EDITORIAL: La fragilidad de los servicios críticos
EDITORIAL: La fragilidad de los servicios críticos 0 Editorial La fragilidad de los servicios críticos Nuestro país y particular, están muy expuestos a desastres naturales y hasta hoy no tenemos claro qué plan se desarrolla. tenemos claro qué plan se desarrolla. y nuestra región norte, en l reciente corte energético que afectó a todo el país la semana pasada dejó en evidencia la vulnerabilidad de los servicios esenciales en Antofagasta. Más allá de la falta de electricidad, la intermitencia energética impactó directamente en el suministro de agua, debido a la dependencia de la desaladora, lo que generó preocupación en la comunidad. Jorge Van Den Bosch, director del Centro de Catástrofes de la Universidad de Antofagasta, explica que las fallas en estos servicios pueden deberse a factores antropogénicos o naturales. En ambos casos, es clave que las autoridades y empresas comprendan los efectos de estos eventos y actúen en consecuencia. La falta de planificación adecuada y de diagnóstico preciso puede generar un efecto dominó que afecte gravemente la vida cotidiana de la población. El problema radica en la ausencia de respaldo energético para los servicios básicos de la comunidad. Van Den Bosch señala que, mientras la industria minera cuenta con sistemas de apoyo debido alimpacto económico que una falla podría generar, la infraestructura urbana no tiene las mismas garantías.
La pregunta es evidente: ¿ por qué se prioriza el respaldo energético para la minería y no para las ciudades? La respuesta parece estar en la percepción de que los daños a la comunidad son "colaterales y menores", lo que deja en una situación de precariedad a miles de habitantes. Aeesto se suma la falta de preparación ante eventos naturales. No solo la energía y el agua pueden verse afectadas, sino toda la infraestructura crítica. Esimperativo repensar la ubicación de respaldos energéticos y estratégicos, asegurando que no estén en zonas deriesgo, como ocurre con algunas plantas desaladoras cercanas al mar, que podrían quedar inutilizadas ante un tsunami. El corte energético de la semana pasada debe servir como una advertencia. No podemos seguir confiandoen soluciones momentáneas cuando lo que está en juego es la estabilidad y seguridad de la población. La planificación y la inversión en infraestructura resiliente no pueden seguir siendo postergadas. Delo contrario, cada nuevo evento de este tipo seguirá exponiendo nuestra fragilidad..