Reformas en el sector eléctrico
Reformas en el sector eléctrico Complicado sigue el sector eléctrico, tanto por las al-zas de tarifas como por los conflictos del ministeriocon generadores y distribuidores. Esto refleja unamirada cortoplacista de los actores políticos, perotambién el hecho de que la legislación sectorial necesita cam-bios en sus distintas áreas. En esta línea, la autoridad planeaingresar al Congreso una reforma a la distribución, aunque noes claro cuáles serán sus alcances ni su viabilidad.
El ministrosolo ha precisado que en el corto plazo planea estudiar el sote-rramiento de cables y la masificación de los medidores inteli-gentes. nes biempensantes, pero de dudosa pertinencia, como “energíacon enfoque de género”. Solo en el último año, ante el fracaso deestas ideas, han asomado tímidamente intentos por hacer bienlas cosas, pero tal vez sea ya demasiado tarde: a la luz de lascifras, pareciera que los sectores productivos y de servicios handecidido que el momento de los cambios y las modernizacionesserá a partir de una próxima administración. Esta opinión gene-ralizada es casi independiente del signo que ella tenga: desde lacentroizquierda a la derecha, mientras sea distinto al actual. Los últimos cinco años han sido de deriva enestos temas y recién ahora empieza avislumbrarse una oportunidad. Hay algo irónico en esto. El sector que ahora está en elgobierno fue el que hace unos años se opuso, con medias ver-dades y falsedades, a la intro-ducción de esos medidores. Sedecía que eran intrusivos o quesu costo debía ser asumido porlas empresas y no por los usua-rios. Esto es imposible, pues, alser la distribución un sector re-gulado, los clientes pagan una anualidad por los activos de larespectiva empresa. Fue una oportunidad perdida y un ejem-plo más de lo desafortunado para el país de las actitudes delactual oficialismo cuando era oposición. Las reformas en el sector eléctrico se vuelven cada vez másurgentes, ya que el esquema de empresa modelo y el despachoadministrado de la generación están obsoletos. Estas reformasson aún más prioritarias, dado el avance de las energías reno-vables no convencionales (ERNC). Pero la institucionalidadtambién requiere cambios. Los organismos tienen funcionesque se superponen. Entre ellos, la Comisión Nacional de Ener-gía, que debería ser una instancia técnica, está sujeta al gobier-no de turno, y la Superintendencia es débil y recargada de obli-gaciones que deberían estar alojadas en el Ministerio. Los últimos cinco años han sido de deriva en estos temas. Elmovimiento de octubre de 2019 se oponía a la experticia y prefe-ría los eslóganes y frases hechas, y ello permeó el debate nacio-nal. En el sector eléctrico, incluso, se hicieron comunes expresio-Es por eso que las asociaciones gremiales y grupos de estu-dio comienzan a generar planteamientos para el futuro. En elsector eléctrico, hay una propuesta de principios que deberíanguiar una reforma de la distribución. Parte precisamente porabandonar el esquema de em-presa eficiente. La idea es que elregulador podría solicitar quela empresa realice inversionessegún un plan de desarrollo, pero tales inversiones segui-rían rentando durante su vidaútil. Hoy estos activos pueden ser declarados prescindibles enla próxima fijación tarifaria y dejar de recibir un retorno. Con lapropuesta habría incentivos a mejorar la calidad de servicio yno solo ajustarse a la calidad mínima establecida en la norma. Las tarifas podrían ser diferenciadas por hora del día y por mes, de manera de incentivar a consumir cuando la energía tiene uncosto más bajo. El servicio de redes de distribución debería se-pararse de la venta de energía, lo que permitiría la aparición decomercializadores que ofrecerían planes más flexibles, con des-cuentos por reducir el consumo en ciertas condiciones.
En resumen, tras un estancamiento de cinco años, el sectorimagina que será posible realizar reformas necesarias, que ayu-darán a la lucha contra el cambio climático sin elevar en excesolos costos de la transformación energética y mejorando la cali-dad del servicio para los clientes. Dado que estas modificacionestienen complejos aspectos técnicos, la viabilidad dependerá, enbuena medida, de si prevalece en el próximo Congreso una mi-rada menos miope y de más largo alcance que en el actual..