Autor: FranciscO León POnce,
Columnas de Opinión: Llamas encendidas…aún
Columnas de Opinión: Llamas encendidasaún ExCONCEJAL DE PUNTA ARENAS Y PERIODISTAHace poco más de un año, Chile entero sufrió los estragos emocionales y materiales del peor incendio forestal urbano de los últimos años.
Las llamas, provocadas intencionalmente por sujetos desquiciados, malvados y sádicos, se iniciaron en terrenos de Peñuelas y avanzaron velozmente, por las colinas boscosas y llegarron hasta Viña del Mar, arrasando el Parque Botánico, miles de viviendas, y alcanzaron hasta Quilpué y Villa Alemana.
Lo peor de todo es que esas llamas apoyadas por medidas de prevención insuficientes, alarmas descoordinadas y una ineficacia que provocó impotencia y rabia, cobraron la vida de 138 chilenos que quisieron huir pero no alcanzaron ni pudieron hacerlo y fallecieron dentro de sus viviendas, construidas con materiales ligeros, con largos años de esfuerzo y sacrificio y también al interior de sus vehículos, muchos de ellos con tantos o más años que esas casas. Recuento trágico. Doloroso.
Lleno de rabia porque los sobrevivientes, con duelos recientes, debieron pasar un invierno en condiciones miserables, en carpas, sin calefacción, sin alcantarillado, sin agua potable. y sin la ayuda de un Estado físicoGobierno ineficaz e ineficiente (reiterarlo no le gustará ni al gobierno(¿ )ni a la Sernapred, ni a la Conaf, y menos al ministro del Vivienda, delegado presidencial y a una alcaldesa, contagiados de ineficacia, de falta de empatía y muy inquietos, eso sí, de las campañas electorales y del festival, cada año más “penca”, afirman muchos chilenos.
La presencia presidencial sirvió de muy poco, porque sólo Un Techo para Chile ha entregado viviendas dignas y no mediaguas tradicionales, mientras que el gobierno ha entregado ¿ una treintena y a medio terminar? Eso explica la huelga d hambre de los pobladores, aunque los corifeos del oficialismo descalifiquen la legítima protesta de las víctimas de ese siniestro en tres populosas comunas (que yo conozco muy bien) de Valparaíso, donde también está Limache. Las llamas del siniestro siguen ardiendo, alimentadas por el dolor apenas contenido, la ineficiencia, la incapacidad, la verborrea mentirosa y que tiene trazas de indolencia ante la cercanía de otro invierno post incendio..