Autor: RAMÓN RADA JAMAN, presidente del Comité de Innovación del IIMCh, y gerente de Ferrostaal Equipment Solutions.
Columnas de Opinión: La paradoja de la permisología: sin proyectos, no hay transición sostenible
Columnas de Opinión: La paradoja de la permisología: sin proyectos, no hay transición sostenible Hoy en día, ningún proyecto Chile soporta una minero-energético en proyección de una década para su desarrollo. Cuando son necesarias dos generaciones para ver concretado un proyecto, queda claro que enfrentamos una seria crisis de gestión. La denominada “permisología” un cúmulo de trámites, autorizaciones y obstáculos es una pesada carga no solo para el crecimiento económico, sino también para la transición energética que las autoridades prometen impulsar. Además, pone en riesgo la certeza jurídica y, en este contexto, no reformar el SEIA es hipotecar el futuro ambiental del país. De hecho, el desafío no radica en las exigencias ambientales o regulatorias que, por cierto, son necesarias, sino en la incoherencia y falta de visión estratégica que se evidencia en su aplicación. La protección del medio ambiente debe ser un objetivo claro, pero no puede convertirse en un pretexto para bloquear el desarrollo de proyectos energéticos que son esenciales para un futuro sostenible. ESFUERZO VALORABLE, PERO LIMITADO Las propuestas de reforma que apuntan a reducir en un 30% los plazos de tramitación, aunque bien intencionadas, resultan insuficientes. Un proyecto que demora siete años en concretarse sigue siendo inviable en un mercado global que demanda agilidad, innovación y eficiencia. Igualmente, pasar de cuatro mil a tres mil permisos no cambia la naturaleza del problema: el exceso de burocracia sigue desincentivando las inversiones. En este sentido, la desconexión entre el discurso y la acción es preocupante. Escuchar a autoridades afirmar que Chile va por buen camino contrasta profundamente con la necesidad urgente de fortalecer nuestra matriz energética a través de inversiones en energías renovables, hidrógeno verde, almacenamiento y nuevas tecnologías. Si verdaderamente queremos abordar el cambio climático, necesitamos más y mejores proyectos energéticos, no menos.
Resulta paradójico que mientras el mundo clama por descarbonizar y avanzar hacia la neutralidad de carbono, en Chile enfrentemos trabas que paralizan proyectos de energía limpia por temores mal gestionados o por interpretaciones excesivamente rígidas de la normativa ambiental. Sin proyectos de generación y transmisión, no habrá transición energética posible; sin inversión, no lograremos cumplir nuestros compromisos climáticos ni mejorar la calidad de vida de las personas. CRITERIOS TÉCNICOS La ausencia de proyectos estructurados y supervisados atenta contra el objetivo mismo de conservación ambiental. Los personas”. proyectos formales permiten monitorear, proteger y mejorar los entornos naturales de manera mucho más efectiva que un escenario marcado por la inacción o el abandono de las zonas potencialmente desarrollables. Por eso, es imperativo repensar nuestro enfoque. Chile necesita una política pública moderna, que valide los proyectos estratégicos en etapas tempranas; acotando las exigencias a criterios claros, técnicos y relevantes. Asimismo, nuestro país requiere mecanismos que prioricen las inversiones tanto en generación de energía y transmisión como en almacenamiento, para lograr una matriz limpia y diversificada. La permisología, tal como está concebida hoy, no preserva el medio ambiente. Por el contrario, ralentiza el progreso, desincentiva la innovación y perpetúa la desigualdad territorial y energética. Si Chile aspira a ser un líder en la materia, necesitamos abandonar las trabas ideológicas y apostar decididamente por un desarrollo pragmático, sostenible y ágil. No debemos olvidar que el verdadero enemigo del medio ambiente y del progreso social no son los proyectos energéticos bien diseñados, sino la falta de ellos. El estancamiento, la pérdida de competitividad y la incapacidad de adaptarnos al desafío más importante de nuestro tiempo: construir un futuro energético sostenible, inclusivo y resiliente, son verdaderos autogoles para nuestro desarrollo. Despidámonos de la burocracia interminable, para dar la bienvenida a una cultura visionaria, innovadora y comprometida con las futuras generaciones.
“Sin proyectos de generación y transmisión, no habrá transición energética posible; sin inversión, no lograremos cumplir nuestros compromisos climáticos ni mejorar la calidad de vida de las Opinión presidente del Comité de Innovación del IIMCh, y gerente de Ferrostaal Equipment Solutions..