Autor: MAURICIO SILVA
Hace casi un siglo, por primera vez el buque “Sebastián Elcano” fondeó en Valparaíso, tras cruzar el Estrecho de Magallanes
Hace casi un siglo, por primera vez el buque “Sebastián Elcano” fondeó en Valparaíso, tras cruzar el Estrecho de Magallanes El 3 de marzo de 1930, cuando los escolares chilenos regresaban a clases, fondeaba en Valparaíso el flamante buque escuela español “Sebastián Elcano”, terminado de construir apenas tres años antes, en los astilleros Echevarrieta y Larrinaga de Cádiz.
Ambos acontecimientos los estudiantes en las aulas esperando sus primeras lecciones y la espigada silueta del velero de la Marina de Guerra hispana recortada sobre la bahía y los cerros porteños ilustraban la portada de “El Mercurio” del día siguiente. Sus titulares daban cuenta del aumento de la matrícula, en relación a lo primero, y del alboroto que el entonces moderno navío y su dotación causaron en el puerto principal, que les prodigó agasajos.
A las visitas protocolares a las autoridades políticas y de la Armada chilenas se sucedían variados festejos a cargo de estos anfitriones y de la colectividad española: “jerez de honor” en el Club Español, cenas en el “Astur Hotel”, recepciones en el Club Naval, y bailes y festivales en el Salón Alemán y en el Parque Italia. “Eso tiene que ver con ese momento histórico”, destaca hoy Fernando Wilson, doctor en Historia y académico de la U. Adolfo Ibáñez, aludiendo a que en España y en Chile aún no impactaba la crisis del 29, que se les deja sentir en forma brutal al año siguiente. “Es un espectáculo maravilloso” España buscaba levantar cabeza de la guerra de 1898 con Estados Unidos y el fin definitivo de su imperio en América. La diplomacia no ortodoxa mediante este buque escuela le permitía estrechar vínculos con sus excolonias. Y el boom portuario había habituado a Valparaíso al comercio de todos los mares, pero no a las visitas oficiales del Viejo Continente. Diplomáticas fueron las declaraciones que dio el entonces comandante del “Elcano”, capitán de fragata Claudio Lago de Lanzós. “La oficialidad y tripulación han sido objeto de significativas muestras de afecto que recordaremos siempre con cariño”, dijo. Y vas, visitas del público y actividades protocolares también marcaron la visita de marzo de 1930.
ALLICNAMNAHTANOJ añadió: “Quiero significar el hecho de haber verificado la navegación siguiendo la misma ruta de Sebastián Elcano, cuyo nombre lleva la nave, (... ) por mares y canales cuyo recuerdo difícilmente podrá borrarse de nuestra memoria. Es un espectáculo maravilloso.
Sobre todo, el paso del estrecho”. Años después, en 1953, Chile adquiriría a España, con cargo a su deuda por compras de salitre, un navío que estaba en construcción para reemplazar al “Elcano” y diseñado sobre sus planos. La Marina peninsular conservó la nave original, cuyas refacciones y modernizaciones la tienen próxima a cumplir un siglo.
Y la compra de la embarcación le permitió a Chile convertir al que era su sucesor en su propio buque escuela para su Armada, sumándolo a esa misma diplomacia a través de un velero que tiene la bandera de un país.
“Evocativa, la imagen de los bronces relucientes y los cadetes ordenados es la mejor vitrina para un país”, destaca el profesor Fernando Wilson, nieto de Víctor Wilson Amenábar, primer instructor del “Esmeralda”. Uno de los puertos más visitados Las relaciones entre las Armadas de Chile y España, a través del hermanamiento de sus buques escuela, se refleja en que el fondeo del “Sebastián Elcano” en Valparaíso es el número 17 en los 97 cruceros de instrucción que ha desplegado en su historia. “Es uno de los puertos más visitados”, destaca su actual comandante, capitán de navío Luis Carreras-Presas. Al igual que su antecesor en 1930, el oficial también aludió a la carga histórica que para un marino español tiene navegar hacia las costas chilenas.
“Es tremendamente inspirador cruzar el Atlántico, recorrer el Estrecho de Magallanes y navegar por los canales patagónicos (... ). Nos permite no solo realizar actividades formativas en la navegación, sino hacer evocación histórica de aquellos grandes navegantes que llevan cientos de años navegando por estas aguas. Parajes de gran belleza hacen de esta experiencia algo inolvidable”, expresa. HACE 95 AÑOS. Las primeras declaraciones de un comandante del “Elcano” elogiaron la belleza y poder evocativo de la zona austral. Replicando los mismos ritos de hace 95 años, el navío saludó a la plaza con 21 cañonazos, que fueron contestados con otros 12 efectuados desde tierra.
La dotación que incluye a la heredera de la Corona de España, la princesa Leonor, como un guardiamarina más cumple actividades protocolares en Valparaíso: una jura a la bandera de residentes españoles; visitas a la Escuela Naval, Museo Marítimo Nacional y Estadio Español, y otras. En 1930, el arribo del velero de instrucción español alborotó a la sociedad porteña: Gemelos. El velero español y su símil chileno, el “Esmeralda”, coincidieron justo antes de que este zarpara a su 69º crucero de instrucción. Como ahora, al bajar a tierra su entonces comandante resaltó la emoción de sortear los mismos parajes que convirtieron a España en pionera en circunnavegar el mundo. En 1930, el arribo del velero de instrucción español alborotó a la sociedad porteña:. TRADICIÓN CENTENARIA. —