Mitos y verdades del Trastorno Obsesivo Compulsivo
IVONNE MALDONADO Directora Carrera de Psicología, UDLA, Sede Concepción El Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) lleva consigo un estigma particular, marcado por ideas y prejuicios que distorsionan su verdadera naturaleza. A menudo, se cree erróneamente que quienes lo padecen son personas extremadamente con el orden y la limpieza, controladoras, perfeccionistas o incluso manipuladoras. Sin embargo, el TOC es mucho más complejo que estos estereotipos, e tiendo tantas manifestaciones del trastorno como personas que lo sufren. En nuestro país, la prevalencia se estima entre el1 y el 3 % de la población, cifra considerablemente alta.
Una forma gráfica de explicarlo es imaginando a un intruso en nuestra cas: desordena, entra y sale sin pedir permiso, no lo queremos ahí, pero está de igual forma y no podemos sacarlo; es así de agobiante la experiencia de quienes tienen este cuadro.
Para calmar la ansiedad provocada por estos pensamientos intrusivos, aparecen las compulsiones, acciones que al realizarlas pueden dismimuir esa ansiedad, pero el intruso no cede y sigue ahí, entonces, las compulsiones aumentan, lo que provoca un deterioro significativo en su vida y la de su familia. Esta patología puede existir en adultos, jóvenes y ni: ños.
El diagnóstico precoz es un factor importante en el tratamiento, que en muchos casos requerirá el uso de farmacología y psicoterapia, desde un enfoque de exposición con prevención de respuesta, que permita disminuir las compulsiones que “calman” momentáneamente los pensamientos intrusivos que están presentes en el TOC, La invitación es a no juzgar ni generar prejuicios, sino más bien a acompañar en la búsqueda de apoyo profesional que, sin duda, es el camino correcto.