EDITORIAL: mucho por hacer
EDITORIAL: mucho por hacer Según Según el último Informe Consolidado de Emisiones y Transferencias de Contaminantes publicado por el Ministerio del Medio Ambiente (MMA), el año 2022 en Chile se generaron 17,8 millones de toneladas de residuos sólidos no peligrosos y otras 612 mil toneladas de desechos peligrosos.
Datos del mismo MMA señalan que ese año solo el 20% de los residuos no peligrosos fue valorizado, la tasa más baja del último quinquenio, y que, actualmente, el reciclaje de la basura domiciliaria alcanza apenas entre el 1% y 2%. No hay cifras oficiales sobre valorización de materiales peligrosos.
El último catastro de Gestión de Residuos Sólidos publicado por la Subsecretaría de Desarrollo Regional y Administrativo (Subdere) en 2024 informa, además, que el 85% de los residuos sólidos domiciliarios se dispone en rellenos sanitarios, mientras que otros análisis de empresas privadas sitúan este ítem en un 75%. Como sea, ambos porcentajes están por encima del 67% registrado oficialmente en el año 2012. Si bien las cifras señaladas dan cuenta de ciertos avances, también dejan absolutamente claro que debemos trabajar mucho aún para dar sostenibilidad sostenibilidad a la gestión de los residuos en nuestro país. La gran apuesta para lograrlo es transitar desde la economía lineal en que nos movemos hacia un modelo circular, donde los residuos sean nuevos insumos insumos para el ciclo de producción. Esto impone desafíos enormes, con diversos obstáculos que se están tratando de remover mediante iniciativas que es necesario necesario reforzar con el compromiso activo de todos los actores de la sociedad. Si seguimos la tradicional pirámide que jerarquiza las acciones para la gestión de los residuos, lo primero que se requiere es minimizar su generación. generación.
Para eso es fundamental potenciar la educación ambiental, de manera constante y a largo plazo, para formar ciudadanos que asuman su responsabilidad responsabilidad en esta tarea y concreten acciones para reducir la cantidad de basura que desechan. El reúso de envases o la preferencia por productos con menos empaques son alternativas simples que debieran volverse costumbre.
En esa misma linea, es necesario que las empresas en Chile se suban decididamente al carro del ecodiseño de los envases de sus productos, una metodología que permite ahorrar recursos y reduce el impacto ambiental, pero que pocas compañías han puesto en práctica.
Es de esperar que las medidas para incentivarlo, incluidas en la Ley 20.920 sobre Responsabilidad Extendida del Productor (REP) y en el Decreto Supremo (DS) N 12/2020 que definió las metas de recolección y valorización de envases y embalajes, surtan real efecto. Por cierto, la Ley REP es también un instrumento clave para impulsar el reciclaje y la valorización de los residuos, que están en los siguientes escalones de la jerarquía de buenas prácticas.
Su implementación, eso sí, ha sido lenta: a más de ocho años de su publicación solo 3 de los 6 productos masivos priorizados tienen las metas oficialmente definidas y las obligaciones en plena vigencia, faltando aún por publicar los reglamentos para aparatos eléctricos y electrónicos, pilas y baterías. Desde el MMA han dicho que esperan dejar listos esos proyectos este año, e incluso sumar dos nuevos productos (textiles y equipamiento de pesca) al régimen REP, lo que sin duda sería un buen avance.
Sin embargo, no hay que olvidar que esos decretos son el paso inicial en un camino gradual y largo hacia la circularidad por lo que los cambios más significativos se verán recién en la próxima década.
Asimismo, es importante recordar que la mayor parte de la basura domiciliaria corresponde a residuos orgánicos (un 48% según un reciente estudio de la Subdere) que no tienen un régimen regulatorio que obligue o promueva su valorización. El gobierno gobierno ingresó en agosto de 2023 un proyecto de ley con ese fin, aunque sin exigencias para el sector agrícola que es uno de los principales generadores de estos residuos. De todos modos, sería conveniente acelerar y priorizar su tramitación que sigue en fase inicial en la Cámara de Diputadas y Diputados. Para avanzar en los frentes señalados se requiere abordar otros desafíos transversales como la separación de los residuos en origen, que nos lleva de regreso a la urgente educación y al involucramiento ciudadano. La disposición final aparece como la opción con menor valor en la jerarquía de gestión de los residuos. Sin embargo, sigue y, probablemente, seguirá siendo por mucho tiempo el destino para la mayor parte de los desechos en Chite.
Considerando aquello es muy relevante asegurar un estándar apropiado en los sitios de confinamiento, lo que lamentablemente hoy no ocurre: según el catastro de la Subdere, de los 103 sitios de disposición final operativos a noviembre de 2023, el 39% correspondía a vertederos o basurales que no cumplen con el DS N 189 y en muchos casos sobrepasaron su vida útil hace más de una década. ¿Cómo resolver esa problemática? Buena parte de la respuesta pasa por contar con los recursos para habilitar nuevos rellenos rellenos sanitarios, lo cual requiere definir un régimen tarifario que permita sostener la gestión de los residuos que todos generamos. Otro reto enorme que es parte de lo mucho que debemos hacer.. . i )Q www.induambiente.com.