COLUMNAS DE OPINIÓN: ¿Reemplazo o Ilusión?
COLUMNAS DE OPINIÓN: ¿ Reemplazo o Ilusión? PhD(c) Miguel Ángel Rojas Pizarro.
Psicólogo Profesor de Historia www.miguelrojas.cl El Amor y el Día de San Valentín en Tiempos de la Inteligencia Artificial: ¿ Reemplazo o Ilusión? El amor es una de las experiencias más profundas y transformadoras de la vida como señalaba Humberto Maturana. Nos conecta, nos desafía, nos hace crecer.
Sin embargo, en un mundo donde la tecnología avanza a pasos agigantados, surge una pregunta inquietante: ¿ Podría una inteligencia artificial reemplazar una relación amorosa humana? Hoy en día, aplicaciones como `Replika' ofrecen compañía a millones de personas que buscan conversación y afecto, y los avances en robótica han dado paso a robots humanoides que imitan emociones y reacciones; parece una solución perfecta para quienes se sienten solos o frustrados con las relaciones humanas. Pero ¿ Es esto realmente amor? Desde siempre, el amor ha sido más que solo estar con alguien. Es la conexión con otro ser humano que piensa, siente y decide por sí mismo.
Platón hablaba del amor como una búsqueda del conocimiento y la belleza en su forma más pura, mientras que Simone de Beauvoir nos recordaba que el amor auténtico requiere reconocer al otro como un ser libre. Aquí radica la gran diferencia: Una inteligencia artificial puede imitar el amor, pero nunca vivirlo. Una IA no elige amarte. Está programado para hacerlo. Nunca tendrá dudas, nunca tendrá días malos, nunca cambiará de opinión. ¿Es eso realmente amor o solo una versión cómoda y controlada de lo que queremos sentir? Las relaciones humanas no son perfectas. Son desordenadas, impredecibles, llenas de momentos hermosos y también de desafíos. Es en ese vaivén donde crecemos, la incertidumbre de la vida, que nos recuerda que existimos. Las discusiones, los malentendidos, los silencios incómodos... todo eso nos obliga a mirarnos y evolucionar.
Si una IA se adapta a nosotros en todo momento, sin resistencia, sin errores, sin momentos de frustración, ¿no estaríamos perdiendo justamente lo que hace que el amor sea real? Como decía Nietzsche, el amor no es solo placer, es transformación, y si eliminamos la posibilidad de ser desafiados, también eliminamos la posibilidad de crecer. La tecnología nos ha acostumbrado a la personalización extrema: La música que escuchamos, las series que vemos en las plataformas, las noticias y publicidad que recibimos. Todo está filtrado para que encaje con nuestros gustos.
Pero ¿ Qué pasa si hacemos lo mismo con el amor? Si podemos `programar' a una pareja IA para que nos diga exactamente lo que queremos escuchar, para que nunca nos cuestione, para que esté disponible en todo momento sin exigirnos nada a cambio... ¿no nos estaríamos encerrando en una burbuja emocional? La psicóloga norteamericana, Sherry Turkle, experta en tecnología y relaciones humanas, advierte que la hiperconectividad nos está llevando a una paradoja de la soledad: Cuanto más conectados estamos digitalmente, más nos alejamos del contacto real. Una IA puede simular compañía, pero no puede ofrecernos la autenticidad de un abrazo inesperado, una risa compartida o el silencio profundo de dos personas que simplemente disfrutan estar juntas. Hay que destacar que no se trata de rechazar la tecnología ni de negar sus beneficios. Tal vez, en el futuro, las IA puedan ayudarnos a entender mejor nuestras emociones, a mejorar nuestras relaciones humanas o a brindar apoyo a quienes más lo necesitan. Pero, sustituir el amor humano por un programa de software es otra historia. El amor es un arte, como decía Erich Fromm. No es algo que simplemente `recibimos', sino algo que construimos cada día, con esfuerzo, con entrega, con la imperfección de lo real.
Y por más avanzada que sea la inteligencia artificial, nunca podrá darnos lo más valioso del amor: La certeza de que el otro nos elige, no porque está programado para hacerlo, sino porque en su libertad, decide amarnos. ¿Aceptarías enamorarte de una IA si te hiciese sentir amado/a, aún sabiendo que todo es una simulación? La respuesta a esta pregunta no solo define el futuro del amor, sino también el de nuestra propia humanidad o ¿ vale más una relación imperfecta con un humano libre o una relación perfecta con una IA que solo nos refleja lo que queremos oír?.