Terminar con los privilegios a la migración irregular
Terminar con los privilegios a la migración irregular En las últimas semanas, hemos escuchado una narrativa del Gobierno que insiste en que la única sola crisis lución frente a migratoria es otorgar visas a los migrantes en situación irregular. Esta posición, reiterada por la ministra Tohá, no solo es equivocada, sino que refuerza un sistema de privilegios que Chile no puede sostener. Actualmente, el país enfrenta una presión migratoriasin precedentes, con más de 1,9 millones de extranjeros residiendo en el territorio, y donde se triplicaron los irregulares en los últimos dos años. Tarapacá, en particular, ha sido una de las regiones más golpeadas por esta situación, soportando costos sociales y económicos que no han sido mitigados por las políticas públicas. La propuesta de regularizar a todos los mi-grantes, bajo el pretextode “orden y seguridad”, no hace más que enviar un mensaje peligroso: ingresar irregularmente a Chile no tiene consecuencias. La realidad es que hay alternativas. Países como Perú y Colombia han implementado mecanismos para expulsar o regularizar de manera estratégica, priorizando la legalidad y la sostenibilidad.
En Chile, en cambio, seguimos incentivando la irre-gularidad con políticas co-mola prioridad para hijos de migrantes clandestinos enjardines infantiles, o el acceso al trabajo informal sin sanción a losChile necesita una política migratoria que defienda el mérito y la responsabilidad, no una que premie la clandestinidad”. Luz Ebensperger Orrego, senadora por Tarapacáempleadores. Este enfoque no solo es insostenible, sino también profundamente injusto para las comunidades locales. Terminar con los privilegios implica tomar decisiones valientes. Esto incluye rechazar la narrativa de que la regularización masiva es la única opción viable. En lugar de ello, debemos priorizar medidas como la reconducción, facilitar el retorno voluntario de migrantes con visas vigentes en otros países y endurecer las sanciones para quienes vulneren nuestras fronteras. Chile necesita una política migratoria que defienda el mérito y la responsabilidad, no una que premie la clandestinidad. En lugar de ceder al buenismo, debemos adoptar una visión integral que combine control fronteri-zo efectivo, cooperacióninternacional y justiciapara todos los residentesdel país. Solo así podre-mos avanzar hacia una migración carga, sino un aporte pa-que nosea una rael desarrollo nacional..