La periodista Eliana Rozas ingresa a la Academia Chilena de la Lengua
La periodista Eliana Rozas ingresa a la Academia Chilena de la Lengua "U na clase magistral", fue el comentario de los asistentes a la ceremonia de incorporación de la periodista Eliana Rozas Ortúzar a la Academia Chilena de la Lengua, realizada ayer en la sede del Instituto de Chile.
Ante los invitados y la mesa directiva de la corporación, la ahora académica correspondiente leyó su discurso "Apuntes para una reivindicación del silencio en periodismo". El discurso de recepción estuvo a cargo del académico Ascanio Cavallo, que resumió, en parte, los logros profesionales de Rozas, titulada en la U. Católica, donde ha ejercido durante 40 años la docencia en la Facultad de Comunicaciones, de la que fue decana (2000-2003) y actualmente es directora de docencia. En su larga trayectoria, la periodista también ha tenido pasos por "El Mercurio", las revistas Qué Pasa y Mundo, y cargos ejecutivos en Canal 13 y TVN. También destacó rasgos específicos de su docencia, como la invitación a cuestionarse; el entusiasmo que transmite por la profesión y su "ligero toque de extravagancia", lo que provocó risas en la audiencia. La aludida leyó un discurso agudo y con toques de sutil ironía.
Situó primero los orígenes del periodismo y los componentes esenciales: "Al reporte relativamente independiente de la realidad, había que agregar otro ingrediente determinante, el período", señaló sobre la condición propia de este trabajo que busca informar lo antes posible.
Así, continuó, la llegada de la radio y la televisión pareció ser un momento triunfal al acortar esa brecha, pero no la hizo desaparecer. "El escenario hoy es completamente distinto; la digitalización introdujo, entre otras cosas, la perpetuidad en el acceso a la información y con ello se acabó el período. Para las audiencias, porque no es necesario esperar por la información, ya no se requiere organizar el tiempo propio, subordinándose a la programación de una emisora o de un canal", explicó Rozas. Hoy, afirmó, los periodistas "hemos sido empujados a la expresión perpetua. ¿Es ese un costo que hemos pagado por nuestra victoria, es siquiera un costo?", se preguntó.
Agregó que "la digitalización ha traído consigo una horizontalidad del emitir, del hablar, un sistema en que, dicho con la jerga de economistas, desaparecieron las barreras de entrada, donde un individuo puede tener más seguidores que lectores un medio, donde desaparecieron las jerarquías entre los que difunden y los que reciben; un triunfo democrático si se mira solo ese aspecto". Para Rozas, el fin de la periodicidad tiene también otra consecuencia para el ejercicio de la profesión.
La definición del diccionario sobre período es "tiempo que algo tarda en volver al estado o posición que tenía al principio". Entonces, se pregunta la académica, "¿cuál es la posición original de un periodista a la que vuelve una vez completado el período?". Podría ser el momento anterior al que ocurre la noticia, pero si esta es algo realmente nuevo, que rompe el statu quo, no se puede volver a ella porque ha sido superada. "¿Será que lo que regresa a la posición original no es algo, sino alguien, el periodista?, y ¿ cuál es ese punto cero en el que se sitúa? ¿ Será acaso el silencio?", agregó. Enfrentados a la constante comunicación, "hemos sido empujados a una suerte de habla perpetua.
La expresión, lo descubrimos ahora, es una manifestación de la libertad, pero también puede ser una condena", señala. "El periodismo calla para escuchar y escucha para decir... En el periodismo el silencio no es tiempo de reposo, sino de deliberada búsqueda y escucha.
Los periodistas, los buenos, se guardan a sí mismos, no para evitar que otros los descubran, como en la imagen del interrogador, sino para permitir que otro emerja", explicó. "El silencio periodístico, que contribuye a la restauración de lo público, es un silencio vacío; no un silencio que guarda algo, sino uno que procura llenarse de algo, un silencio sin poder", siguió.
Finalizó apelando al periodismo que se da tiempo, "para el bien de la escucha de la voz del mundo donde se juega no solo el sentido del periodismo, sino buena parte de la política, de la democracia". La periodista Eliana Rozas ingresa a la Academia Chilena de la Lengua En su discurso de incorporación, la profesional analizó los problemas del periodismo y su ejercicio en los tiempos de la digitalización y la comunicación perpetua. COMO MIEMBRO CORRESPONDIENTE: MARÍA SOLEDAD RAMÍREZ R. Eliana Rozas junto al director de la Academia Chilena de la Lengua, Guillermo Soto. YASNA KELLY.