COLUMNAS DE OPINIÓN: Abuelas cuidadoras: No todo es color rosa
COLUMNAS DE OPINIÓN: Abuelas cuidadoras: No todo es color rosa Ivonne Maldonado I)irectora carrera de Psicología, U1)LA, sede Concepción Aunque el concepto de familia ha cambiado cambiado en su estructura y funciones a lo largo de la historia, hoy en día la figura de la “abuela cuidadora” cobra relevancia. Muchas abuelas asumen el cuidado de sus nietos cuando la madre trabaja fuera del hogar y no cuenta con los recursos económicos económicos para contratar ayuda externa.
Esta labor no está exenta de complejidades, complejidades, y muchas mujeres no pueden negarse por diferentes motivos, lo cual tiene un impacto significativo en sus vidas, como perder la libertad de desarrollar desarrollar proyectos personales en función del cuidado de los nietos.
Cuando se asume el rol de abuela cuidadora, cuidadora, no siempre existe un espacio de comunicación con la madre para establecer establecer claramente lo que se espera de esta función y lo que efectivamente se puede entregar, considerando la edad y salud física y mental de la abuela. Esta mujer ya ha transitó la crianza anteriormente, pero con una energía diferente. Asimismo, cada familia tiene sus propias propias dinámicas, estructuras, normas y límites. Si estos aspectos se conversan previamente, se puede asumir mejor las tareas vinculadas a la crianza desde la colaboración, evitando malentendidos que puedan ocasionar confusiones en los niños. Cuando existen mandatos contradictorios contradictorios entre la madre y la abuela, los más pequeños quedan en una situación de ambivalencia, pudiéndoles provocar angustia al no saber a quien deben obedecer. obedecer. Esto puede agravarse silos adultos se desautorizan frente a ellos, generando disputas de poder verbalmente violentas que, obviamente, producen un impacto en el desarrollo emocional en los niños.
Por este motivo, cuando se desea o necesita que la abuela asuma el rol de cuidadora de sus nietos, es fundamental tener un espacio de conversación honesto, honesto, en el cual se delimiten las funciones, tareas y formas de crianza, llegando a acuerdos que permitan desarrollar en el hogar un clima cercano y de confianza, contribuyendo así al desarrollo cognitivo, afectivo y biológico de los menores. ¡ 1.