COLUMNAS DE OPINIÓN: El desempleo sube, afectando fuertemente a mujeres y a las personas en zonas rurales
COLUMNAS DE OPINIÓN: El desempleo sube, afectando fuertemente a mujeres y a las personas en zonas rurales Las Las nuevas cifras del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) revelan una realidad preocupante: el desempleo en Chile alcanzó el 8,9% a nivel nacional yen La Araucanía subió al 9,8%. Si bien el dato ya es alto, lo más alarmante es cómo este fenómeno impacta con más fuerza a dos grupos: las mujeres y quienes trabajan en la informalidad.
Pero hay un tercer problema igual de profundo, que no aparece en las cifras: el abandono estadístico y político del mundo rural, sobre todo de las comunas de la costa, centro y cordillera de nuestra región, donde el problema no solo es más grande, sino también invisible. 1.El desempleo en mujeres sigue creciendo y con fuerza en zonas rurales de la región, la desocupación femenina alcanzó un 11,5%, muy por sobre el promedio nacional. Y eso solo considera a las mujeres que buscan activamente empleo. Muchas otras ni siquiera entran en las estadísticas porque se les hace difícil buscar trabajo: no hay salas cuna, transporte, redes de apoyo ni condiciones para conciliar trabajo y cuidado. En comunas rurales como Vilcún, Cunco, Melipeuco, Curarrehue, Teodoro Schmidt, Chol Chol, Carahue, Saavedra y Nueva Imperial, esta realidad se agrava.
Ahí, el empleo para mujeres es escaso, informal y mal pagado, y la encuesta del INE no mide estos territorios, lo que deja fuera una parte importante de la realidad laboral femenina en la región. 2.La informalidad laboral no baja y precariza vidas, considerando que el 35,4% de las personas ocupadas en “La Araucanía” trabaja en la informalidad, es decir, más de 154 mil personas sin contrato, sin salud, sin previsión ni protección social. En las mujeres, esta cifra llega al 32,8%, lo que significa que 1 de cada 3 mujeres que trabaja, lo hace en condiciones vulnerables. En zonas rurales, la informalidad es aún más alta, pero no se mide con precisión. Son mujeres que trabajan en ferias, venden sus productos, hacen aseo, cuidan adultos mayores o trabajan en agricultura sin contrato, sin acceso a programas de apoyo, seguros ni derechos laborales.
El estado no las ve, no las mide, no las protege. ¿Qué hacer? para enfrentar esta triple desigualdad contra la informalidad laboral, Entregar incentivos económicos y subsidios a quienes regularicen sus actividades, tanto trabajadores como pequeños empleadores, incentivo a las empresas para la contratación de hombres, mujeres y jóvenes. Obras importantes que generen empleo y potencien la economía regional.
Programa especial para oficios invisibles: Crear un programa para regularizar y proteger trabajos comunes en zonas rurales (cuidados, comercio local, servicios domésticos, etc.). Que las municipalidades, en especial aquellas con alta población rural, faciliten la iniciación de actividades, entrega de permisos y boletas electrónicas, con asistencia directa a mujeres. Innovar con nuevas formas de teletrabajo, integrar nuevos rubros productivos en las comunas, avanzar en el fomento productivo con visión de futuro. Contra el desempleo de mujeres, Red territorial de cuidados comunitarios: Financiar salas cuna rurales, centros de cuidado de adultos mayores y programas vecinales de apoyo para que las mujeres puedan trabajar.
Capacitación con pertinencia local: Cursos gratuitos, flexibles y vinculados al entorno productivo local (agroturismo, fruticultura, reciclaje, oficios digitales, producción artesanal). Plan de empleo público temporal para mujeres jefas de hogar en zonas rurales, vinculado a tareas sociales, medioambientales o comunitarias. Apoyo a emprendimientos rurales: Financiamiento semilla, acompañamiento técnico y redes de comercialización para hombres y mujeres que ya generan ingresos desde sus hogares. El desempleo no golpea igual a todos. Es más fuerte en las mujeres, a quienes trabajan sin contrato, y a las comunas rurales donde el Estado no llega. Mientras las cifras del INE nos muestran parte del problema, el drama completo está en las comunas invisibles, en las mujeres que hacen esfuerzos para sobrevivir sin empleo formal ni redes de apoyo. Se necesitan medidas urgentes, con enfoque territorial y en las personas. Porque si seguimos sin visualizar esto sin medirlo, sin integrarlas, no solo estamos fallando en la política pública: estamos perpetuando la desigualdad estructural en los lugares que más necesitan justicia social. T. );1] afectando fuertemente a mujeres y a las personas POR: MARCELO CARRASCO CARRASCO.