Enredos del viejo verde
Marcelo Somarriva di h n la jerga televisiva se llama “watercooler tv” a esos programas de televisión que atraen la atención de todo el mundo.
El nombre viene de esos di: pensadores de agua helada que a veces hay en las oficinas, donde la gente va a sacar la vuelta y a comentar las novedades del episodio de la noche anterior. Lo mismo puede aplicarse al rincón donde hay un hervidor, una máquina de café o ese lugar inhóspito donde se relega a los fumadores. Dicen que ahora faltan estas series que hasta hace poco unían a la audiencia, tal como alguna vez lo hizo la tele. Pero aquí en Chile esto no importa porque estamos viendo nuestra propia tragedia local, una “House of Cards” en versión local, más humilde pero no menos siniestra.
Donde usted se tope con más de dos personas reunidas de seguro están comentándola como los expertos imaginarios de matinal, como esa gente que se arrimaba a la cocina de las casas de campo a tomar una taza de té y desmenuzar noticias. Alguna vez se habló que los gobiernos necesitaban de un relato para actuar y transmitir a la ciudadanía. Relatos convocantes e inspiradores, que movieran montañas. Este gobierno de las desprolijidades ha optado en cambio por la ficción o lo que podría llamarse la dramatización de sus propias policrisis. Nuestra serie no tiene “puestos” o “bandeados”, a otro donde fueron a otro planeta. Cada versión convino a una de las partes. Las indagaciones periodísticas han hecho aportes extraordinarios por su cuenta. Encontraron un registro del zar, el césar, el káiser de la delincuencia —cómo nos gustan estas idioteces— y su subordinada paseun solo guionista. Hasta “El autoproclamado ándose por el Costaahora su progresión dragobierno de los nera Center. Una esmática ha avanzado por pecialista en la lectucuidados, del las filtraciones que hacen del cuaderno de la investigación las partes involucradas y que luego reparten entre periodistas para su difusión. Por eso la trama se revuelca.
Desde un ángulo esla pareja en proceso o la historia de amor no correspondido de un viejo verde, y por otro la de un jefe desbocado, acosando y persiguiendo a su subordinada hasta volverla su víctima. Primero hubo una boleta del Ají Seco Místico donde se registraba el consumo de cuatro piscos sours y luego otra donde estos se duplicaron.
El número da náuseas y acidez con solo verlo y cambia el escenario de uno en que los comensales estaban, como se dice feminismo y del buen vivir sigue enredado en sus propias contradicciones”. Ra de labios identificó las supuestas palabras que el subsecretario le habría dicho a suabogado al salir esposado de la audiencia rumbo a la cárcel: “valís callampa, guatón cu.. .”. Mientras tanto el autoproclamado gobierno de los cuidados, del feminismo y del buen vivir sigue enredado en sus propias contradicciones, como un santón en su sotana. Se rehúsa a admitir lo que parece evidente: le creyeron a Monsalve y no a la mujer. ¿Confiaron también que el exsubsecretario podría arreglar las cosas a su manera y volver con el asunto resuelto?