Autor: Ingrid Gavilán Tatin Máster en Lingúística Aplicada Universitas Negeri Yogyakarta, Indonesia
Hacia una comunicación sostenible en Chile
Hacia una comunicación sostenible en Chile OColumnaFE: un mundo cada vez más consciente de la necesidad de un desarrollo sostenible, la ecolingilística emerge como Jun campo clave para reconfigurar nuestra relación con el medio ambiente y con nosotros mismos. ¿Qué es la ecolingitística y por qué debería importarnos a los chilenos? Este enfoque interdisciplinario estudia cómo el Jenguajerefleja, influye y puede transformar nuestras interacciones con el entorno natural. Es un llamado a repensar cómo. hablamos sobrelanaturaleza y, porende, cómola entendemos y latratamos. con surica diverChile, sidad de ecosistemas, tiene una oportunidad única para liderar un cambio hacia unacomunicación más ecológica. Sin embargo, el discurso dominante en nuestro país a menudo prioriz el desarrollo económico so-“q inotiísti La ecolingilística nosinvita a reflexionar y E corregir estas narrativas”, bre la protección ambiental. La ecolingiística nos invita a reconsiderar estos discursos, buscando aquellos que promuevan un trato más respetuoso con el medio ambiente. Por ejemplo, cuando nosreferimos a “recursos” sugiere que la los “recursos naturales”. El término naturaleza existe solo para ser explotada por los humanos.
En cambio, podemos fomentar una visión más equilibrada y respetuosa hablando de “bien común”, “patrimonionatural” 0inluso simplemente de “vida”. Cambiar la forma en que hablamos de la naturaleza, aunque sea sutil, puede tener un impacto significativo en nuestra actitud hacia su protección.
La ecolingilística se convierte también en la voz para quienesno tienen voz, como los animales no humanos, que a menudo son víctimas de maltrato y explotación por parte de los sereshumanos, quienes los tratan comoobjetosen lugar de seres sintientes. Este enfoque antropocéntrico revela cómo, de manera inconsciente, el lenguaje refuerza estas prácticas utilitarias que deshumanizan a estos seres. Un ejemplo claro es el uso del término “ganado”, que reduce a vacas, cerdos y otros animales a simples unidades de producción, ignorando su capacidad desentir dolor, alegría o miedo. Peroelpoder dela ecolingiñísticano se limita soloa uncambio de palabras. Este campo también nos insta escuchar otras voces, especialmente las de las comunidades indígenas que han sostenido durante siglos una relación armónica y respetuosa conlanaturaleza. Enla cosmovisión mapuche, porejemplo, el concepto de “Itrofill mongen” se refiere a la biodiversidad y la importancia de todas las formas de vida, incluyendo alos animales no humanos. Integrar estos saberes a nuestro discurso ecológico no solo enriquecería nuestra comprensión, sino que también ofrecería soluciones más holísticas y sostenibles. En definitiva, la ecolingúísticanos proporciona herramientas para reimaginar nuestras relaciones con el entorno. Como chilenos, podemos adoptar un enfoque más consciente en nuestra comunicación, promoviendo un futuro más justo ysostenible para todas las formas de vida que comparten nuestro. país. Cambiar nuestra narrativa es un primer paso crucial para replantear nuestra relación con la naturaleza, no como meros consumidores de “recursos”, sino como verdaderos guar-dianes de un “bien común”. La elección está en nuestras pala-bras..