunicaciones. Para ello, es necesario estudiar los cambios que han llevado a que los viajes internacionales dejen de llegar a su aeropuerto y tomar acciones para revertir esta situación.
En cuanto al transporte terrestre, resulta apropiado que en el plan de concesiones para los próximos años se incorporen los tramos de la Ruta 5 aún no concesionados, incluyendo toda la zona al norte de Caldera: CalderaAntofagasta, AntofagastaIquique e Iquique-Arica. Esto mejorará en el futuro la calidad y seguridad de los viajes por tierra.
Son proyectos querequerirán inversiones en protección contra cortes de ruta, donde será responsabilidad del concesionario evitar que esas interrupciones ocurran o que, si suceden, se resuelvan de la forma más rápida posible, realizando las inversiones que sean necesarias. Pero el desafío no se agota simplemente en optimizar la conectividad con el resto del país, sino que es fundamental mejorar las expectativas económicas para la ciudad y para toda la región de Arica-Parinacota. Este es un problema que no ocurre en las ciudades puerto asociadas a zonas mineras, que logran desarrollarse a partir de esa condición.
En el caso de Arica, junto con los avances en la producción agrícola que ha venido experimentando en los últimos años, transformarse en un polo de energías verdes de uso local enviarlas al resto del país sería complejo emerge como una posibilidad especialmente atractiva. La vulnerabilidad de la ruta terrestre no es el único problema de conectividad que enfrenta esta zona del país y que demanda ser abordado..