EDITORIAL. Licencias médicas y responsabilidad: el dilema ético de Enap
EDITORIAL.
Licencias médicas y responsabilidad: el dilema ético de Enap a reciente determinación compañía. de Enap de despedir a 26 Este hecho se inserta en el escántrabajadores de su filial en dalo nacional del uso indebido de licencias médicas, que ha salpicado desde la Contraloria hasta Metro, Codelco y BancoEstado, con más de 25.000 funcionarios involucrados. Por un lado, Enap cumple con su rol como gestora responsable: tras fiscalizaciones propias y externas, actúa con determinación, despejando dudas sobre tolerancia al abuso. En un contexto donde la credibilidad institucional está en juego, la acción es clara: se exige integridad, se sanciona la violación de normas y se protege los fondos públicos.
Adicionalmente, la empresa estatal envia un mensaje firme a su estrucMagallanes por haber viajado al extranjero durante licencias médicas -sin derecho a indemnización, bajo la causal de "falta de probidad"marca un momento critico para la ética laboral en las empresas estatales y para la confianza pública en su conducción.
La medida involucro a nivel nacional a 44 trabajadores y se adoptó por faltas a la probidad e incumplimiento grave del artículo 55 del Decreto Supremo Nº3 del Ministerio de Salud; de las normas aplicables del Código del Trabajo; del Código de Etica y del Reglamento Interno de Orden Higiene y Seguridad de la LE que consideren casos humanitarios o familiares claramente documentados. Esta situación no es exclusiva de Enap; es parte de un fenómeno nacional que remeció estructuras públicas y puso en cuestión la cultura laboral en tiempos complejos. Las entidades estatales se enfrentan a la obligación de normalizar una cultura de transparencia y gestión impecable, sin caer en rigidez despersonalizada. Enap ha dado un paso contundente en defensa de su probidad. El desafío es evidente: construir una ética institucional donde imperen la responsabilidad y la justicia, sin sacrificar la solidaridad ni ignorar la realidad humana. tura: las reglas no son negociables. Pero no todo es blanco o negro. La defensa con que responde una de las afectadas, exdirigente sindical revela una realidad más compleja.
Alega desconocimiento de la prohibición y falta de consideración a aspectos humanitarios, dado que asegura haber viajado para acompañar a su prima en dificultades -un acto de respaldo familiar en un contexto de salud delicaday critica que no se le permitió explicar su caso. Una politica corporativa justa exige dos pilares: comunicación efectiva -para que cada colaborador sepa exactamente que está permitido y qué no -y procedimientos flexibles-.