Dulceros en la Ruta 5 Norte: los riesgos de trabajar al borde de la muerte
Dulceros en la Ruta 5 Norte: los riesgos de trabajar al borde de la muerte dores ambulantes la fragilidad extrema en que desarrollan su trabajo. Porque Celia no fue la primera.
Meses antes, otra dulcera, Nilsa Noemi Santana Araya, sufrió un grave accidente mientras esperaba cruzaren el mismo sector. "El 15 de enero de este año, yo estaba parada esperando que pasaran los vehículos para cruzar", relata. "Era de noche y estaba todo oscuro. De repente senti un golpe y quede en el suelo con mucho dolor.
No supe que fue, pero un colega que me socorrio dice que me golpeo una rueda". Noemi sufrio fracturas en el fémur, la rodilla y la pierna, fue sometida a cuatro cirugías, El domingo por la tarde, en medio del tráfico habitual de la Ruta 5 Norte, Celia Marta González Saldias, de 57 años, intento cruzar la calzada a la altura del kilometro 148. Como cada dia, buscaba llegar al área donde vendia dulces de La Ligua, oficio que compartía con decenas de hombres y mujeres que sobreviven en los bordes de la autopista. Pero esta vez no lo logro. Un vehiculo la atropello cuando intentaba llegar al otro lado. A pesar de los esfuerzos médicos, Celia falleció en el lugar. Su muerte no solo deja a una familia sumida en el dolor, sino que también remueve una herida abierta entre los vendeCelia Marta González Saldias falleció a los 57 años. Elise Astudillo Pizarro presidenta del Sindicato de Vendedores Ambulantes de la cial de Vendedores AmbulanRuta 5 Morte. Cristian Delgado, presidente del Sindicato de Trabajadores" Independientes Interprovintex de Dalces de La Ligue. Gonzalo Tapia Abarca, previdente del Sindicato Canastero Panamericana 5 Norte. PROYECTO MUNICIPAL Frente a esta situación, la Municipalidad de La Ligua ha comenzado a dar pasos para mejorar las condiciones del sector. Felipe Vergara Lucero, arquitecto y director de la Secretaría Comunal de Planificación (Secpla), explica que están trabajando junto a los sindicatos en un proyecto que busca consolidar un recinto seguroy digno para los dulceros. La propuesta contempla iluminación, servicios básicos, y la integración deotros comerciantes como floristas, fruticultores y artesanos. "Lo que buscamosesconsolidarde una vez por todasel recinto de los dulceros y entregar medidas reales de seguridad", enfatiza Vergara. Pero mientrasese proyecto avanza, la realidad nodatregua. Noemisigue en recuperación, mientras que Celia -lamentablementeya no está. En la Ruta 5 Norte, donde el dulce sabor de La Ligua se ofrece al paso, trabajar es también jugarse la vida. Porque para ellos, cruzar la carretera no es una anécdota: es una apuesta diaria que puede terminar en tragedia. que la precariedad del oficio no es solo fisica, sino también institucional. Gonzalo Tapia Abarca, presidente del Sindicato Canastero Panamericana 5 Norte, lo dice con claridad: "No tenemos respaldo institucional.
Hemos pedido una mesa de trabajo al alcalde desde hace mas de cuatro años, y no hemos tenido respuesta satisfactoria". Su sindicato, el más grande, con 56 asociados, agrupa a trabajadores dispersos por toda la jurisdicción de La Ligua, muchos de los cuales trabajan en plena berma, sin refugioni medidas básicas de seguridad. Tapia ha intentado suplir esa falta de protección con medidas propias: chaquetas reflectantes, focos solares, y una politica interna de seguridad. Pero reconoce que es insuficiente. "Lo único que sentimos es una romantización del trabajo.
Se habla del pañuelo blanco al viento, pero en realidad no hay políticas locales que nos resguarden", afirma. "Somos patrimonio vivo de la comuna, y aun asi no se nos protege", Noemi Santana Araya aux está en recuperación. estuvo un mes hospitalizada y aún continúa en terapia. "No puedo trabajar, no puedo caminar bien, los dolores no me dejan. Apenas ahora recién el kinesiólogo me está haciendo una terapia para moverme", cuenta. Ya pasaron más de seis meses y su recuperación está lejos de terminar, SIN SEGURIDAD NI RESPALDO El riesgo cotidiano de los dulceros no es una exageración. A diario deben cruzar la ruta para llegar a sus puestos, sin pasarelas, sin paraderos habilitados, sin señalética que advierta su presencia.
Muchos lo hacen por necesidad, en zonas de alto tráfico y a merced de conductores que rara vez disminuyen la velocidad. "Uno se la juega por pasar al otro lado", dice Cristian Delgado, presidente del Sindicato de Trabajadores Independientes Interprovincial de Vendedores Ambulantes de Dulces de La Ligua. "Desde 2005 que pedimos una pasarela. Se iba a hacer, pero nunca se concretó". El sindicato que dirige agrupa a unas 35 personas que trabajan en ese punto de la carretera. Pero no son los únicos. Elisa Astudillo Pizarro, presidenta del Sindicato de Vendedores Ambulantes de la Ruta 5 Norte, con 36 socios activos, también advierte los riesgos. "Se han salido ruedas, ha habido fallas mecánicas. Por eso siempre les digo a mis socios que esten atentos", señala. "Además, no hay ningún letrero que advierta que es una zona de dulceros. Eso es lo minimo que hemos pedido para reducir la velocidad de los vehículos", Pero los dulceros sienten. El deceso de Celia González develó el peligro diario que corren estos comerciantes al desarrollar su labor en la carretera