Abusos sexuales en La Araucanía: justicia, valentía y movilización
Abusos sexuales en La Araucanía: justicia, valentía y movilización Oo Columna Vivian Franco, abogada feminista de La Araucanía Abusos sexuales en La Araucanía: justicia, valentía y movilización areciente condena por abusos sexuales del exalcalL;* de Cunco y de diversas autoridades y funcionarios municipales, sigue marcando un hito en la historia de nuestra región.
Sin embargo, esta sentencia nosolo es el resultado de la aplicación de la justicia, sino también de una lucha incansable que comenzó hace más de una década, cuando las víctimas, a pesar de vivir en carne propia el descrédito, el hostigamiento y la violencia institucional, decidieron alzar la voz y denunciar el abuso de autoridades con posición dominante. La valentía de las Ahora, nos queda la víctimas y sus familias s esla verdadera protatarea de seguireneste donista de este proce proceso de so. Enfrentarse a un as sistema de poder estransformación tructuralmente desicultural... gual, en el quelas figuras políticas parecen estar por encima dela ley, no es tarea fácil. Las víctimas no soloenfrentaron el trauma del abuso, sino que tuvieron que soportar años de estigmatización, calumnias y una guerra mediática quelas pintaba como mentirosas, locas, manipuladoraso, incluso, como traidoras asu comunidad. Sinembargo, las mujeres valientes que decidieron denunciar, consus nombres y rostros, dieron una lección deresistencia. Díatras día, a pesar delas presiones, las amenazas y el desprestigio, no se rindieron; años exigiendo justicia, exigiendo quesus voces fueran escuchadas, exigiendo que el abuso fureracastigado. No fue un camino fácil, perosu lucha fue clave paraque hoy podamos hablar de una condena que, aunque tardía, resuena como una victoria histórica. Sin dudala fuerza colectiva derrumbó el muro del silencio. Lo quelas víctimas iniciaron no fue solo un procesojudicial, sino un movimiento ciudadano que llegó para quedarse. Aquí, el papel de las mujeres de La Araucanía fue fundamental.
Comoregión, fuimos testigos de cómo mujeres organizadas y algunos colectivossociales se unieron contra viento y marea para exigir, no solo justicia para las víctimas, sino también que el poder político dejara de ser un refugio para los abusadores.
Hoy, no podemos seguir ignorando el elefante blanco en la sala: la enorme demora en el acceso a la justicia y las redes de protección que operan cuando el imputado es un político. ¿Por qué ocurre esto? Hace solo unos días, el propio fiscal regional reconocía públicamente la existencia de privilegios y contactos que favorecen a los acusados.
Si esa es la visión desde dentro del sistema, ¿qué podemos esperar las demás? ¿ Cómo seguimos pidiéndoles a las mujeres que denuncien? El resultado de hoy esla resistencia de las víctimas y delas miles de mujeres y hombres que lesacompañaron en este proceso. Ellas, que nunca se dieron por vencidas a pesar delas múltiples adversidades, son las verdaderas heroínas de esta historia.
Ellas, y sus familias, nos recuerdan que la justicia no es un favor, sino un derecho, y quenuncase debe permitir queel poder se utilice para humillar, acosar o abusar de los más vulnerables, sobre todo en comunas con altos índices de pobreza, alta ruralidad y bajos niveles de escolaridad. Lajusticia ha hablado.
Ahora, nos quedala tarea de seguir en este proceso de transformación cultural: La Araucanía necesita una política seria, ética e inclusiva, donde las mujeres, niñas, niños y las diversidades, puedan vivir sin miedo, sin violencia y sin abuso. lencia y sin abuso..