Autor: Renato Segura Domínguez
Columnas de Opinión: Realidad que conmueve, pero que no mueve
Columnas de Opinión: Realidad que conmueve, pero que no mueve Opiniónen esta afirmación. El mercado laboral local se caracteriza por un bajísimo nivel de desarrollo. Uno de cada tres ocupados es informal. En sectores rurales, en cambio, esta cifra afecta al menos a dos de cada tres ocupados.
En este sentido, los organismos internacionales, tales como la Organización Internacional del Trabajo OIT, han hecho presente a las economías de América Latina y el Caribe, la necesidad de asumir desafíos en disminuir la informalidad para fortalecer el mercado laboral. La OIT hace énfasis en que las políticas públicas se orienten a entornos rurales con enfoques innovadores que consideren las necesidades, narrativas y desafíos de los trabajadores y las unidades productivas. También plantea el fortalecimiento de los mecanismos de coordinación y articulación públicoprivada para impulsar políticas públicas para la promoción del trabajo decente en los sectores rurales. En la Imagen Objetivo de la Estrategia Regional de Desarrollo (ERD) de Ñuble 2030 la palabra rural o alguna acepción de la misma, no está presente. A mayor abundamiento, la propuestaEl Índice de Desarrollo Humano de las comunas de Ñuble, publicado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en Chile, de junio de 2024, es lapidario. Catorce de las 21 comunas presentan un bajo índice de desarrollo humano, seis comunas presentan un nivel medio bajo y solo una, presenta un índice alto. Las comunas rurales son las que presentan el índice más bajo. Los estudios que ha contratado Chile para analizar la estructura de su desarrollo económico, en su totalidad, han revelado que nuestro país carece de una política rural. Para una región eminentemente rural como la nuestra, es equivalente a presumir que, para el Estado de Chile, el 96% de nuestro territorio y el 62% de nuestra gente les importan un rábano. Empero, es dable de asumir que, para las autoridades locales que conocen y conviven día a día con este bajo nivel de desarrollo humano, la ruralidad de Ñuble no debiese tener el mismo valor. En el discurso, dicho supuesto se cumple, pero en la acción de política pública, la situación cambia radicalmente. Profundicemos un poco másde Zona Económica Especial Agrícola que han impulsado parlamentarios, gremios de Ñuble, CorÑuble y la Municipalidad de Chillán, duerme el sueño de los justos en las oficinas del Gobierno Regional. La propuesta apunta al fomento productivo de las unidades económicas en el territorio rural a través de la atracción de inversiones para el desarrollo de la industria agroalimentaria. De esta manera, se busca promover la inserción de las unidades económicas en cadenas de valor formales, fomentando una agricultura familiar moderna y comprometida con el desarrollo económico y social del territorio. Que la realidad nos mueva es síntoma de humanidad, de fraternidad y de un instinto innato de protección a la vida. Al menos, es lo que enseñan la mayoría de las doctrinas que tienen al bienestar del ser humano en el centro de su quehacer.
En Ñuble, en cambio, la precariedad en el desarrollo humano ha conmovido a las autoridades locales al menos es lo que se escucha en los discursos pero ha sido insuficiente para mover las acciones de política pública que permitan cambiar sustancialmente dicha realidad.. Opinión