Autor: Aldo Calderón Navarro
Cartas: El descuido de la estación de Llolleo era cuento viejo
Cartas: El descuido de la estación de Llolleo era cuento viejo DINOS LO QUE PIENSAS ! cronica@lidersanantonio.cl (Este artículo se publicó hace más de un año). El martes 12 de marzo de 2024 en la noche se terminó por quemar y destruir la cabina de cambios de la exestación de Llolleo, la icónica instalación de Ferrocarriles del Estado, que había sido abandonada a su suerte por la empresa a su cargo (Fepasa). Fue triste para muchos cómo el fuego acabó con uno de los pocos vestigios que iban quedando de la época de esplendor de este medio de transporte de Llolleo y también del imaginario colectivo de algunas generaciones. La noticia trascendio y se convirtió en algo más que un siniestro cualquiera. Dicen que cuando se quiere terminar con un lugar o sector, edificio, lo primero es el abandono. Nuestra ciudad no es una urbe con tanta historia y tampoco es muy añosa. No tiene fundación ni presencia en gestas militares de la historia oficial. Ya varios son los ejemplos en ese sentido: la desapercibida demolición del edificio institucional de la Empresa Portuaria de San Antonio.
La desaparición de la estación de Ferrocarriles de San Antonio (con la promesa de empresa privada de reponer la fachada y construir oficinas comerciales, que quedó en nada), la amenaza sobre el edificio patrimonial del Sindicato Marineros Auxiliares de Bahia, en la calle Alan Macowan, el descuido en sitios y lugares con valor urbanístico; el casco histórico del barrio comercial de San Antonio está a muy mal traer. Al parecer no hay una mirada pública ni privada respecto a calles, plazas, monumentos, villas y barrios. En ese sentido queda mencionar a personas como el arquitecto Rodrigo Villamandos, recientemente fallecido, que hizo un aporte a la ciudad de San Antonio y también en la vecina Cartagena, desde su trabajo profesional. Tenemos como única experiencia en términos de categoría de monumento reconocida oficialmente, a la grúa 82. ubicada en el paseo Bellamar.
Llama la atención que con la venida periódica del turístico Tren del Recuerdo, sumado a la llegada de cruceros, el auge de San Antonio como polo de atracción, pensamos podían mejorar las cosas para fortalecer en muchos aspectos el desarrollo de estas apuestas. Todavía quedan pruebas del pasado de la estación de Llolleo, pero al parecer esperan que el olvido y la desidia hagan su parte. El amigo Jorge Moreno Álvarez en la misma semana de la tragedia abordó el tema en una carta a El Líder. Él. como muchos niños, conoció la estación y trabajó en ella, ayudando a los turistas y pasajeros con el traslado del equipaje a cambio de alguna propina, denominada "corteaditas", prácticas lejanas en el tiempo. En cambio lo que ha hecho Cartagena con su estación, debería ser un ejemplo a seguir. Quedan aún en Llolleo la bodega, la copa de agua y el lugar donde las máquinas se abastecían de agua (caballo de agua). Este tema no es algo anacrónico. El sistema ferroviario es presente y futuro. No se justifica este ninguneo. Y como pasa a menudo, nadie toma "la sartén por el mango"..