La historia empresarial del dueño de Rosa Agustina: Del restaurante Mc Peto's en Quilpué, a un resort de lujo en Guanaqueros
La historia empresarial del dueño de Rosa Agustina: Del restaurante Mc Peto's en Quilpué, a un resort de lujo en Guanaqueros N o fue a la universidad, pero su entusiasmo por los negocios y nuevos proyectos lo ha llevado por un camino ascendente.
Humberto Ríos (75, casado y con cuatro hijos que lo acompañan en sus aventuras empresariales) construyó un negocio familiar que partió con un supermercado (Hipermercado Peto's) que liquidó a fines de los setenta en medio de la crisis económica, para dedicarse a rubros vinculados con el turismo. No le gustaban mucho los pasillos, ni la venta de mercadería, "porque me carga la rutina y este era un rubro muy rutinario", cuenta sobre los supermercados. En los años 80 tuvo panaderías, Pin Pan en Quilpué y el Oso Goloso en Viña, que compró a la familia Gutiérrez. También la Panadería Peto's. Luego transformó uno de estos locales en restaurante.
Fue el inicio de una pequeña cadena en Quilpué y otras localidades del interior de la Región de Valparaíso, a los que llamó Mc Peto's. "A mí todos me conocen por Petos, así me decían en mi casa y en el barrio, así que después de un viaje a los Estados Unidos se me ocurrió, por qué no ponerle Mc Peto's, como el McDonald's", manifiesta sobre esta aventura, que luego pasó a manos de su hermano, quien falleció hace un tiempo.
Posteriormente, compró un terreno en 1985 en Olmué, e ideó un emprendimiento que consistía en un lugar pensado para pasar días de campo con piscina, almuerzo y onces, como se le llama a la hora del té en dicha región. También lo arrendaba para paseos de cursos de colegios y otras actividades. Dice que esto funcionaba en el patio trasero de la casa que se construyó ahí.
Ese fue "nuestro caballito de batalla", recuerda, y en los 2000, el inicio de Rosa Agustina con hotelería, nombre que puso al actual resort (Rosa Agustina Club) que levantaría en honor a su madre: "Mi señora madre, a la que le voy a hacer un tributo toda mi vida. Mi madre tendrá que tener presencia social, ojalá hasta la cuarta o quinta generación", como él afirma. Más adelante (2010) vino el Conference (Rosa Agustina Conference), un centro de convenciones y hospedaje que es cercano al R.A. Club y que apunta a reuniones de negocios y convenciones, entre otras actividades. Y entre los dos complejos levantó un centro comercial, con la idea de que hubiese un comercio más cómodo y competitivo para los habitantes de Olmué, zona que, como subraya, "me ha dado mucho.
Olmué se ha ido volcando al turismo, pero es una localidad de personas que viven de la actividad agrícola y no tienen muchos ingresos, por lo tanto, ni los grandes supermercados, ni las tiendas se interesarían en instalarse aquí.
De hecho, no pude cerrar trato con ninguno de estos operadores para el centro comercial, así es que hice yo mismo un supermercado ( A g u s t i n a M a r k e t ) y u n a t i e n d a (Agustina Home), además de otros servicios que funcionan en él, como farmacias y otros que nosotros administramos", indica el empresario. Explica que como en la localidad los ingresos de la población no son altos, las grandes firmas "sacaron sus cuentas y vieron que no había margen o negocio.
Yo me conformo con netear, no tener pérdidas, lo que me llena es que exista un espacio como este en Olmué, para la gente de acá". Cuenta que el negocio del resort es 24/7, pero rentable.
Agrega que cometió muchos errores durante su puesta en marcha, como, por ejemplo, con la comodidad de las camas y el diseño, entre otros, pero con el tiempo fue aprendiendo e invirtiendo más en la medida que generaba recursos.
Apuesta en Guanaqueros Su nueva apuesta, el Rosa Agustina Guanaqueros Resort, se inició como proyecto a fines de la década pasada, siguiendo el interés de su hijo menor, Oliver Ríos Krüger (abogado), por hacer algo en la Región de Coquimbo, puesto que este último iba constantemente a practicar windsurf al embalse Puclaro. Compraron terrenos --que correspondían a dos camping que sumaban 50.000 metros cuadrados-en Guanaqueros.
Al principio tuvieron cierta resistencia ambientalista, entre medio los pilló el estallido, la pandemia, los bancos retrocedieron en el financiamiento, y él mismo, con los ingresos de sus otros negocios, pero de manera más dosificada, fue inyectando capital a este nuevo complejo, que acaba de partir el 2 de este mes. Cuando inició la construcción en 2019, proyectaba requerimientos de capital por US$ 22 millones, pero sumando y restando, la cifra se empinó a US$ 70 millones por mejoras al proyecto inicial. Financió casi en un 90% con recursos propios su nueva operación turística. "Hoy mis pasivos son exiguos", precisa.
Partió con alrededor de un 45% de ocupación este año, cifra que le permite, describe, un buen rodaje para comenzar y holguras para solucionar imprevistos que surgen en el día a día de una nueva iniciativa, que aún no está en régimen.
Por ahora, Humberto Ríos está instalado en Guanaqueros aceitando la máquina y "fogueando a mi hijo Oliver, gerente general en Guanaqueros, por lo menos un año". Precisa que su empresa está en pleno recambio generacional. "Yo estoy entregando algunas directrices a mis hijos y quiero tener un poquito más de libertad para seguir emprendiendo en el mismo rubro, pero sin tanta administración en el día a día". En esta tarea de gestionar los resorts está su tercera hija, Carolina (ingeniera en turismo), que es la que le "cuida las lucas, es mi tesorera.
Christian, el mayor, está dedicado al área informática, creando programas de acuerdo a nuestras necesidades, adecuando, por ejemplo, el programa hotelero universal Ópera, al que hemos tenido que ir agregando brazos para que nos funcione como necesitamos.
El segundo es Daniel, gerente de operaciones, que ve el día a día y las contingencias". La decoración de los complejos está a cargo de su señora, al igual que encabezó el área de buffet en el pasado. No obstante, la mente inquieta de Ríos apunta a lo que viene.
Tenía la idea de hacer una especie de villa para séniors autovalentes en Olmué, como las que hay en Estados Unidos o España, pero ante la oposición de varios vecinos por una potencial llegada de más gente, tráfico y modernidad, manifestada en medio de un proceso de participación ciudadana, prefirió pasar. Indica que estos proyectos, que son de mediano largo-plazo, toman unos cuatro a cinco años y que para entonces ya tendrá 80 primaveras en el cuerpo. "Soy muy optimista y voy a morir optimista. Pero no tengo ganas de andarme peleando con la gente a los 80 años, quiero hacer cosas útiles y bonitas", afirma. Y agrega que al paño de siete hectáreas que tenía destinado para esta iniciativa, seguramente deberá darle otro fin. No faltarán ideas. La historia empresarial del dueño de Rosa Agustina: Del restaurante Mc Peto's en Quilpué, a un resort de lujo en Guanaqueros CÉSAR SOTTOVIA JARA HUMBERTO RÍOS LAMA Humberto Ríos Lama.
ILUSTRACIÓN: RODRIGO VALDÉS Desde la Región de Coquimbo, este empresario quilpueíno de los resorts y all inclusive locales está aceitando su nuevo proyecto que estrenó el 2 de enero, tras su experiencia de más de dos décadas con negocios similares en Olmué..