Las obras son como viajes”
Las obras son como viajes” Sandra Vásquez de la Horra tas obras son como viajes” De constelaciones, de religiosidad popular, de memoria y política, de la nula vinculación occidental con las estrellas, y hasta del “pago de Chile”, conversamos con esta viñamarina residente en Alemania, que trae por primera vez y hasta el 09 de marzo, una revisión de su trayectoria reconocida en el mundo, incluyendo las muestras en la Bienal de Venecia y el Centre Pompidou de París. Por_ Elisa Cárdenas Ortega Nadie Nadie es profeta en su tierra”, dice el refrán. Y esto se manifiesta en muchos artistas chilenos que tras emigrar alcanzan gran notoriedad en el exterior, permaneciendo en el desconocimiento desconocimiento o una valoración muy acotada “de nicho” entre el público nacional. Fue el caso, entre otros, de Enrique Castro-Cid (1937-1992); y por mucho tiempo incluso, de Juan Downey (1940-1993), que es considerado uno de los padres mundiales del videoarte.
Esta especie de sino podría revertirse con Sandra Vásquez de la Horra (1967) y su reciente visita para presentar «Volcanes despiertos», su primera muestra individual en Chile, que es parte de una línea programática del Museo Museo de Bellas Artes, basada justamente en la valoración local de artistas de la diáspora.
Ella emigró a Alemania a mediados de los 90, y desde entonces en forma gradual ha ido consolidando una obra artística muy conocida en ámbitos internacionales, habiendo sido destacada en 2023 con el Premio Kathe Kollwitz. El jurado de este galardón alemán remarcó en su obra la tematización de conflictos del mundo actual, observando arquetipos de la consciencia colectiva, cuestiones de género y sexualidad, reflexiones interculturales y prácticas espirituales.
Los «Volcanes despiertos» fue el título de una serie muy temprana de Vásquez de la Horra, y resume en una simple frase su convicción de que la Naturaleza está tan viva y activa activa como nosotros, los seres humanos.
El curador Raphael Fonseca se fascinó con su visualidad y complementariedad con la escritura, y articuló esta muestra antológica para llevarla al DenverArtMuseum (DAlI) donde él comisiona comisiona el Arte Latinoamericano Moderno y Contemporáneo; luego de Chile, la exposición viajará al Museo de Arte Latinoamericano (MALBA), de Buenos Aires. » 9ri 1, , (1, 1 II, ) -7--. Las obras son como viajes” fi_;0] (-a En representaciones humanas, fantásticas y mitológicas, Sandra Vásquez de la Horra postula una suerte de neo-género que unifica el retrato y el paisaje: “Tengo una forma muy lúdica de pintar. Mezclo como en un collage, dibujos vinculados a lo científico con cosas que invento, o temáticas como la condición hermafrodita, pues siempre hay un conocimiento en nosotros que incluye lo femenino y lo masculino. También es recurrente la imagen de mujer cordilleramujer volcán. Cuando era niña viajábamos al norte y pasábamos por cuestas como La Dormida, cuyas formas voluptuosas me ayudaron a constatar que la tierra es un ser vivo. Una parte de mí sigue siendo la niña inquieta que dibuja imágenes a partir del paisaje o su contexto. No separé el imaginario infantil de mi obra, sigo jugando hasta ahora”. r a. 1. a. 4 4k LJ 4 * 2 ¿ tt A 4 a a. Las obras son como viajes” Mirada exotizada La artista recorrió su muestra junto a «#LAPANERA», en la Sala Matta del MNBA, a pocas horas de ser inaugurada. El abanico abanico visual desplegado en dibujos, grabados, fotografías, videos y objetos escultóricos aparece a primera vista misterioso e ilimitado.
Y no es de extrañar, pues ahí están volcadas muchas experiencias de vida y un trabajo que, como ella sostiene, “tiene que ver con el aprendizaje”. r: 1 1 r 1 Parte importante de tu obra se inspira en los dibujos científicos.
“He coleccionado libros antiguos y científicos, me interesaba mucho el dibujo objetivo, y de ahí partieron algunas series, como una de 1997 que refiere a la evolución, planteando que cada pequeña semilla es ya un potencial de vida. Conseguía en la feria de las pulgas, o miraba en la biblioteca estos libros enormes, de crónicas y ciencias, verdaderos álbumes donde el dibujo intentaba ser objetivo, pero no lo era para nada.
Como ejemplo, en la Conquista Conquista de América hubo una mirada exotizada de estos territorios, se mostraba un México arqueológico pintoresco, con animales fantásticos, pienso que había un marketing del nuevo continente”. ,Y cómo te relacionas con el imaginario latinoamericano? “Me ha influido muchísimo. Siempre tuve un interés en las procesiones procesiones de norte a sur de Chile, donde se mezcla lo religioso y lo pagano. Asistía a la fiesta en el mar de Higuerillas, que realizan los pescadores en honor a su patrono San Pedro; a las diabladas y al carnaval en San Pedro de Atacama.
Yo nací en Viña del Mar, mi abuela era de Antofagasta, mi padre de Illapel, tengo un bisabuelo bisabuelo boliviano... Siendo yo budista desde los 20 años, mucho mucho después viajé a Cuba donde conocí el mundo de la santería y religiosidad de herencia africana, comencé mi iniciación y fui consagrada, aprendí mucho con grupos muy solidarios, cuando se sacrifica un animal en un ritual, ellos comparten con todos, sean o no religiosos, lo importante es compartir un plato de comida. Lo que suele circular sobre el vudú y otras prácticas, es de una desinformación total respecto a lo que realmente son. Mucho de lo que viví se aprecia en mis performances y fotografias creadas entre 2001 y 2003”. Sandra Vásquez de la Horra.
VcIv-. apz crafito, acuarela y cera sobrc and courtesy of the artist Phoc Cómo ha evolucionado en el tiempo tu inquietud religiosa? “Es un sincretismo porque incorporo todo lo que me sirve, sumo conocimientos y tampoco soy negacionista con mi formación católica, todavía rezo como un acto de fe. Comencé conociendo la cosmogonía de la cultura Navajo, así descubrí los mandalas y sus pinturas en la arena, igual que los tibetanos. Se refleja en mi trabajo la influencia del mundo Orisha, y me doy cuenta que mucho está vinculado a los estudios de Carl Jung. Empecé a leer a quienes plantean estos paralelos, Mircea Eliade, Lévi-Strauss, entre otros.
Mi arte tiene de antropología, de psicología, son muchas disciplinas que se entrecruzan”. Llegando a Alemania, aplicaste técnicas de la tradición europea, europea, como el uso de la cera en el dibujo y el método leporeio (libros como acordeón). “Se fue dando un poco por simbiosis, pero yo de antes investigaba investigaba el uso de la cera, y experimentos en libros de alquimia.
Al principio de mi carrera fui muy autodidacta, vine a Santiago a estudiar grabado en el Taller 99, y con Maya Mora, después volví a Viña y me formé en la carrera de Diseño, donde aprendí mucho del profesor Peter Kroeger. Ya en Alemania, hice posgrados y he trabajado con grandes artistas. Busqué avanzar en varios sentidos, primero usaba los lápices de cera, luego acuarela, óleo, agregándole agregándole arena, entre otros. Siempre experimentando qué medio podía ser compatible. La cera transforma la materialidad misma, la tinta se expande y se vuelve pictórica. El dibujo es más bien duro, y la cera lo ablanda y como que lo encapsula, adquiriendo una vida propia.
Por eso, siempre hablo de alquimia fantástica: los cuadros se transforman”. 1 (. Las obras son como viajes” La memoria social e histórica también está presente, testimoniando un arco temporal desde su infancia a su juventud bajo la dictadura militar en Chile. Sus recuerdos del horror se conjugan con una cierta ironía en dibujos que, junto a otras temáticas, componen su diario de vida desplegado a todo muro.
Más allá, una obra que podría considerarse cumbre de su trayectoria es el video «Hemisferio», donde se ve a la artista de espaldas, con una venda en sus ojos y un lápiz de carbón en cada mano, escribiendo a ciegas hacia izquierda y derecha, frases y pensamientos reivindicativos, que resumen su biografía política. T. 4L 4L R 1 1. “.