Esperado vecino
Esperado vecino F alta muy poco para que sea una realidad. La ilusión que comenzó a gestarse hace más de una década ya evidencia claramente su silueta detrás de algunos paneles y vallas, y tanto la Av. Vicuña Mackenna como las calles Ramón Carnicer y Arturo Burle tienen un nuevo vecino que, con imponentes fachadas, habla de que se vienen cosas importantes.
El nuevo edificio de la Universidad de Chile reúne varias unidades académicas y organismos del plantel, como la Facultad de Gobierno, el Instituto de Estudios Internacionales y el Centro de Extensión Artística y Cultural (CEAC), entre otros. Todo en 34 mil m 2, que vienen a completar la emblemática manzana de los edificios Turri frente a la Plaza Italia. Y cuyo estreno será con la nueva sala de Esperado vecino El nuevo edificio de la Universidad de Chile ubicado en Vicuña Mackenna simboliza una apuesta del plantel por conservar su espíritu pluralista y urbano.
Diseñado por los arquitectos Marcial Diéguez y Jorge Iglesis, alberga a la Facultad de Gobierno, varios organismos de la institución y también al Centro de Extensión Artística y Cultural, cuya espectacular sala sinfónica se inaugura el 10 de julio. Texto, Soledad Salgado S. Fotografías, José Luis Rissetti Z. La gran sala sinfónica cuenta con un plafón acústico suspendido sobre el escenario. Para mantener la fachada hubo que sostenerla, ya que abajo se ubica la sala de conciertos. La fachada conserva los arcos originales.
Es de 1910, obra de Eugenio Joannon.. Esperado vecino 1 V11i 1 1 A la escalera se accede9uego de cruzar láfachada Tartibién spL circular por leras mecánic conciertos que tendrá su inauguración oficial el io de julio, con la presentación de la Drquesta Drquesta Sinfónica Nacional de Chile y el Coro Sinfónico de la U. de Chile.
Durante el segundo semestre comenzará a habilitarse el resto del volumen, que contempla en ocho pisos y cinco subterráneos salas de clases, clases, biblioteca, casino, oficinas, laboratorios de computación e idiomas, además de todas las instalaciones del CEAC y su gran sala sinfónica.
Un sueño cumplido para la universidad, como también para sus arquitectos: los profesionales Marcial Diéguez y Jorge Iglesis y sus respectivas respectivas oficinas, quienes ganaron el concurso nacional nacional abierto al que se convocó en 2009. Es un edificio de arquitectura pública, es la imagen de un país, es lo que somos, lo que nos pertenece y representa a todos. La Universidad Universidad de Chile apostó con confianza por hacer un edificio de esta envergadura en una zona vulnerada como es Vicuña Mackenna. No abandona el corazón de la ciudad y eso tiene que ver con su visión pluralista abierta a todos explica Iglesis. Sin duda, el estallido provocó que algunos cuestionaran su emplazamiento, emplazamiento, pero es un buen sitio, de carácter urbano y donde antes funcionaba la Facultad de Química y Farmacia. Según cuentan los profesionales, la facultad facultad se componía de antiguos edificios de madera, madera, originalmente bodegas de vino, pero LLL ---4 se. Esperado vecino que para el centenario de la República adquirieron nuevos aires con una fachada acorde al barrio de casas señoriales, diseñada por el arquitecto Eugenio Joannon. Luego, la facultad se trasladó, acercándose al hospital José Joaquín Aguirre, y el lugar quedó en desuso. Desde que el plantel llamó a concurso han pasado más de 15 años, el terremoto de 2010, el estallido, la pandemia y tres rectorías, lo que sin duda significó ajustes al proyecto original.
Pero siempre fue el ánimo de los arquitectos mantener la fachada original, ya no frente a un antejardín, sino que como parte del hall, dando la bienvenida a los visitantes y proyectada hacia arriba para alcanzar los ocho pisos del edificio mediante un vidrio serigrafiado que reproduce el techo original de tejas. "Hay tres accesos: por el Parque Bustamante, donde ves pilares que sostienen el volumen de la biblioteca; por Vicuña Mackenna, donde está esta boca de gran altura que recibe con la antigua fachada, y por la calle lateral, Burle, que siendo pequeña ganó en dignidad, porque nos recogimos unos 8 m hacia adentro, despejando la vereda", cuenta Diéguez. Desde Vicuña Mackenna hacia atrás podría decirse que el edificio se divide en tres partes.
En la primera están las dependencias del CEAC, con la gran sala sinfónica con 1.100 butacas en el subterráneo cuenta con un plafón acústico que se ajusta según el repertorio a interpretar, y hacia arriba, las salas de ensayos, "box in box", bastante herméticas hacia la calle y entre sí para darles independencia. Luego, la zona de posgrados e investigación, y al final, la Facultad de Gobierno, que se arman como un típico claustro universitario en torno a dos patios abiertos que dividen las áreas. Una verdadera joya urbana que espera con ansias a sus nuevos habitantes. Se escogió bambú para el revestimiento de la gran sala sinfónica, el piso es de roble. Los arquitectos destacan el carácter imperial de la escalera que conduce al foyer. Vista de la cara hacia Ramón Carnicer y el costado de Arturo Burle..