Autor: Por Gianluca Parrini
La mentira de los venezolanos y el niño empalado
La mentira de los venezolanos y el niño empalado ran las 11.10 horas del 14 de octubre pasado. En el Colegio Miguel de Cervantes, un establecimiento dependiente de la Dirección de Educación Municipal de Santiago, ubicadoen el barrio Yungay, un grupo de personas se mueve rápidamente. Van a asistir a un niño que, con claras muestras de dolor, está sentado, pero con un fierro atravesándole el recto. El niño de 10 años, de inicial Á, fue asistido enel establecimiento.
Cursa quinto básico y padece de Trastorno del Espectro Autista (TEA). En el momento del accidente jugaba con una pelota con otros dos niños con el mismo diagnóstico, en su hora de recreo, según indicaron en el colegio. Fue derivado al Hospital San Borja. Allí, en ese centro asistencial, recibieron el primer reporte que emanó el colegio, al que tuvo acceso La Tercera: “Durante el recreo, compañero lo empuja y provoca corte en glúteo derecho”, explica el documento. El hecho remeció al colegio y se conversó en círculos de profesores de la comuna. De lo que más se hablaba fue de la gravedad del accidente. El menor tuvo que ser operado para reconstruir parte de su vejiga, que también fue perforada por el fierro. El caso quedó como un accidente hasta esemomento. Pero luego pasó algo que cambió todo para la comunidad del Cervantes. La primera mención pública del caso apareció el martes 3 de diciembre, a las 21 horas, en la cuenta de X llamada Santiago Se Levanta. La presidenta de esa asociación es Giselle Dussaubaut, conocida por ser dirigente vecinal en el barrio Parque San Borja. Contactada, Dussaubautindica que conocía a la madre de Á, ya que son vecinas. Ella, indica Dussaubaut, fue quien le pidió publicar en X lo que le contaron que pasó. “Niño chileno de 10 años empalado por dos compañeros venezolanos de 16 años en colegio de Santiago. Han encubierto tanto alcaldía como colegio desde que ocurrió el 14 de octubre. No lo dejaremos solo. Los carniceros siguen ahí solo con una sanción” (sic), rezaba el tuiteo. Tuvo cuatro mil reposteos. Además, adjuntaba una foto -hasta ese momento desconocidadel fierro donde sucedió el accidente. Esa cuenta de X de la asociación suele republicar contenido de prensa o posteos donde se critica la migración extranjera a Chile y, en especial, a la comuna de Santiago. Entre el contenido que replican, destacan las críticas a la utilización del espacio público por parte de migrantes, a los crímenes vinculados abandas extranjeras y ala “urgencia” de expulsar a los extranjeros del país.
En esa misma línea, los tuiteos que republi-có la cuenta hacían mención a los perfiles en la red social del alcalde electo Mario Desbordes, a José Antonio Kast, al municipio de Santiago y a diputados del Partido Republicano.
Uno de ellos decía: “¿ Cómo es posible que suceda esto en un colegio de Santiago? Hasta cuándo los chilenos pagamos el pato por el buenismo con los incivilizados?”. Otro criticaba: “Los delincuentes que empalaron a un niño de 10 años ¡ ¡¡deben irse presos! !! ¿ Qué hará, señor alcalde? Pasó en un colegio del centro. ¡¡¡ Exigimos respuestas! !!”. Luego de eso, los medios de comunicación se volcaron a cubrir la noticia.
Al día siguiente, el miércoles 4 de diciembre, la madre del menor, Macarena Undurraga, declaró al medio digital BioBioChile: “Lo molestaban por usar lentes, por la condición TEA, le hacían bullying en los recreos, también de otros cursos más grandes. Obviamente, fue por bullying”, dijo en ese medio Undurraga. El mismo medio expuso la primera declaración del colegio frente al hecho. Contradecía la versión de Undurraga.
“Se encontraban unos estudiantes jugando a la pelota y uno de ellos toma asu compañero y lo empuja buscando dominar el balón, provocando con este movimiento que se caiga sobre el parante de voleibol, cayendo sobre un trozo de fierro”, rezaba el escrito, según recogió el citado medio. Undurraga dijo algo más en ese medio. Fuelo que encendió la chispa. “Uno le hizo esto a mi hijo y el otro se reía mientras se desangraba. Ambos son venezolanos”, añadió. El drama El Colegio Miguel de Cervantes es reconocido por tener un alto porcentaje de niños migrantes. Fuentes dentro del colegio afirman queocho de cada 10 niñosson extranjeros o hijos de extranjeros.
Un reportaje de La Tercera del año 2019, de hecho, lo caracterizó como “el colegio con más niños migrantes de Santiago”. En el establecimiento sostienen que entre su alumnado hay menores haitianos, colombianos, venezolanos, dominicanos y mexicanos. Personal que trabaja en el colegio afirma que los niños que estudian allí han tenido vivencias muy difíciles, con precariedad y largos viajes desde el extranjero por tierra para entrar al país. Algunos, incluso, tuvieron que atravesar la frontera del norte de Chile siendo muy chicos. Poreso, traslasacusaciones de quelosagresores eran venezolanos, una ola xenofóbica se desató contra el colegio. Lo primero que empezaron a recibir fueron ataques virtuales: mensajes en los correos electrónicos y redessociales de losdocentes del colegio. Eran amenazas e insultos. Los docentes que las recibieron califican a los remitentesVer lo que se quiere ver Una noticia falsa no genera un efecto por sí sola. Necesita un contexto que la valide. Eso dice el director de Posgrado de la Facultad de Comunicación e Imagen de la Universidad de Chile, Claudio Salinas. -En Chile estamos en un contexto muy xenofóbico. Y se da una profecía autocumplida:como “grupos patriotas”. Algunas de estas cuentas desde las que enviaban las amenazas eran cuentas nuevas, con menos de 30 seguidores. La foto del director del establecimiento, Juan Barrios, fue difundida, acusándolo de ser encubridor del ataque. También explican que hay dos colegios llamados Miguel de Cervantes: uno, que contiene el ciclo parvulario y básico, y otro, con otro cuerpo directivo y otra sede, que tiene el ciclo de educación media.
Este último, a pesar de no ser donde ocurrió el accidente, también sufrió consecuencias: a los profesores de ese establecimiento también les llegaron mensajes amenazantes e insultos, ya que sus datos y nombres aparecen en internet, dada laigualdad denombres entre ambos liceos, comentan en reserva desde el Cervantes que imparte clases a enseñanza media. En redes sociales el caso seguía levantando esquirlas. La cuenta Santiago Se Levanta siguió replicando mensajes condenando el hecho. “Cualquier sistema migratorio medianamente razonable se cuestionaría las consecuencias de hiperpoblar las escuelas públicas con niños provenientes de países donde hay canibalismo, guerrilla o crimen como habitualidad. Aquíeso no le mueve un pelo a nadie: suena a xenofobia”, decía uno de ellos.
El 5 de diciembre, un usuario de X publicó: “Mañana, alas 11 am, todos ala Plaza de Armas rumbo a la municipalidad para pedirjusticia por el niño autista abusado por venezolanos”. Ese mismo día se difundió el video de un hombre gritando afuera del Cervantes con un megáfono. Exigía justicia “para ese pobre niño”. El video sumó 100 mil reproducciones. Ese sábado 7 de diciembre las cosas fueron más allá.
Una marcha, con lienzos alusivos al movimiento patriota, se organizó bajo la consigna “Justicia para Á” (el nombredel menor fue expuesto públicamente por ese grupo). Juntaron, según los registros, unas 200 personas en la Plaza de Armas. Pronto, el colegio sufrió los primeros ataques. El 10 de diciembre se viralizó el primer registro de ello: un hombre lanzando huevos podridos en la entrada principal del colegio. Luego, empezaron los rayados. “Venecos asesinos, encubridores”. “Justicia, no más venecos” y “Fuera venecos”, dicen tres de los grafitis que han aparecido en los muros y suelo del establecimiento. El problema de todoesto, y lo queno entienden en el colegio, es que ninguno de los niños involucrados, reiteran, es extranjero. Aun así, Dussaubaut pone en duda esa información y defiende su posteo en X. “Tienes que hablar de eso con los abogados de la familia. Estoy siendo solamente un puente de comunicación. Estoy viendo otros temas ahora. estamos en un mundo donde, según ese imaginario, los venezolanos son los malos. Y cada información donde aparezcan delitos, los culpables son los mismos. Así, terminan siendo un chivo expiatorio de los males de la sociedad. El crecimiento del sentimiento contra los delincuentes extranjeros no es casual: según cifras de la Fiscalía ECOH del 2023, el 48% de los imputadosextranjeros conocidos por homicidios son venezolanos. La Defensoría de la Niñez intervino en el colegio para asesorar a la familia en el proceso. Desde esa institución indican que, según la información que ellos recolectaron, los niños involucrados son chilenos. dumbre y preocupación en nuestra comunidad.
Sin embargo, queremos asegurarles que, muchoantes de la viralización de este caso, distintas instituciones y profesionales ya estaban trabajando activamente para apoyar al estudiante y su proceso educativo”. Personas vinculadas al cuerpo educativo del Colegio Cervantes sostienen con dureza que esto fue un accidente. Loexplican así: todos losniñosinvolucrados tienen Trastorno del Espectro Autista. Estaban jugando en el patio del colegio. Uno deellos solo observaba.
Por mala suerte, dicen, y por circunstancias que aún se están investigando, Á no logró afirmarse, perdió el equilibrio y cayó“Ante las consultas que hicimos a la Dirección de Educación Municipal, mediante contacto telefónico, nos informaron que se trata de NNA chilenos y de edadessimilares -indicaron desde la Defensoría a La Tercera-. Estamos asesorando y en contacto con la madre permanentemente, y una vez que tomamos conocimiento de los hechos oficiamos a la Dirección de Educacióy n a l colegio. No hemostenido respuesta hasta ahora”. La misma información fue entregada por el colegio, cuando se autodenunciaron a la Superintendencia de Educación para determinar eventuales responsabilidades. “Losestudiantes involucrados tienen edades similares y no hay estudiantes extranjeros entre ellos”, dijeron. Agregaron: “Entendemos que la difusión de información errónea o distorsionada en redes sociales ha generado incerti-sentado sobre un fierro de la estructura de una malla de vóleibol. Ese objeto le atravesó el pantalón y Personal que conoce el caso comenta que los dos niños involucrados en eltema son niños que difícilmente podrían haber hecho algo con mala intención. Lo grafican así: si a uno de ellos se le arrojara una pelota, no la podría agarrar, porque carecen de la motricidad necesaria. Son de contextura ancha, también. Por ende, tienen poco control desus movimientos. Además, sostienen quees clara la razón por la cual la glosa decía “corte en el glúteo”: era imposible constatarla herida del niño en elestablecimiento. El personal que lo asistió no tenía la potestad de desvestir al menor para inspeccionar la herida en esa zona íntima. Lo que veían es que había un agujero en su pantalón el recto. desde donde brotaba sangre. Poreso se registró así. Luego, el niño fue trasladado al Hospital San Borja, donde fue asistido. La investigación sobre el hecho en su arista penal también cayó en la PDI y en la Fiscalía Centro Norte. Peroa los pocos días, este último organismo se declaró incompetente y derivó el caso a los Juzgados de Familia de Santiago. La Superintendencia de Educación entregó una respuesta escrita para este reportaje.
Indicaron que la denuncia fue catalogada “de alta complejidad” y presentaron cuatro cargos: que el personal no haya actuado frente un caso de abuso escolar o de bullying; que el colegio tenga elementos que representen un peligro para la seguridad de los estudiantes -como el fierro; queel colegio y el personal no velen porla prevención y protección desus alumnos; y que el sostenedor “no cumple con su obligación de mantener vigentes los contratos de trabajo del personal asistente de la educación del establecimiento educacional”. El proceso está abierto, y dentro de enero se sabrá la resolución, luego de recibir los descargos del colegio. Ahí se determinará si el alumno sufría ono bullying, y si fue agredido o fue un accidente. Muchos profesores y miembros de la comunidad educativa del Cervantes fueron contactados para este reportaje y decidieron -como asambleano dar declaraciones. Prefieren dar vuelta la página y que el hecho quedeatrás. Por la escalada de violencia, asimismo, debieron asesorarse por un abogado.
El menor de edad, indican desdela Dirección de Educación Municipal de Santiago (DEM), se “mantiene con reposo médico en sudomicilio y a la espera de procedimientos quirúrgicos posteriores en el Hospital San Borja Arriarán”. Camila Ramírez, periodista del medio especializado en chequeo de datos Mala Espina, dice que, en resumen, creemos lo que queremos creer. -Si esto que veo en redes sociales coincide con lo que yo creo que es cierto, y con lo que tengo internalizado, soy menos propenso a chequearesa información antes de compartirla. Es la teoría de la cámara de eco: voy a tender aconsumir medios que confirmen y refuercen las ideas en las que yo creo.
Desde la comunidad también indican que, si bien las clases ya terminaron en el colegio, el año está cerrado y los niños están atendiendo a actividades recreativas, la mayoría de los padres no están enviando sus hijos al colegio. La duda que queda entre la comunidad del colegio es cómo la madre obtuvo la información de que los supuestos agresores eran venezolanos. Macarena Undurraga, hasta hoy, mantiene esa versión. La madre de Á fue requerida por La Tercera. Si bien negó una entrevista, contestó algunas preguntas. Una de ellas: cómo se enteró de la nacionalidad delos niñosque, según ella, empujaron a su hijo. Undurraga se limitó a responder sobre eso que “la nacionalidad no es importante”. Lo otro que dijo fue esto: “Mi hijo tiene TEA. Y los niños TEA nunca mienten”. O.
Un comentario en redes sociales que denunciaba la agresión a un alumno del Liceo Cervantes realizada por compañeros extranjeros generó una ola de manifestaciones en contra del establecimiento: acusaban que encubría a los agresores, supuestamente venezolan La mentira de los venezolanos y el niño empalado ran las 11.10 horas del 14 de octubre pasado. En el Colegio Miguel de Cervantes, un establecimiento dependiente de la Dirección de Educación Municipal de Santiago, ubicadoen el barrio Yungay, un grupo de personas se mueve rápidamente. Van a asistir a un niño que, con claras muestras de dolor, está sentado, pero con un fierro atravesándole el recto. El niño de 10 años, de inicial Á, fue asistido enel establecimiento.
Cursa quinto básico y padece de Trastorno del Espectro Autista (TEA). En el momento del accidente jugaba con una pelota con otros dos niños con el mismo diagnóstico, en su hora de recreo, según indicaron en el colegio. Fue derivado al Hospital San Borja. Allí, en ese centro asistencial, recibieron el primer reporte que emanó el colegio, al que tuvo acceso La Tercera: “Durante el recreo, compañero lo empuja y provoca corte en glúteo derecho”, explica el documento. El hecho remeció al colegio y se conversó en círculos de profesores de la comuna. De lo que más se hablaba fue de la gravedad del accidente. El menor tuvo que ser operado para reconstruir parte de su vejiga, que también fue perforada por el fierro. El caso quedó como un accidente hasta esemomento. Pero luego pasó algo que cambió todo para la comunidad del Cervantes. La primera mención pública del caso apareció el martes 3 de diciembre, a las 21 horas, en la cuenta de X llamada Santiago Se Levanta. La presidenta de esa asociación es Giselle Dussaubaut, conocida por ser dirigente vecinal en el barrio Parque San Borja. Contactada, Dussaubautindica que conocía a la madre de Á, ya que son vecinas. Ella, indica Dussaubaut, fue quien le pidió publicar en X lo que le contaron que pasó. “Niño chileno de 10 años empalado por dos compañeros venezolanos de 16 años en colegio de Santiago. Han encubierto tanto alcaldía como colegio desde que ocurrió el 14 de octubre. No lo dejaremos solo. Los carniceros siguen ahí solo con una sanción” (sic), rezaba el tuiteo. Tuvo cuatro mil reposteos. Además, adjuntaba una foto -hasta ese momento desconocidadel fierro donde sucedió el accidente. Esa cuenta de X de la asociación suele republicar contenido de prensa o posteos donde se critica la migración extranjera a Chile y, en especial, a la comuna de Santiago. Entre el contenido que replican, destacan las críticas a la utilización del espacio público por parte de migrantes, a los crímenes vinculados abandas extranjeras y ala “urgencia” de expulsar a los extranjeros del país.
En esa misma línea, los tuiteos que republi-có la cuenta hacían mención a los perfiles en la red social del alcalde electo Mario Desbordes, a José Antonio Kast, al municipio de Santiago y a diputados del Partido Republicano.
Uno de ellos decía: “¿ Cómo es posible que suceda esto en un colegio de Santiago? Hasta cuándo los chilenos pagamos el pato por el buenismo con los incivilizados?”. Otro criticaba: “Los delincuentes que empalaron a un niño de 10 años ¡ ¡¡deben irse presos! !! ¿ Qué hará, señor alcalde? Pasó en un colegio del centro. ¡¡¡ Exigimos respuestas! !!”. Luego de eso, los medios de comunicación se volcaron a cubrir la noticia.
Al día siguiente, el miércoles 4 de diciembre, la madre del menor, Macarena Undurraga, declaró al medio digital BioBioChile: “Lo molestaban por usar lentes, por la condición TEA, le hacían bullying en los recreos, también de otros cursos más grandes. Obviamente, fue por bullying”, dijo en ese medio Undurraga. El mismo medio expuso la primera declaración del colegio frente al hecho. Contradecía la versión de Undurraga.
“Se encontraban unos estudiantes jugando a la pelota y uno de ellos toma asu compañero y lo empuja buscando dominar el balón, provocando con este movimiento que se caiga sobre el parante de voleibol, cayendo sobre un trozo de fierro”, rezaba el escrito, según recogió el citado medio. Undurraga dijo algo más en ese medio. Fuelo que encendió la chispa. “Uno le hizo esto a mi hijo y el otro se reía mientras se desangraba. Ambos son venezolanos”, añadió. El drama El Colegio Miguel de Cervantes es reconocido por tener un alto porcentaje de niños migrantes. Fuentes dentro del colegio afirman queocho de cada 10 niñosson extranjeros o hijos de extranjeros.
Un reportaje de La Tercera del año 2019, de hecho, lo caracterizó como “el colegio con más niños migrantes de Santiago”. En el establecimiento sostienen que entre su alumnado hay menores haitianos, colombianos, venezolanos, dominicanos y mexicanos. Personal que trabaja en el colegio afirma que los niños que estudian allí han tenido vivencias muy difíciles, con precariedad y largos viajes desde el extranjero por tierra para entrar al país. Algunos, incluso, tuvieron que atravesar la frontera del norte de Chile siendo muy chicos. Poreso, traslasacusaciones de quelosagresores eran venezolanos, una ola xenofóbica se desató contra el colegio. Lo primero que empezaron a recibir fueron ataques virtuales: mensajes en los correos electrónicos y redessociales de losdocentes del colegio. Eran amenazas e insultos. Los docentes que las recibieron califican a los remitentesVer lo que se quiere ver Una noticia falsa no genera un efecto por sí sola. Necesita un contexto que la valide. Eso dice el director de Posgrado de la Facultad de Comunicación e Imagen de la Universidad de Chile, Claudio Salinas. -En Chile estamos en un contexto muy xenofóbico. Y se da una profecía autocumplida:como “grupos patriotas”. Algunas de estas cuentas desde las que enviaban las amenazas eran cuentas nuevas, con menos de 30 seguidores. La foto del director del establecimiento, Juan Barrios, fue difundida, acusándolo de ser encubridor del ataque. También explican que hay dos colegios llamados Miguel de Cervantes: uno, que contiene el ciclo parvulario y básico, y otro, con otro cuerpo directivo y otra sede, que tiene el ciclo de educación media.
Este último, a pesar de no ser donde ocurrió el accidente, también sufrió consecuencias: a los profesores de ese establecimiento también les llegaron mensajes amenazantes e insultos, ya que sus datos y nombres aparecen en internet, dada laigualdad denombres entre ambos liceos, comentan en reserva desde el Cervantes que imparte clases a enseñanza media. En redes sociales el caso seguía levantando esquirlas. La cuenta Santiago Se Levanta siguió replicando mensajes condenando el hecho. “Cualquier sistema migratorio medianamente razonable se cuestionaría las consecuencias de hiperpoblar las escuelas públicas con niños provenientes de países donde hay canibalismo, guerrilla o crimen como habitualidad. Aquíeso no le mueve un pelo a nadie: suena a xenofobia”, decía uno de ellos.
El 5 de diciembre, un usuario de X publicó: “Mañana, alas 11 am, todos ala Plaza de Armas rumbo a la municipalidad para pedirjusticia por el niño autista abusado por venezolanos”. Ese mismo día se difundió el video de un hombre gritando afuera del Cervantes con un megáfono. Exigía justicia “para ese pobre niño”. El video sumó 100 mil reproducciones. Ese sábado 7 de diciembre las cosas fueron más allá.
Una marcha, con lienzos alusivos al movimiento patriota, se organizó bajo la consigna “Justicia para Á” (el nombredel menor fue expuesto públicamente por ese grupo). Juntaron, según los registros, unas 200 personas en la Plaza de Armas. Pronto, el colegio sufrió los primeros ataques. El 10 de diciembre se viralizó el primer registro de ello: un hombre lanzando huevos podridos en la entrada principal del colegio. Luego, empezaron los rayados. “Venecos asesinos, encubridores”. “Justicia, no más venecos” y “Fuera venecos”, dicen tres de los grafitis que han aparecido en los muros y suelo del establecimiento. El problema de todoesto, y lo queno entienden en el colegio, es que ninguno de los niños involucrados, reiteran, es extranjero. Aun así, Dussaubaut pone en duda esa información y defiende su posteo en X. “Tienes que hablar de eso con los abogados de la familia. Estoy siendo solamente un puente de comunicación. Estoy viendo otros temas ahora. estamos en un mundo donde, según ese imaginario, los venezolanos son los malos. Y cada información donde aparezcan delitos, los culpables son los mismos. Así, terminan siendo un chivo expiatorio de los males de la sociedad. El crecimiento del sentimiento contra los delincuentes extranjeros no es casual: según cifras de la Fiscalía ECOH del 2023, el 48% de los imputadosextranjeros conocidos por homicidios son venezolanos. La Defensoría de la Niñez intervino en el colegio para asesorar a la familia en el proceso. Desde esa institución indican que, según la información que ellos recolectaron, los niños involucrados son chilenos. dumbre y preocupación en nuestra comunidad.
Sin embargo, queremos asegurarles que, muchoantes de la viralización de este caso, distintas instituciones y profesionales ya estaban trabajando activamente para apoyar al estudiante y su proceso educativo”. Personas vinculadas al cuerpo educativo del Colegio Cervantes sostienen con dureza que esto fue un accidente. Loexplican así: todos losniñosinvolucrados tienen Trastorno del Espectro Autista. Estaban jugando en el patio del colegio. Uno deellos solo observaba.
Por mala suerte, dicen, y por circunstancias que aún se están investigando, Á no logró afirmarse, perdió el equilibrio y cayó“Ante las consultas que hicimos a la Dirección de Educación Municipal, mediante contacto telefónico, nos informaron que se trata de NNA chilenos y de edadessimilares -indicaron desde la Defensoría a La Tercera-. Estamos asesorando y en contacto con la madre permanentemente, y una vez que tomamos conocimiento de los hechos oficiamos a la Dirección de Educacióy n a l colegio. No hemostenido respuesta hasta ahora”. La misma información fue entregada por el colegio, cuando se autodenunciaron a la Superintendencia de Educación para determinar eventuales responsabilidades. “Losestudiantes involucrados tienen edades similares y no hay estudiantes extranjeros entre ellos”, dijeron. Agregaron: “Entendemos que la difusión de información errónea o distorsionada en redes sociales ha generado incerti-sentado sobre un fierro de la estructura de una malla de vóleibol. Ese objeto le atravesó el pantalón y Personal que conoce el caso comenta que los dos niños involucrados en eltema son niños que difícilmente podrían haber hecho algo con mala intención. Lo grafican así: si a uno de ellos se le arrojara una pelota, no la podría agarrar, porque carecen de la motricidad necesaria. Son de contextura ancha, también. Por ende, tienen poco control desus movimientos. Además, sostienen quees clara la razón por la cual la glosa decía “corte en el glúteo”: era imposible constatarla herida del niño en elestablecimiento. El personal que lo asistió no tenía la potestad de desvestir al menor para inspeccionar la herida en esa zona íntima. Lo que veían es que había un agujero en su pantalón el recto. desde donde brotaba sangre. Poreso se registró así. Luego, el niño fue trasladado al Hospital San Borja, donde fue asistido. La investigación sobre el hecho en su arista penal también cayó en la PDI y en la Fiscalía Centro Norte. Peroa los pocos días, este último organismo se declaró incompetente y derivó el caso a los Juzgados de Familia de Santiago. La Superintendencia de Educación entregó una respuesta escrita para este reportaje.
Indicaron que la denuncia fue catalogada “de alta complejidad” y presentaron cuatro cargos: que el personal no haya actuado frente un caso de abuso escolar o de bullying; que el colegio tenga elementos que representen un peligro para la seguridad de los estudiantes -como el fierro; queel colegio y el personal no velen porla prevención y protección desus alumnos; y que el sostenedor “no cumple con su obligación de mantener vigentes los contratos de trabajo del personal asistente de la educación del establecimiento educacional”. El proceso está abierto, y dentro de enero se sabrá la resolución, luego de recibir los descargos del colegio. Ahí se determinará si el alumno sufría ono bullying, y si fue agredido o fue un accidente. Muchos profesores y miembros de la comunidad educativa del Cervantes fueron contactados para este reportaje y decidieron -como asambleano dar declaraciones. Prefieren dar vuelta la página y que el hecho quedeatrás. Por la escalada de violencia, asimismo, debieron asesorarse por un abogado.
El menor de edad, indican desdela Dirección de Educación Municipal de Santiago (DEM), se “mantiene con reposo médico en sudomicilio y a la espera de procedimientos quirúrgicos posteriores en el Hospital San Borja Arriarán”. Camila Ramírez, periodista del medio especializado en chequeo de datos Mala Espina, dice que, en resumen, creemos lo que queremos creer. -Si esto que veo en redes sociales coincide con lo que yo creo que es cierto, y con lo que tengo internalizado, soy menos propenso a chequearesa información antes de compartirla. Es la teoría de la cámara de eco: voy a tender aconsumir medios que confirmen y refuercen las ideas en las que yo creo.
Desde la comunidad también indican que, si bien las clases ya terminaron en el colegio, el año está cerrado y los niños están atendiendo a actividades recreativas, la mayoría de los padres no están enviando sus hijos al colegio. La duda que queda entre la comunidad del colegio es cómo la madre obtuvo la información de que los supuestos agresores eran venezolanos. Macarena Undurraga, hasta hoy, mantiene esa versión. La madre de Á fue requerida por La Tercera. Si bien negó una entrevista, contestó algunas preguntas. Una de ellas: cómo se enteró de la nacionalidad delos niñosque, según ella, empujaron a su hijo. Undurraga se limitó a responder sobre eso que “la nacionalidad no es importante”. Lo otro que dijo fue esto: “Mi hijo tiene TEA. Y los niños TEA nunca mienten”. O.
Un comentario en redes sociales que denunciaba la agresión a un alumno del Liceo Cervantes realizada por compañeros extranjeros generó una ola de manifestaciones en contra del establecimiento: acusaban que encubría a los agresores, supuestamente venezolan