"Ángeles inesperados"
"Ángeles inesperados" MILAGRO A LA VISTA ESTA PELÍCULA, COMO OTRAS TANTAS, se basa en hechos y personajes reales, cuyas fotografías, también como es habitual, aparecen después del final.
El director Jon Gunn se inscribe en el género religioso, para eso "El poder de la cruz" (2015) y "El caso de Cristo" (2017), pero con la habilidad suficiente como para esquivar la prédica y el martilleo, y poner el foco en dos personajes distintos entre sí, pero reunidos por circunstancias excepcionales.
El comienzo es síntesis y en los minutos iniciales al gigantón Ed (Alan Ritchson), carpintero y obrero, le pasan al menos tres cosas: nace su segunda hija Michelle (Emily Mitchell), a los cinco años muere su esposa y por esas fechas le diagnostican a la pequeña una enferma mortal, cuya única salvación es un trasplante de hígado.
Ed carece de seguro médico, el hospital público queda lejos y no tiene luces, carácter ni ingenio para salir adelante, así que el desastre familiar y económico se avizora, pese a las cadenas de rezos y la buena voluntad de la iglesia a la que pertenece.
Es la ciudad de Louisville por 1993 y en otro barrio brilla Sharon Stevens, peluquera exitosa, vistosa y cincuentona, interpretada por Hilary Swank, una actriz que logró dos Oscar, uno por "Los muchachos no lloran" (1999) y el otro por "Million Dollar Baby" (2004). No será esta la película ni la ocasión para un tercero, pero su solvencia y energía son el centro de la historia, con un personaje que bordea el alcoholismo, pero un día de resaca y arrepentimiento, en un diario local, lee la noticia de Michelle, y se le mete en la cabeza una idea, también sintética: ayudar a Ed y familia, primero desde su peluquería, luego solicitando donaciones y finalmente creando fundaciones y moviendo a la comunidad.
Ed y Sharon son opuestos por creencias, costumbres e inteligencia, y en esos roces, en lo poco que se dicen y lo mucho que se callan, en esa contención, puede estar lo más elaborado de la película, en todo caso de corto alcance y pronto se diluye. La mayor curiosidad de "Ángeles inesperados" es que carece de malestar general y particular, no hay tensión ni colisión con las dos grandes instituciones involucradas: salud y bancos. Hay total ausencia de protesta social y ni hablar de un cine que denuncia sistemas caros y enrevesados que abandonan a familias sin recursos y más todavía si padecen enfermedades raras.
Es una película acrítica que rebosa de buenas vibraciones, en lo particular, por Michelle y su trasplante; en lo general, por la comunidad y sus brotes solidarios y generosos. "Ángeles inesperados" navega por un laberinto de trámites y favores endiabladamente difíciles y caros, tifones y tormentas incluidos, es tan arduo y azaroso el camino que más parece de ficción o de fantasía, y por eso la solución es de milagro. La película porta optimismo y esperanza, pero tiene en su contra el peso estadístico: los milagros son realmente escasos. "Ordinary angels". EE.UU., 2024. Director: Jon Gunn. Con: Hilary Swank, Alan Ritchson, Nancy Travis. 117minutos. En cines. POR Antonio Martínez.