Nuevo rector en la UC
Nuevo rector en la UC D espués de un largo proceso, el jueves se informó el nombre del nuevo rector de la Pontificia Universidad Católica de Chile. La designación recayó en Juan Carlos de la Llera, profesor titular de dicha casa de estudios, quien, además, ejerció entre 2010 y 2022 como decano de su Facultad de Ingeniería.
La transformación profunda y exitosa que lideró allí posiblemente haya hecho la diferencia en su elección, sobre todo pensando que los tres integrantes de la lista propuesta a la autoridad eclesiástica por el comité de búsqueda eran candidatos excepcionales.
En los últimos lustros, bajo la gestión del saliente rector, Ignacio Sánchez, la UC ha experimentado un crecimiento notable, posicionándose entre las mejores universidades de América Latina y entre los planteles pontificios más destacados en el mundo. Con todo, hay enormes desafíos pendientes. Desde luego, una mayor internacionalización, pues si bien hoy participa de redes internacionales, estas son menos significativas de lo que cabría esperar para una universidad de este prestigio y calibre.
A ello hay que sumar que el fuerte crecimiento en su matrícula de pregrado no ha sido suficientemente acompañado por una reflexión profunda del carácter que debe tener el pregrado en una institución que atrae a una parte relevante de los mejores puntajes del país.
A su vez, la evolución de la inteligencia artificial y otros desarrollos tecnológicos, que impone enormes desafíos a la sociedad, interpela particularmente a las universidades, que deben contribuir a que esas evoluciones sirvan al interés del país en todas las áreas. El nuevo rector, por su trayectoria, tiene aquí una ventaja para convertir a la UC en institución líder también en este ámbito. A propósito de esto, el aporte de las universidades en innovación y en el desarrollo productivo nacional es muy incipiente. De la Llera ha sido un profesional especialmente destacado en estas áreas y podría movilizar esa experiencia personal para que la UC encabece el desafío. Es indudable, por otra parte, que la expansión de la universidad la ha burocratizado. En toda organización que crece, algo de esto es inevitable, pero en una institución que tiene altas capacidades distribuidas en todas sus unidades académicas, esa burocratización resulta muy costosa. Un desafío será avanzar hacia un nuevo equilibrio, que les asegure más autonomía a las diversas unidades sin renunciar a la necesaria rendición de cuentas. En distintas latitudes, las universidades han descuidado las humanidades y, en menor grado, las ciencias sociales. Un riesgo que algunos perciben respecto de la nueva autoridad, seguramente atribuido a su especialidad, es que podría dejar que la UC repita ese descuido. No hay nada que así lo sugiera, pero esas percepciones hay que combatirlas.
Además, para una universidad pontificia su cultivo es fundamental, sobre todo pensando que una de las tensiones no explícitas que enfrenta su comunidad es la de cómo la UC aborda su catolicidad en el momento actual. Se trata de un desafío que el nuevo rector no podrá dejar de enfrentar. Posicionada entre las mejores universidades de la región, sus desafíos son enormes.. - - -