Autor: RODRIGO CASTILLO
Tácticas extremas y tips de última instancia para sobrevivir en climas lluviosos y bosques húmedos
Tácticas extremas y tips de última instancia para sobrevivir en climas lluviosos y bosques húmedos A propósito del extraordinario caso de Javiera Coña Tacticas extremas y tips de última instancia para sobrevivir en climas lluviosos y bosques húmedos Un guía de montaña y un antropólogo que practica parapente analizan cómo la joven pasó cinco días a la intemperie cerca de Cochamó.
RoDriGO CAsTILLO ld Ud os seres humanos estaos seres humanos estamos filogenéticamente diseñados para sobrevivir", dice el antropólogo y psicólogo Sergio González, cuando considera el extraordinario caso de Javiera Coña, la joven puertomontina que salió con vida tras pasar cinco días en el bosque de Cochamó, en medio de la lluvia y el frío, sin carpa y casi sin alimentos. "Desde hace miles de años, los seres humanos hemos logrado sobrevivir a pesar de los mamuts o, en el caso de nuestro país, a pesar de los terremotos y las inundaciones.
Es decir, hay una línea de historicidad filogenética respecto de la capacidad humana de enfrentar la adversidad", dice el profesional, quien es académico de la Universidad de Santiago y, a sus 63 años, también practica parapente.
Por lo mismo, sabe lo que es correr riesgos en un contexto deportivo. "Lo que ella hizo, estando en una zona de bosque austral lluvioso, de protegerse con ramas, hacer un pequeño refugio, implica un sentido de la supervivencia natural y que es de absoluto sentido común", opina González, refiriéndose a uno de los aspectos más llamativos de la historia: Javiera no sólo buscó protección de la lluvia bajo árboles y rocas, sino que también utilizó ramas y hojas de gran tamaño para construir una especie de rudimentaria choza ¿ Al construir ese endeble refugio ella estaba siguiendo instintos primordiales del ser humano? "Lo que pasa es que ella tenía a su favor algo que alimentaba su esperanza. Ella se había separado de una amiga que tenía más capacidad física, y que la dejó atrás pensando en volver luego por ella. Esta joven, Javiera, sabía que su amiga iba a buscar ayuda y a volver.
Entonces le dio forma a la vegetación que había a su alrededor, para así guarecerse su alrededor, para así guarecerse su alrededor, para así guarecerse su alrededor, para así guarecerse su alrededor, para así guarecerse su alrededor, para así guarecerse su alrededor, para así guarecerse La mujer usó ramas y se protegió junto a rocas. a rocas. de una lluvia bastante inclemente.
Fue un refugio muy precario, pero muy ajustado a esta lógica de la supervivencia que nos caracteriza a los seres humanos". Salió nadando Domingo Coña, padre de la muJer extraviada, dice que, según su hija, el refugio no fue tan elaborado como algunos piensan. Aclara que ella buscó protección bajo árboles y rocas, para así poder pasar las noches en ese ambiente húmedo y hostil.
Sí cree que ella mostró una fortaleza realmente mostró una fortaleza realmente notable, al punto de que en su familia ya la consideran, con una mezcla de humor, cariño y admiración, como "una supermujer". "En un momento ella se cayó a un humedal, y logró salir nadando a pesar de que ella en realidad no sabe nadar. Pero salió nadando y lo hizo sin sacarse la mochila que llevaba.
Para saciar su sed tomó agua de los musgos que estaban cerca de ella, y, como no tenía carpa, en las noches armaba su cama usando su saco de dormir y reforzándolo con unas frazadas térmicas que llevaba. Ella tenía térmicas que llevaba. Ella tenía térmicas que llevaba. Ella tenía térmicas que llevaba.
Ella tenía CEDIDA muy poca experiencia en treking y excursionismo, así que lo principal en su caso fue el instinto, y también creo que de algo le sirvieron las series de supervivencia que veía en la televisión por cable", reflexiona el padre, quien aprovecha la oportunidad para agradecer los esfuerzos de búsqueda y rescate desplegados por la comunidad de Cochamó. Fuerza mayor Pese a las precisiones hechas por el padre de la excursionista, la idea de construir un refugio con hojas y ramas ha capturado la imaginación del público. Muchos se preguntan si será posible obtener protección de una estructura tan endeble, sobre todo si ésta ha sido ensamblada bajo la lluvia.
Jorge González Parra, guía de montaña y gran conocedor de la geografía y la vegetación de Cochamó, piensa que semejante solución podría funcionar, hasta cierto punto, como un "último recurso" ante una situación extrema. "Ante una fuerza mayor, como última opción uno puede confeccionar algún tipo de refugio con hojas de nalca, que tienen la ventaja de que son grandes, bien anchas y gruesas. Es un tipo de hoja que no se raja tan fácilmente, y por eso puede servir para guarecerte. De todas maneras sería muy difícil mantenerte seco, aunque tengas un montón de hojas, porque tendrías que ubicarlas muy bien. Lo bueno es que el tallo de la nalca también se puede comer, y es fácil abrirlo con las manos, sin necesidad de usar cuchillo. Cochamó es un ambiente propicio para la nalca, porque ésta aparece en fuentes de mucha humedad", explica. "De todas maneras, la lluvia igual regula un poco la temperatura. El caso de esta joven habría sido más complejo si le hubiese tocado un clima menos lluvioso y más de montaña, o sea más frío y seco. A ella, en todo caso, le tocó feo el tema de que hubiera tanta lluvia. El sector de Cochamó es muy húmedo, basta un poco de agua y se forma barro hasta arriba. Allá toda el agua escurre desde la montaña y va a parar al valle. La vegetación es muy densa y el paisaje es como el que se ve en las películas de "Jurassic Park. Cochamó, además, está muy concurido, y con el paso de los visitantes se van creando nuevos senderos, así que es fácil pererse si uno no tiene bien clara la ruta", advierte González..