Autor: cabo deasistir ala Feria
Conversando a orillas del río Guayas
Conversando a orillas del río Guayas tivas a lectores y colegas locales.
También saludé en la FlLa Darío Satajnszrajber, escritor y filósofo argentino que por youtube imparte espléndidas conferencias sobre grandes filósofos, y queen Ecuador presentó ellibro “Filosofía en 1 frases”. Cientos de miles siguen sus charlas, las que me llevan a decirme “ojalá hubiese tenido profesores así en la universidad”. Y en este marco taml recomiendo las conferencias en youtube del también escritor y filósofo argentino-rumaAmbos académicos -diáfanos, sólidos, nadaacartonados-, haalos mablanala gente joven y yores y tienden puentes entre filósofos y millones que deotro modono se atreverían aexplorarlos. Ambos son de sencillez y naturalidad notables. Los recomiendo a quienes creen que la filosofía essólo para iluminados y que carece de utilidad.
Hablando de jóvenes: allá tambiénrecibi invitación deJoselo Andrade, director del Ins-tituto Ecuatoriano de Econo-mía Política (EEP) para dialogar con las nuevas generaciones, y otra de Joaquín Hernández, Rector de la Universidad ECOTEC, para conversar ante el público dela FIL sobre crealiteraria, política y elesce-nario mundial.
Una vez más comprobé que muchos jóve-nes se preocupan por el mundo en el que pronto tendrán que trabajar, uno en extremo competitivo, sometido a cambios vertiginosos, uno donde reina la incertidumbre y emergen complejos desafíos no sólo para ellos, sino también para toda la humanidad, la que care-ce de alternativas efectivas. Muy grave esto en una fase en quela ONU pierde influencia y capacidad de convocatoria, y muchos la ven distanciada de los valores que inspiraron sucreación en 1945.
También en Guayaquil volví a reunirme con el expresidente Guillermo Lasso, admirador del desarrollo alcanzado por Chile durante “los 30 años” que la izquierda radical y defensora de Maduro, Castro y Putin, tanto vilipendió, a pe-sar de tratarse de tres deceniosquellevaron a Chile a ubicarse poraños ala cabeza de la región en numerosos ámbitos.
Lasso, liberal y banquero, tiene una biografía de novela: Creció en una familia modesta de once hermanos, y sin haber ter-minado la enseñanza media tuvo quesalir a trabajar tras la muerte de su padre para ayudar a su madre a procurar el sustento de los hermanos menores. Esla historia de un mutravés del sacrifichacho que persocioyel emprendimiento nal llegó con los decenios a crear el segundo banco más importante del Ecuador y a conquistarla presidencia dela República con un partido minoritario.
Antes de cumplirlos tres años en el cargo fue depuesto por una oposición poquele hizo la vida impopulista sible, objetivo que también estuvo a punto de lograr nuestra izquierda jacobina durante el gobierno anterior, cuando el Presidente Sebastián Piñera se salvó por un par de votos enel Congres Hoy, siguiendo la tradición estadounidense, Lasso está dedejara su país un mudicadoa seocon sulegado presidencial, a fomentar la educación y la responsabilidad cívicas entre los jóvenes, y a continuar respaldando la lucha contra la desnutrición infantil en Ecuador, un potente programa que nació bajo su mandato y que devino política de estado. “He estudiado la fructífera experiencia del Dr. Monckeberg en Chile”, me dijo, y subrayó que anhela que su programasefortalezca. Hoy la sociedad ecuatoriana sabe que debe continuar el combate iniciado por Lasso, pues es crucial para cambiar el cruel destino que espera a los niños de sectores más vulnerables.
Sabemos que durante los dos primeros años de vida la desnutrición causa daños irreversibles enel desarrollo cognitivoe intelectual de la persona y limitasus perspectivas por el resto de su existencia. ¡Éxito al Ecuador en la lucha contrala desnutrición infantil iniciada por el expresi-dente! Cada vez que voy a Guayaquil vuelvo acasa honrado por las expresiones de afecto, cercanía y afabilidad de los ecua-torianos. Esta vezno hasido di-ferente. Han sido días fructiferose inspiradores gracias a las conversaciones celebradas, los libros expuestos a orillas del Guayas y la vitalidad de su Fería Internacional. Aprovecho de agradecer, desde luego, las emotivas muestras de cariño manifestadas por mis lectores ecuatorianos. ¡Hasta pronto, as Guayaquil! gente de Guayaquil. Es afable y risueña y de melodioso hablar. Seenorgullecen de pertenecer a“la Costa” y planteansus diferenciascon “laSierra”, que capitanea Quito, con la que existe una antigua rivalidad, una que imagino favorece al país. En Chile, en cambio, el centralismo impuesto por Santiago controla, opaca y debilita casi todo. Ojalá tuviéramos al menosuna ciudad quecompitiera con la capital. Seríamos otro Chile. Por cierto, los chilenos no debemos olvidar que Ecuadores amigo y aliado histórico nuestro, y que con él debemos cultivar siempre nexos estrechos, una cercanía que hoy se extraña y urgerecuperar dadas lascrisisregionales. Pero quien dice libros, dice personas y amigos, pues encadalibro uno encuentra a unser humano que cuenta algo que ha pensado, compuesto oindagado, y que lo expresa de forma elaborada mediante esmerada escritura. Cuando hojeolibros en mi biblioteca, los veo 'como amigos venidos de épocas y lugares distintos, amigos que me acompañan y están siempre dispuestos ainiciar o reanudarel diálogo. Sí, en Guayaquil volví a ver a amigos y a conversar con colegas y personalidades. Platicar de forma fundamentada estimula elintelecto y nos aparta de la odiosa y paupérrimaretórica dela política, que vive sumida en el fango que emponzoña y agria elalma del mundo.
Me alegró en Guayaquil, por ejemplo, conocer al destacado escritor ecuatoriano Oscar Vela, quien pronto vendrá a Chile a presentar su novela “Aquellanocheen París”, obra desuspenso, espías y amor con ritmotrepidante y muy bien escrita, texto que mezcla personajes históricos e imaginarios, y está ambientada en varios escenarios mundiales, entre otros, Chile.
Sulibro dará que hablar acá, y estoy seguro que Vela aportará lúcidas perspec-POR ROBERTO AMPUERO ESCRITOR, EXCANCILLER, EXMINISTRO DE CULTURA Y EXEMBAJADOR EN ESPAÑA Y MÉXICOA Internacional del Libro de Guayaquil, Ecuador, pujante ciudad a orillas del río Guayas, ala que siempre vuelvo con gusto por su gente, su gastronomía y naturaleza, y también por su calor húmedo, que me recuerda al Caribe. Es una ciudad, además, dondese percibe genuino cariño y mucha simpatía por Chile. Hasta hace no mucho, Valparaíso superaba a Guayaquil como ciu-dad, pero hoy la pujanza y modernidad de Guayaquil ysus dinámicos polos de desarrollo han dejado a Pancho atrás, yla brecha crece cada año.
Como Valparaíso, la ciudad sufre la delincuencia, que se agudizó conla llegada de narcos y delincuentes que se infiltraron entre millones de sufridos venezolanos que huyen con lo puesto del Socialismo Siglo XXI del dictador Maduro. Me agrada el carácter de la. ELMERCURIO