El delito no se toma vacaciones
El delito no se toma vacaciones OPINIÓNEl verano es una temporada esperada con entusiasmo por muchos, ya que ofrece la oportunidad de desconectarse y disfrutar de un merecido descanso. Sin embargo, esta misma estacionalidad representa un reto para muchas empresas, particularmente en el sector del retail, supermercados y farmacias. En esta época del año, las empresas tienen el desafío y necesidad de reforzar sus estrategias de seguridad y prevenir riesgos, garantizando tanto la tranquilidad de sus clientes como la protección de sus activos. Como líder de una empresa especializada en seguridad para estos sectores, he observado cómo la alta demanda estacional, junto con la contratación de personal temporal, puede generar vulnerabilidades si no se gestiona de manera adecuada. La clave está en implementar estrategias y protocolos preventivos con sistemas de seguridad robustos que se adapten a las particularidades de cada negocio. Este enfoque proactivo no sólo protege los activos de la empresa, sino que también fortalece la confianza de los trabajadores y clientes. Durante el verano, el dinamismo del retail incrementa el riesgo de actividades delictivas, como hurtos internos y robos externos. Los supermercados y farmacias, debido a su alto flujo de clientes y constante rotación de inventarios, suelen ser un blanco atractivo para quienes buscan aprovechar cualquier descuido. Por ello, contar con capacitación adecuada para el personal y tecnología avanzada, como el análisis de datos en tiempo real, se convierte en una herramienta fundamental para anticiparse a posibles amenazas y disuadir actividades delictivas. Por ello, el 2025 presenta nuevos desafíos para las empresas en materia de seguridad que deben ser vistas como una oportunidad para accionar medidas preventivas.
La sofisticación de los modus operandi criminales, como el “carrazo” y otros métodos que involucran una alta violencia, la utilización de armas blancas y herramientas improvisadas como amedrentamiento, entre ellas extintores, piedras o incluso los mismos artículos en los locales, exige que las organizaciones refuercen sus planes de acción. Estas situaciones también destacan la necesidad de adaptarse a nuevas normativas y regulaciones que buscan fortalecer la seguridad en el comercio. Hoy, más que nunca, la seguridad debe ser vista como una inversión estratégica. Proteger los activos de la empresa, garantizar la tranquilidad de los colaboradores y clientes, y asegurar la continuidad del negocio es prioridad. Este verano, y a lo largo de todo el año, las empresas tienen la oportunidad de ser proactivas, anticipándose a las amenazas y demostrando un compromiso con la seguridad. La preparación y la prevención no sólo generan un impacto positivo en los resultados, sino que también consolidan la confianza de los consumidores finales.. María de los Ángeles Kassis Country Manager ALTO Chile OPINIÓN