CARTAS: LIBERACIÓN DE UN SICARIO: OTRA ALERTA ROJA
CARTAS: LIBERACIÓN DE UN SICARIO: OTRA ALERTA ROJA Señor Director: L. a reciente liberación del sicario imputado por el asesinato de un comerciante en Meiggs, a partir de un documento supuestamente emanado de un juzgado de garantía, es un hecho que estremece no solo por su resultado resultado -la excarcelación de un criminal peligrososino por lo que revela: confusión, opacidad y una preocupante debilidad debilidad institucional en la respuesta del Estado frente al crimen organizado. No se trata de un error menor o una falla burocrática. burocrática. Aquí estamos ante un hecho gravísimo: un condenado por homicidio fue liberado por Gendarmería tras recibir recibir un documento supuestamente emanado del Poder Judicial. La cadena de responsabilidades debe esclarecerse esclarecerse con urgencia. La ciudadanía tiene derecho a saber exactamente qué ocurrió. ¿Hubo una falsificación? ¿ Una suplantación? ¿ negligencia inexcusable? ¿ amenazas a algún funcionario? Cada una de esas posibilidades es inquietante inquietante por sí sola. Este episodio se suma a otras señales de alerta que hemos presenciado en los últimos meses en el sistema institucional.
Las investigaciones sobre posibles redes criminales infiltradas en el Ejército y la Fuerza Aérea nos advierten de un fenómeno mucho más profundo: nuestras instituciones están siendo puestas a prueba por el crimen organizado, y rio siempre parecen estar preparadas preparadas para resistir. Frente a esto, la respuesta no puede seguir siendo solo reactivani quedarse en declaraciones de buenas intenciones. Si queremos protegerla democraciay el Estado de Derecho, necesitamos fortalecerde verdad nuestras instituciones.
Eso implica medidas concretas y audaces: exámenes de dmga que no sean solo rituales simbólicos (como los ha ejecutado ejecutado el Gobierno), sino reales yperiódicos; levantamiento del secreto bancario a quienes ejercen funciones públicas, especialmente especialmente alas instituciones armadasy las vinculadas al Poder Judicial y el Ministerio Público; auditorias externas que operen con autonomía y sin interlrencias; protocolos claros de trazabilidad en toda comunicación judicial o administrativa administrativa que involucre decisiones tan sensibles como la liberación de un sicario, etc. El caso del sicario liberado no puede convertirse en una anécdota más. Esun punto de inflexión. No basta con investigar: si se detectan irregularidades -internas o externas externas al Poder Judicial-, deben ser sancionadas con toda la fuerza del derecho. La ciudadanía merece saber la verdad, verdad, pero sobretodo, merece instituciones que actúen con integridad, profesionalismo y sentido de urgencia ante la amenaza creciente del crimen organizado y la corrupción que se deriva de ella. Jorge Astudillo, Académico Facultad de Derecho U. Andrés Bello.